miércoles, 28 de septiembre de 2011

Octubre: Mes del Rosario

Origen e historia de esta devoción:

En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas".

Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.

La Iglesia recomendó entonces rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

Cuenta la Historia que un día, a finales del siglo XII, Santo Domingo de Guzmán quien sufría mucho al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses, decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.
Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.

En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.
Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.
Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia.

El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.

En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó ¨la muerte negra” en la que murieron muchísimas personas.
Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.

¿Cuándo se instituyó formalmente esta fiesta?

El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordenó el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

La fuerza del Rosario
A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.

Las Letanías
El Rosario no es una oración litúrgica, sino sólo un ejercicio piadoso. Las Letanías forman una parte oficial de la liturgia en cuanto que las invocaciones reciben permiso de la Santa Sede. Se cree que su origen fue, probablemente, antes del siglo XII.

La forma actual en la que las rezamos se adoptó en el santuario mariano de Loreto, en Italia y por eso se llama Letanía lauretana. En 1587, el Papa Sixto V la aprobó para que la rezaran todos los cristianos. Todos los cristianos hemos recurrido a la Virgen en momentos de alegría llamándola “Causa de nuestra alegría”, en momentos de dolor diciéndole “Consoladora de los afligidos”, etc.
Podemos rezar las Letanías con devoción, con amor filial, con gozo de tener una Madre con tantos títulos y perfecciones, recibidos de Dios por su Maternidad divina y por su absoluta fidelidad. Al rezarlas, tendremos la dicha de alabar a María, de invocar su protección y de ser ayudados siempre ya que la Virgen no nos deja desamparados.

Cómo rezar el Rosario
Como se trata de una oración, lo primero que hay que hacer es saludar, persignarnos y ponernos en presencia de Dios y de la Santísima Virgen.
Luego, se enuncian los misterios del día que se van a rezar y comenzamos a meditar en el primero de estos cinco misterios. Durante la oración de cada misterio, trataremos de acompañar a Jesús y a María en aquellos momentos importantes de sus vidas. Aprovechamos de pedirles ayuda para imitar las virtudes y cualidades que ellos tuvieron en esos momentos. Al meditarlos frecuentemente, estas guías pasan a formar parte de nuestra conciencia, de nuestra vida. Podemos ofrecer cada misterio del rosario por una intención en particular y se puede leer una parte del Evangelio que nos hable acerca del misterio que estamos rezando.
Cada misterio consta de un Padrenuestro seguido de diez Avemarías y un Gloria. Usamos nuestro rosario pasando una cuenta en cada Avemaría. Así seguimos hasta terminar con los cinco misterios.
Al terminar de rezar los cinco misterios, se reza la Salve y se termina con las Letanías.

Los Misterios
Los veinte misterios que se rezan nos recuerdan la vida de Jesús y, dependiendo del día, se rezan de la siguiente forma:

LUNES Y SÁBADO
MISTERIOS GOZOSOS
VIRTUD (sugerida)
1. La Anunciación del ángel a la Virgen. La obediencia.
2. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Amor al prójimo.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios. Desprendimiento
4. La Presentación del niño Jesús en el templo. Pureza de intención.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo Sabiduría en cosas de Dios.

MARTES Y VIERNES
MISTERIOS DOLOROSOS
VIRTUD (sugerida)
1. La Oración de Jesús en el huerto. Verdadero arrepentimiento de los pecados.
2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo. Espíritu de sacrificio
3. La coronación de espinas. Desapego a lo material
4. Jesucristo es cargado con la Cruz. Paciencia por mi cruz.
5. La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Generosidad

MIERCOLES Y DOMINGOS.
MISTERIOS GLORIOSOS
VIRTUD (sugerida)
1. La Resurrección de Jesucristo. Fe, Esperanza y Caridad
2. La Ascensión del Señor a los Cielos. Deseo de ir al Cielo
3. La venida del Espíritu Santo. Deseo de vivir en Gracia
4. La Asunción de la Virgen a los Cielos. Amor a María
5. La Coronación de la Virgen en los Cielos. Perseverancia

JUEVES.
MISTERIOS LUMINOSOS

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.
2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.
3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48.
4. La Transfiguración; Lc 9, 35.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1.

Fertilización asistida, embarazos múltiples y selección letal

Comentábamos hace unos días una nota aparecida en el New York Times titulada “embarazo 2 menos 1” que describe las impresiones de pacientes y médicos cuando los procedimientos de fertilización asistida producen gemelos y los padres le solicitan al médico abortar uno de ellos. En tiempos en que se está considerando tratar en el Congreso de la Nación una ley de fertilidad asistida, el diario La Nación también comenta la nota del NYT en un editorial reciente del 22 de setiembre. 
Concluye la nota editorial remarcando que “es bueno que los legisladores, y los partidarios del aborto en general, tomen nota de estas aberraciones, para que en nuestro país nunca más se admita eliminar vidas humanas ni por la admisión del aborto ni por esta inhumana forma de selección letal”. Publicamos a continuación el editorial textualmente. 
 
Selección letal
En tiempos en que se está considerando tratar en el Congreso de la Nación una ley de fertilidad asistida, no está de más tener en cuenta un reciente artículo publicado en la revista de The New York Times, con la firma de Ruth Padawer, titulado "El embarazo dos menos uno". En éste se describe la situación de varias madres que, por haber estado sometidas a tratamientos de fertilidad, concibieron múltiples hijos, pese a que su aspiración era tener sólo uno.
En su momento, desde estas columnas expresamos nuestra preocupación por el destino de los cigotos fecundados que quedaban sin utilizar, a veces olvidados por sus padres creadores, en institutos donde se los conserva a temperaturas bajísimas a tal efecto.
Las estadísticas dicen que hay entre un 5 y un 20 por ciento de probabilidades de que los tratamientos de fertilidad den lugar a embarazos múltiples.
El caso que hoy nos ocupa es el de muchas mujeres norteamericanas que, ante el embarazo múltiple, deciden eliminar a uno de dos, en caso de mellizos, o a más si el embarazo es múltiple, a cuyo efecto generalmente se aplica una inyección de cloruro de potasio en el pecho del niño condenado, lo que se puede ver por medio de técnicas de ultrasonido.
Jenny, de 45 años de edad y seis años de tratamiento, una madre de mellizos, cuenta que cuando vio dos imágenes en la pantalla, no quiso mirar más, pues estaba decidida a eliminar a uno de ellos, ya que sólo quería un hijo y no dos.
El artículo explica que no hay estadísticas de cuántos llamados abortos "parciales" y selectivos hay en los Estados Unidos, donde la cuestión ha suscitado reparos éticos entre muchos médicos. Utilizar la palabra "parcial" encierra la intención de mitigar el impacto de tales prácticas, ya que el aborto es siempre "total" para la vida abortada y selectivo. Hasta se planteó un caso de chantaje moral de una paciente a quien los médicos se negaron al "aborto parcial" y accedieron cuando ésta los amenazó con abortar ambos niños. Aducían haber salvado al menos a uno.
Otra mujer eligió eliminar el varón, porque ya tenía uno. Luego confesó: "No podía dormir de noche sabiendo que había eliminado al hermano de mi hija, un niño sano perfectamente formado".
El nivel de aberración al que conduce el mal uso de la ciencia y de la técnica y la pretensión de sentirse dioses para decidir cuál hijo vive y cuál muere no pueden conducir a ninguna sociedad a buen puerto.
Hoy, ya nadie puede sostener que el embrión o el feto son sólo una parte descartable del cuerpo de la mujer de la que ésta dispone a su arbitrio, porque si una parte es "eliminada" y la otra no, es porque no son dos partes, sino dos seres vivos individuales y autónomos aunque estén aún dentro del cuerpo de su madre.
Si bien en el terreno moral y legal el tema despierta un enorme rechazo en nuestra sensibilidad, entre nuestros vecinos del Norte, según la fuente, es una realidad, y los argumentos pasan del más crudo egoísmo y relativismo hasta el capricho y la frialdad más absoluta.
No es menor el tema psicológico de la culpa, sobre la que tanto se ha escrito, en estos casos. No sólo la viven los padres, sino -cuando se enteran- los hermanos al tomar conocimiento de que sus padres le quitaron la vida a un hermanito, y el propio sobreviviente, si llega a enterarse de que el elegido fue él a expensas de la vida de su hermanito por nacer.
Quien eligió un tratamiento de fertilidad debe saber, por vía del consentimiento informado, que se expone a un embarazo múltiple, y debe aceptar sus consecuencias, recibiendo toda la vida que la ciencia y la naturaleza le dan. La viabilidad de un ser humano no puede ser cuestión de comodidad y selección antinatural.
Es bueno que los legisladores, y los partidarios del aborto en general, tomen nota de estas aberraciones, para que en nuestro país nunca más se admita eliminar vidas humanas ni por la admisión del aborto ni por esta inhumana forma de selección letal.

Fuente: Argentinosalerta.org

sábado, 17 de septiembre de 2011

Quien salvó al soldado Ryan fué el padre Francis Sampson, capellán de la 101° Aerotransportada

Quien haya visto la serie de televisión Hermanos de sangre tiene una idea de lo que fue el Día D para la 101ª Aerotransportada.


Entre aquellos soldados que saltaron tras las líneas alemanas en Normandía aquel 6 de junio de 1944 figuraba el legendario capellán de la unidad Francis L. Sampson (1912-1996), cuya experiencia recogió él mismo en unas memorias publicadas en 1958 (Look at Below: A Story of the Airborne by a Paratrooper Padre [Mira allá abajo: Una historia de la Aerotransportada escrita por un Padre paracaidista]).

En busca del soldado Ryan
Fue a él, y no al personaje que interpreta Tom Hanks en Salvad al soldado Ryan, a quien días después las autoridades militares encargaron localizar en el frente a Fritz Niland, quien había perdido el Día D a sus tres hermanos. Las cartas con la noticia de la pérdida de sus tres hijos llegaron a la vez a su madre, como cuenta la película de Steven Spielberg. El Padre Sam, como se le llamaba, le encontró en la denominada aquel día Utah Beach, y se encargó de su repatriación.

Pero antes de eso, el padre Sampson había vivido el día del desembarco como un paracaidista más. Lo primero que hizo al tocar tierra fue buscar su kit de misa, que había perdido durante el salto bajo fuego enemigo. Le costó hacerlo en la oscuridad entre disparos y morterazos, pero lo logró.

La universalidad de la Iglesia, en las trincheras
Aunque ahí no acabaron sus cuitas. Esa misma jornada se topó en una granja, donde estaba atendiendo a varios heridos, con dos soldados alemanes. Le llevaron a punta de fusil a una carretera, aparentemente con la intención de fusilarle. Pero entonces apareció un tercer soldado alemán, quien evitó el crimen y le enseñó, con un gesto cómplice, una medalla.

"Fue agradable comprobar la universalidad de la Iglesia aquel día", confesó después Padre Sam, a quien aquel católico del obro bando salvó la vida. También contó el hecho ("surrealista", confesaba) de que en los muchos momentos que en aquellas horas de pólvora y fuego pudo perder la vida, cuando quería hacer un acto de contrición... le salían las palabras de bendecir la mesa.

Una impresionante homilía
Pocos días después celebró misa ante un grupo de enfermeras en una iglesia que había sido completamente bombardeada. Sólo habían quedado, en pie e intactas, dos paredes... y el Cristo y las imágenes de San Pedro y San Pablo, lo que todos los presentes consideraron un milagro.

Ante aquellas ruinas, el padre Sam pronunció esta homilía, breve como las arengas que imponía la hora:

"La imagen desnuda del galileo colgado en la cruz ha inspirado siempre amor y odio. Nerón quiso hacer de la cruz una imagen odiosa llevando a los cristianos a la muerte, denigrándoles, incendiando Roma con esas cruces humanas ardientes. Juliano el Apóstata dijo que conseguiría que el mundo olvidase al hombre de la cruz, pero en su agonía final tuvo que confesar: ´Has vencido, galileo´. Los comunistas prohíben su presencia porque temen su poder contra sus malvados designios. Hitler ha intentado sustituir la imagen de Nuestro Señor en la cruz por una estúpida esvástica. Invectivas, falsas filosofías, violencia... todo tipo de instrumento diabólico ha sido empleado para arrancar a Cristo de la cruz y el crucifijo de la iglesia. Sin embargo, como las bombas caídas sobre esta capilla, sólo han conseguido hacerla destacar cada días más. La imagen que amamos crece cada vez más en nuestro entendimiento por la vehemencia del odio de las malas gentes. Cada uno de nosotros tenemos esta sagrada imagen impresa en nuestra alma. Como esta capilla, somos templos de Dios. Y no importa que estemos destrozados por las bombas, la tragedia, las pruebas y los ataques: la imagen del crucificado se mantendrá si así lo queremos. Renovemos al pie de esta cruz nuestros votos bautismales. Y prometamos que Su imagen revestirá siempre nuestro corazón".

Una historia de leyenda
El padre Sampson fue capturado por los alemanes y pasó seis meses en un campo de prisioneros. Una vez liberado, volvió al frente e hizo lo que quedaba de Segunda Guerra Mundial con la mítica 101ª Aerotransportada. El célebre libro de Cornelius Ryan El día más largo, consagrado al desembarco de Normandía, habla por extenso de él.

Estuvo también en Corea, en 1967 fue nombrado jefe de los capellanes militares y, aunque ya se había retirado, no quiso dejar de atender a sus compañeros paracaidistas en Vietnam.

El año que viene se cumple el centenario de su nacimiento y ya se están preparando homenajes y evocaciones de un hombre que dejó profunda huella en la historia militar estadounidense.

viernes, 16 de septiembre de 2011

La importancia de las comidas familiares

Las comidas familiares son algo más que comer juntos
 
La importancia de las comidas familiares
La importancia de las comidas familiares
Las comidas familiares son algo más que comer juntos, saciar el hambre y cuidar la salud. El acto de comer juntos todos los de la familia es una antigua y excelente tradición que va pasando de generación en generación. Desgraciadamente está despareciendo o disminuyendo en algunas culturas y determinados segmentos de la población, debido al exceso de trabajo, a las prisas, a los horarios familiares incompatibles y un largo etc. En las familias tradicionales, casi siempre es la esposa o madre la que suele encargarse de hacer la compra, preparar y organizar la comida, junto a las otras tareas del hogar.

Que bonito es poder reunir alrededor de una mesa, todos los días a la familia. También lo es reunir los días de fiesta a todos los hijos con sus respectivas nuevas familias, uniendo dos, tres o cuatro generaciones, como se hacia tantas veces en otros tiempos.

20 Conceptos que pueden aprenderse en las comidas familiares:

1. Aprender a deliberar sobre las grandes y pequeñas cuestiones y decisiones de la familia. Así los hijos se enterarán que les tienen en cuenta y que son importantes, para la familia en conjunto.

2. Aprender a practicar la comunicación, para saber escuchar y hablar bien.

3. Aprender cultura, urbanidad y las tradiciones familiares,

4. Aprender que la comida cuesta mucho comprarla, prepararla y presentarla, como para no servirse más de lo que se va a comer.

5. Comentar los temas que conciernen a la familia y a la sociedad.

6. Continuar las tradiciones de relacionadas con la comida, su preparación y presentación.

7. Corregir a los que hablan mientras mastican o mastican con la boca abierta, comen demasiado deprisa y en grandes porciones.

8. Crear costumbres y rituales, que después se convertirán en hábitos y posteriormente en virtudes y valores humanos.

9. Cuidar la alimentación y por ende la salud.

10. Demostrar el buen gusto por las cosas buenas, bien hechas y bien presentadas.

11. Escuchar y ser escuchado.

12. Expresar en familia los sentimientos de cada uno, sin tener miedo a no ser atendido o a hacer el ridículo.

13. Fomentar e interactuar las relaciones familiares, entre todos los presentes.

14. Fomentar el acercamiento y la convivencia familiar, evitando los posibles distanciamientos.

15. Generar conexión con los miembros de la familia, aprendizaje los unos de los otros, fomentando además el amor, la pertenencia y la seguridad, necesidad básicas en nuestra vida.

16. Interesarse por las cosas de los demás y saber que los otros se preocupan por las de cada uno, escuchándose mutuamente sobre lo que cada uno hace, sufre y goza.

17. Limar esperezas anteriores, al tener que compartir cosas y espacios comunes.

18. Practicar las virtudes y valores humanos como: La puntualidad, el orden, la organización, la disciplina, la aceptación de las jerarquías, el servicio a los demás, el agradecimiento, la caridad, la Fe, los modales y la buena educación, etc.

19. Recordar viejas recetas tradicionales.

20. Sentirse partícipe de un grupo familiar bien conectado.

30 Recomendaciones para fomentar el éxito de las comidas familiares:


1. Acostumbrarse desde muy pequeños a comer utilizando el tenedor, la cuchara y el cuchillo, demostrando la mejor forma de utilizarlos, junto al uso adecuado de las diferentes piezas de vajilla, cubertería, cristalería y mantelería, según el tipo de comida que vaya a consumir.

2. Apagar el televisor, la radio y las pantallas electrónicas y a poder ser no atender los teléfonos. Casi todo el mundo puede entender lo que es dejar un mensaje telefónico, cuando el tema no es grave o importantísimo. También quitar de delante los periódicos, revistas o libros. Así evitarán las distracciones y podrán centrarse en lo que están haciendo.

3. Conseguir que la presentación de la comida, esté hecha de la mejor manera posible, pues la comida primero entra por la vista, después por el olfato y posteriormente por el paladar.

4. Convertir la comida familiar en un lugar de comunicación y dialogo, evitando las discusiones airadas, las amenazas, los sermones, las riñas y las broncas, pues hay otros momentos y circunstancias para hacerlo en privado y no delante de toda la familia, máxime, si hay invitados. Debe ser un momento de comunicación alegre.

5. Cuando no pudiera reunirse toda la familia para comer juntos, por motivos de horarios de trabajo, de estudio u otras obligaciones ineludibles, deberían hacer un esfuerzo para hacerlo en el desayuno o la cena. En cualquier caso hacer lo imposible para poder realizarlas los fines de semana y días de fiesta.

6. Dar gracias a Dios, al empezar y al terminar, por la comida que se ha puesto en la mesa y agradecer a quien la ha comprado y preparado, pues la comida no se elabora sola ni se compra, sin haber pagado previamente su precio con el trabajo.

7. Dejar aparcadas las riñas, las llamadas de atención, los problemas serios, etc. para cuando se haya terminado la comida y exponerlos en privado con las personas relacionadas. No siempre todos los problemas son para contar a todos y mucho menos durante la comida familiar.

8. Destinar un tiempo después de cada comida, si es posible, sobre todo los fines de semana, para hacer una tertulia específica sobre los temas importante de la familia o de actualidad en la sociedad. Así los hijos se acostumbrarán, desde temprana edad, a saber lo que hay en la familia y fuera de ella.

9. Evitar esas frases tantas veces dichas, incluso con buena voluntad: “De eso, a mí, mi hijo no me come. Bueno es él. Si no le gusta no lo come y yo le preparo otra cosa. No come huevos o come solamente la clara, la yema dice que es mala y que hay que tirarla”.

10. Evitar que la madre, que es la que casi siempre prepara la comida, se convierta en una esclava, de los caprichos alimenticios del resto de la familia y no tenga que prepara tantos menús o variaciones de menús, como personas haya en la familia, pues bastante tendrá con hacerlo, cuando haya enfermedades, regímenes alimenticios médicos o casos especiales.

11. Evitar que se instale en la familia la moda del “munched” que consiste en estar comiendo pequeñas cosas a todas horas, lo que origina que cuando llega la hora de la comida familiar, no tienen apetito y sacan defectos a todo lo que les presentan. Además es un gran desequilibrio dietético, que deteriora la salud por la excesiva ingestión de calorías y un gasto económico muy grande.

12. Evitar que se instale en la familia la moda de la comida “finger food”, tanto en el hogar como cuando van a los restaurantes. Este tipo de comida consiste en ingerir solamente alimentos que puedan ser llevadas a la boca con las manos, lo que origina que algunas personas no usan el tenedor, la cuchara o el cuchillo hasta después de los 18 años, que es cuando salen de la casa familiar. Entonces es ya bastante tarde, para quitar la adicción a ese tipo de comida, para cuando se incorporan a la sociedad de adultos. Esta comida suele ser denominada “fast food”, comida rápida, o comida basura.

13. Evitar que se juegue con los alimentos y mucho menos en la mesa familiar. Hay que tener mucho respeto por los alimentos, ya que son los nutrientes que mantienen en salud o enfermedad a nuestro cuerpo. La comida familiar no se hace para jugar, se hace para alimentarse, comunicarse, conocerse, educarse, etc. Eso no quita que las comidas tengan que ser serias y enfadadas, al contrario deben ser alegres y divertidas.

14. Exigir a todos la puntualidad, para no tener que esperar todos, a los que por dejadez se han retrasado. En su caso, deben avisar del posible retraso, con suficiente antelación.

15. Fomentar la cultura gastronómica, explicando las características de lo que se va a consumir, el porqué de las combinaciones, los pasos dados para hacer la comida, lo que ha costado, las variantes realizadas y las que se podrían haber realizado, en función de la salud, alimentación, gastronomía, gustos y costos.

16. Fomentar la práctica de servirse, solamente, la cantidad que se va a comer, para no dejar sobras en el plato que haya que tirar. Es mejor repetir, si se desea más cantidad. Es de muy mala educación dejar restos de comida que después hay que tirar, máxime teniendo en cuenta, lo que ha costado comprarlo y cocinarlo, además de las necesidades de otras personas, que no tienen comida.

17. Fomentar una cultura sobre el consumo de las sobras y su posible aprovechamiento y reutilización, en comidas posteriores.

18. Hacer ver a los hijos con el ejemplo, la prioridad de la comida familiar sobre otras actividades, pues también los padres dejan sus cosas, para compartir la comida todos juntos.

19. Inculcar la importancia de compartir en la familia opiniones, comentarios y experiencias.

20. Intentar sentarse juntos todos los días a la mesa y por lo menos una vez al día. Haciendo hincapié en los fines de semana y fiestas.

21. Involucrar a toda la familia formando un equipo, para realizar los distintos pasos que forman el presupuesto, la compra y la preparación de la comida familiar, intentando fomentar la buena salud, el buen gusto, la responsabilidad, la creatividad, la ecología, la economía, el ahorro, etc.

22. No permitir que los hijos coman solos en sus habitaciones, o mirando la televisión, o a cualquier hora, o sentados en el suelo.

23. Planificar, consensuar y comprometerse, con el horario mejor para todos, incluyendo la que prepara la comida. Quizás cada uno tenga que ceder un poco, para llegar a un acuerdo común.

24. Poner en práctica o corregir, con mucha delicadeza, las desviaciones sobre las normas de educación y los buenos modales, que se deben mantener en la comida familiar.

25. Poner unos tiempos y formas para empezar, cuando lo haga la persona de más edad, no pasar a otro plato, sin que el anterior lo hayan terminado todos. Así se evita la sensación de engullir y se sustituye por la de degustar y disfrutar la comida. No levantarse de la mesa, hasta que hayan terminado todos y lo hayan hecho los padres.

26. Preparar una comida extraordinaria, aunque sea de vez en cuando, invitando a otros familiares o amigos. De esta forma se puede comprobar lo aprendido en las comidas familiares diarias, y en su caso sentirse orgullosos del comportamiento familiar.

27. Presentarse en la mesa bien vestidos, peinados y lavados, máxime cuando hay invitados.

28. Renunciar y desterrar al “yavalismo”, el todo vale, en las comidas familiares porque son de casa. Aunque a los de casa sea a los que mejor se debe atender.

29. Si fuera posible, utilizar diariamente la mejor vajilla, cristalería, cubertería y mantelería para disfrutarlas. No dejarlas para cuando haya visitas, pues las personas más importantes, son las de la propia familia.

30. Tomar el ejemplo de cómo se prepara la mesa, la comida y las personas en Navidad y en las grandes ocasiones: Cumpleaños, fiestas patronales, pedidas de mano, visitas especiales, etc. Este debe ser un modelo a seguir para todos los días normales. Cuesta muy poco intentar acercarse a ese protocolo diariamente.

Desde la antigüedad la mesa ha servido como punto de reunión para las celebraciones de los asuntos más importantes, alegres o tristes, de las familias y de la sociedad.

El gran ejemplo que una familia puede dar, además de la satisfacción de todos sus miembros y el gran orgullo para los padres, es cuando se ve su buen comportamiento en un restaurante o cuando llegan unos invitados a la casa y observan la conducta educada de los miembros de la familia. Esto puede hacer la diferencia para que los otros cambien a otra mejor forma de comportarse. Además de la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de hacer bien las cosas, es un ejemplo que debe cundir en la sociedad. También es un buen reto para los hijos demostrarlo, cuando comen fuera de la casa, con otros amigos, en el colegio o en los restaurantes.

Aprender a comer bien en la mesa familiar, es un ejercicio que queda inscrito en la mente para toda la vida. Muchas contrataciones de trabajo pasan por una comida profesional donde todos están pendientes de si el nuevo candidato pasa o no la prueba de comportamiento en la mesa. En noviazgos y amistades suele ocurrir de forma parecida.

Hay muchos manuales de urbanidad o buenas maneras, relacionados sobre la forma de comer en la mesa familiar y en el ambiente social y profesional. En cada país aplican algunas normas diferentes, pero la mayoría son comunes internacionalmente. Desde la disposición correcta de la vajilla, cristalería, cubertería, mantelería y manejo de los cubiertos, hasta el orden de consumir cada tipo de alimentos y la utilización de la cubertería, pasando por la colocación jerárquica de los comensales, tiempos de cada fase, quienes se sientan y se levantan primero, el respeto de esperar a empezar y terminar cada plato, etc.

La mesa familiar es donde se enseña a los hijos a aprender a dar prioridad a la satisfacción de los sentidos del gusto, olfato, vista y tacto al masticar, incluso en algunos casos al oído, pues hay alimentos que suenan.

El desayuno en la mesa familiar es una de las actividades más importantes de toda la familia, principalmente de los que tienen que salir a estudiar o a trabajar. Entonces es donde comienza la formación de los hábitos alimenticios saludables para reponer las fuerzas consumidas durante la noche y la obtención de energías para las que se van a consumir durante los estudios o el trabajo. Es desde entonces cuando los padres, aunque sea con insistencia, tienen que ir fomentando las costumbres para que se vayan convirtiendo posteriormente en buenos hábitos alimenticios, pues el éxito o el fracaso de los estudios o del trabajo dependen muchas veces, entre otras cosas, en haber desayunado correctamente. Desayuna como rey, come como príncipe y cena como mendigo.

La comida en familia sirve para conservar las costumbres y tradiciones culinarias, alimenticias y de comportamiento, siempre que sean adaptadas o modificadas positivamente a la situación actual, de acuerdo a las conveniencias, incluyendo la transmisión del consumo de alimentos típicos de los países de origen.

En las comidas familiares se pueden tomas muchas más medidas y más creativas para mejorar la calidad de la alimentación familiar y evitar la epidemia de la obesidad y por lo tanto de diabetes y las enfermedades cardiovasculares relacionadas.

Las comidas familiares son el mejor medio de sincera hospitalidad, al obsequiar a los invitados compartiendo lo que hay en la casa y sobre todo con la compañía de la familia.

La superprotección de los hijos incluso en las comidas familiares, ha provocado un aumento generalizado de las situaciones de conflicto, enfrentando a los cónyuges que quieren dar caprichos a unos hijos sí y a otros no. En la mesa familiar deben cumplirse, principalmente por los padres, los conceptos de buen ejemplo, orden, autoridad, obediencia, convencimiento o disciplina. Así la alimentación y educación será la adecuada a cada tipo de familia que se quiera formar.

Los niños aprenden a comer y a alimentarse bien en las comidas familiares, de acuerdo con el ambiente familiar creado y desarrollado por los padres, pues las costumbres alimenticias de los niños de hoy, influirán enormemente en el desarrollo de su personalidad futura. Los padres son los que ofrecen, permiten y prohíben ciertos alimentos y crean las reglas acerca de la comida. Como por ejemplo, comer todo lo que hay en el plato y primero las verduras, además del seguimiento de las normas de educación en la mesa.

No queremos darnos cuenta del privilegio que supone tener comida y una mesa para servirla. Muchas sociedades no tienen ni lo uno ni lo otro, mientras a otras les sobra, lo despilfarran y no lo agradecen pues consideran que es un derecho el haberlo conseguido.

La comida familiar no debe ser un buffet donde cada uno elige lo que quiere de lo que hay en la cocina, en el frigorifico o en la despensa, pensando que el que llegue después, que se las arregle. La comida familiar es un lugar para compartir lo que hay, pensando siempre en los demás. No es un lugar donde se está pendiente de la televisión, el teléfono o los juegos electrónicos. Tampoco es un club donde cada cual coge la comida que quiere y se va a comerla a su habitación o se sienta frente a la televisión, o con el teléfono u otras pantallas electrónicas, aislado de los demás. Como si estuviera en algunas oficinas, cada uno en su cubículo.

En las comidas familiares, los hijos aprenden la mayoría de los hábitos, buenos o malos de sus padres. Es el lugar perfecto para dar buen ejemplo los padres a los hijos y viceversa y para que los padres transmitan las costumbres alimenticias de sus culturas y lugares de procedencia, así como de su situación económica. Teniendo mucho cuidado a la aculturación, del proceso de transición y asimilación de la cultura del país de origen al de destino, evitando que por comodidad, prisas o cambio de imagen el acomodarse a comidas menos saludables y a alimentos procesados..

Los padres deben participar en clases de nutrición, cocina, presupuestos familiares, compras alimenticias, etc. para aprender a promover estrategias que les ayuden a promover hábitos alimenticios saludables y así conseguir disminuir el numero de comidas fuera del hogar, ya que estas son menos nutritivas, incluso algunas veces son dañinas a la salud y mucho más caras. Cuanto mas barata es la comida en la calle, mucho más perjudicial es para la salud, de ahí que aparezcan esas gorduras exageradas en las personas que comen muchas veces fuera de la casa, acompañándolas siempre con los refrescos llenos de azúcares y cafeínas.

La comida fuera de la casa puede ser un placer, sobre todo para las madres que tienen que hacer diariamente los milagros y equilibrios económicos para que les alcance el presupuesto y poder dar gusto a todos. Que su familia les atienda a ellas de vez en cuando, es un privilegio que se lo deberían dar, como premio de reconocimiento al esfuerzo que continuamente hace. Algunas madres dicen: Cuando llego a fin de sueldo, todavía me quedan muchos días para terminar el mes.

La comida familiar es el lugar perfecto para que toda la familia cumpla con su misión de transmitir con el ejemplo la práctica de las virtudes y valores humanos, enseñar a pensar, a amar al prójimo, a hablar con Dios dándole gracias por los alimentos recibidos y a defenderse de las influencias y agresiones externas. Es el epítome de una buena educación y la mejor demostración de lo que hay detrás de ese comportamiento.

En las comidas familiares nadie debe practicar los desordenes alimenticios de la ortoexia, la vigorexia, la bulimia, la anorexia, la gula, la hipocondría, etc. Es muy difícil de distinguir la línea divisoria entre ellas. Todos son desordenes muy peligrosos que se pueden convertir en patrones alimenticios restrictivos, obsesivos y extremos.

La ortoexia es un desorden alimenticio que se caracteriza por la obsesión de consumir alimentos considerados saludables, lo que puede conducir a la desnutrición y hasta la muerte. Las familias que la consienten, cometen un grave error y producen un mal ejemplo si los familiares exigen comen a la carta. La madre no es la esclava que tiene la obligación de satisfacer las impertinencias o caprichos de sus hijos, aunque si hubiera una enfermedad o recomendación médica, la cosa cambiaría. Las madres tienen que descartar las famosas frases: “De eso, a mí, mi hijo no me come, bueno es él. Si no le gusta no lo come y yo le preparo otra cosa. “No come huevos o come solamente la clara, la yema dice que le han dicho que es mala”.

Hay pasteles llamaos “tres leches” y familias que compran cuatro tipos de leches diferentes pues cada uno de la familia quiere tomar la suya propia. Leche con el 2% de grasa, con el 1%, cero grasa, de soja, con chocolate y un largo etc. Este desorden, entre otras cosas supone una mala educación y un costo muy alto, además de muchos viajes adicionales a la tienda, pues casi nunca se terminan a la misma vez y cuando se ha terminado una de las leches, hay que salir corriendo a la tienda, porque a mi hijo, marido, esposa, etc. no se le puede dejar sin su tipo de leche. A lo peor no tomaría leche ese día y empieza un problema. Si a los hijos no se les ha acostumbrado a comer de todo y sanamente, suelen hacer un gran ridículo ante terceros, en los restaurantes, excursiones, escuela, trabajos, cuando llegan invitados a la casa y un largo etc.

La madre o quien organice el presupuesto familiar, la comida, las compras, la despensa y la economía familiar, no puede dar gusto a todos los de la familia, pues tendría que comprar un programa especial de computadora, para además cumplir con unas reglas de alimentación relacionadas con las calorías, carbohidratos, proteínas, fibras, etc. que cada hijo quiere o necesita o supone que necesita.

Las comidas familiares han sufrido el mismo camino negativo que la sociedad, que ha pasado de ser una sociedad autoritaria a una sociedad absolutamente laxa en cuestiones de autoridad. Las normas de educación en las comidas familiares, en muchos casos han desparecido dejando la vida carente de ellas, de todo lo que suponga esfuerzo, dificultad o compromiso. Por eso a algunos hijos nadie les habla de obligaciones, todos les hablan de derechos, incluso para que los utilicen cuando están en la mesa familiar. Para que los hijos no se traumen, les hablan poco y mal de la experiencia enriquecedora de la comunidad familiar, del trabajo, de la austeridad, de la lucha y del posible fracaso. Solamente les hablan de la cara blanda y aterciopelada de la vida y de sus derechos. Así tenemos esos resultados educativos tan devastadores.

No he aprendido, por lo tanto no puedo enseñar, este circulo vicioso ocurre algunas veces cuando hace falta demostrar una buena educación social y familiar, pero ya es muy tarde para hacerlo, pues los hijos se marchan de la casa sin haberlo aprendido, por lo que no lo pueden transmitir a la siguiente generación. Todo lo que se haya trabajado para que la comida familiar sea un éxito tiene resultados a plazo corto y a plazo largo. Nunca debe importar en una familia bien educada lo que otras personas opinen de ellos, la buena educación es su determinación y placer, no es el de ellos.

Las comidas de las familias con mala educación giran en torno a tres electrodomésticos: El frigorífico para comer a la carta lo que se quiera a cualquier hora del día o de la noche y así no tener que comer en familia, ni someterse a las comidas o costumbres familiares. Las pantallas electrónicas para aislarse y no convivir con el resto de la familia. El teléfono para aislarse mucho más de lo que pueda suceder en la mesa familiar. Con estos tres electrodomésticos funcionando, nadie tienen que hablar para expresar sus opiniones, creencias o convenciones.
 

martes, 13 de septiembre de 2011

El Papa a novios: No tengan miedo al matrimonio fiel e indisoluble

VATICANO, 12 Sep. 11 / 10:38 am (ACI/EWTN Noticias)

En su discurso a un nutrido grupo de fieles en la Plaza del Plebiscito en la localidad italiana de Ancona, el Papa Benedicto XVI alentó a los novios que pronto se van a casar, a no tenerle miedo al matrimonio que se caracteriza por ser fiel, indisoluble y dador de vida.

Así lo indicó el Santo Padre en este encuentro, luego de haberse reunido con sacerdotes y familias en la Catedral local. En un sentido discurso, el Papa señaló que "en algunos aspectos, el nuestro no es un tiempo fácil, sobre todo para vosotros, jóvenes".

"La mesa está puesta con tantos manjares, pero como en el episodio evangélico de las bodas de Caná, parece que falta el vino de la fiesta. Sobre todo, la dificultad para encontrar un trabajo estable cubre con un velo de incertidumbre el porvenir".

"Esta condición –continuó el Papa– contribuye a aplazar la toma de decisiones definitivas y repercute negativamente en el crecimiento de la sociedad, que no consigue valorizar plenamente la riqueza de energías, de competencia y creatividad de vuestra generación".

"También falta el vino de la fiesta en una cultura que tiende a prescindir de criterios morales claros: en la desorientación cada uno se siente empujado a moverse de forma individual y autónoma, a menudo solo en el perímetro del presente".

Así, prosiguió el Santo Padre, "también las decisiones fundamentales adolecen de fragilidad y están expuestas a una perenne revocabilidad que a menudo se considera expresión de libertad, mientras que señala más bien su carencia".

"Pertenece a una cultura privada del vino de la fiesta también la aparente exaltación del cuerpo, que en realidad banaliza la sexualidad y tiende a hacerla vivir fuera de un contexto de comunión de vida y de amor".

El Papa hizo luego una enérgica y afectuosa exhortación: "¡queridos jóvenes, no tengáis miedo de afrontar estos desafíos! No perdáis jamás la esperanza. Sed valientes, también en las dificultades, permaneciendo firmes en la fe".

"Estad seguros de que, en toda circunstancia, sois amados y custodiados por el amor de Dios, que es nuestra fuerza. Por esto es importante que el encuentro con Él, sobre todo en la oración personal y comunitaria, sea constante, fiel, precisamente como el camino de vuestro amor: amar a Dios y sentir que Él me ama".

"Nada os puede separar del amor de Dios. Estad seguros, además, de que la Iglesia os apoya y no deja de miraros con gran confianza", aseguró.

La Iglesia Católica, dijo luego Benedicto XVI, "sabe que tenéis sed de valores, los verdaderos, aquellos sobre los que vale la pena construir vuestra casa. El valor de la fe, de la persona, de la familia, de las relaciones humanas, de la justicia. No os desaniméis frente a las carencias que parecen apagar la alegría en la mesa de la vida".

"Vivís un tiempo único que os abre a la maravilla del encuentro y os lleva a descubrir la belleza de existir y ser preciosos el uno para el otro (...) Vivid este camino con intensidad, gradualidad y verdad".

"Quisiera deciros, ante todo, que evitéis cerraros en relaciones intimistas, falsamente tranquilizadoras: haced, en cambio, que vuestra relación se convierta en levadura de una presencia activa y responsable en la comunidad".

El Papa explicó también que "todo amor humano es señal del Amor eterno que nos ha creado y cuya gracia santifica la decisión de un hombre y una mujer de entregarse recíprocamente en la vida del matrimonio. Vivid el noviazgo en la esperanza confiada de ese don que hay que acoger recorriendo un camino de conocimiento, de respeto y atenciones que no debéis perder nunca".

Por ello es necesario que los jóvenes se preparen adecuadamente para "elegir con convicción el ‘para siempre’ que connota el amor: la indisolubilidad, antes que una condición, es un don que hay que desear, pedir y vivir, más allá de cualquier mutable situación humana".

"La fidelidad y la continuidad de vuestro amor os harán también capaces de abriros a la vida, de ser padres (...) Fidelidad, indisolubilidad y transmisión de la vida son los pilares de toda familia, verdadero bien común, patrimonio precioso para toda la sociedad".

Desde ahora, continuó el Pontífice, "fundad sobre ellos vuestro camino hacia el matrimonio y dad testimonio de él también a vuestros coetáneos: ¡es un servicio precioso! Sed agradecidos a cuantos con compromiso, competencia y disponibilidad os acompañan en la formación: son signo de la atención y del cuidado que la comunidad cristiana os reserva. No estáis solos: buscad y acoged en primer lugar la compañía de la Iglesia".

"La experiencia del amor conlleva la tensión hacia Dios. El verdadero amor promete el infinito. De este modo haced que este tiempo de preparación al matrimonio un itinerario de fe: redescubrid para vuestra vida de pareja la centralidad de Jesús y el caminar en la Iglesia".

María, recordó el Papa Benedicto, "nos enseña que el bien de cada uno depende del escuchar con docilidad la palabra del Hijo. En quien se fía de Él, el agua de la vida cotidiana se transforma en el vino de un amor que hace buena, bella y fecunda la vida. Caná, efectivamente, es el anuncio y anticipación del don del vino nuevo de la Eucaristía, sacrificio y banquete en el que el Señor nos alcanza, nos renueva y nos transforma".

Por ello, dijo el Papa, es importante no descuidar "la importancia de este encuentro; que la asamblea litúrgica dominical os encuentre plenamente partícipes: de la Eucaristía brota el sentido cristiano de la existencia y una forma nueva de vivir".

"Entonces no tendréis miedo de asumir la comprometida responsabilidad de la elección conyugal; no temeréis entrar en este ‘gran misterio’, en el que dos personas se hacen una sola carne", concluyó.


Fuente: Aciprensa

domingo, 11 de septiembre de 2011

Diario La Nación denuncia manipulación de cifras sobre abortos

(AA) El diario La Nación denunció la manipulación de las cifras que presentan algunos medios con el objetivo de promover el aborto. Los acusó de difundirlas con total "irresponsabilidad periodística" para promover la despenalización de esta práctica antivida, cuando el tema se está debatiendo en el poder legislativo.
"Aborto: cifras engañosas, enfoques equivocados, resultados criminales" es el título del editorial del diario La Nación publicado el fin de semana, en el que cuestiona proyectos que "pretenden legalizar el aborto sobre estadísticas falaces".
El editorial alerta que estas cifras falsas "logran por el efecto de la repetición, crear un sensible estado de emoción en los ciudadanos que podría inclinarlos a apoyar soluciones que no son tales".
Reproducimos a continuación el editorial completo de La Nación.
Aborto: cifras engañosas, enfoques equivocados, resultados criminales
La misma ley que otorga al niño por nacer el derecho a heredar le niega el incuestionable derecho a vivir
Nuevamente se pone sobre el tapete legislativo el tratamiento de distintos proyectos que pretenden legalizar el aborto sobre la base falaz de estadísticas que, similares a las que difunde el Indec e igualmente poco confiables, logran por el efecto de la repetición, crear un sensible estado de emoción en los ciudadanos que podría inclinarlos a apoyar soluciones que no son tales.
Se menea con total irresponsabilidad periodística la cifra según la cual en la Argentina se practican unos 500.000 abortos clandestinos por año. Algunos refieren 480.000, otros hablan de un millón, variabilidad que torna cuando menos dudoso cualquier análisis.
Otro argumento que se esgrime, y que no es menor, indica que los abortos clandestinos que la legislación en tratamiento buscaría evitar, provocan la muerte de entre 80 y 100 mujeres por año.
Ahora bien, por separado, ambas cifras impactan fuertemente en el ánimo del observador, pero si se analizan juntas conducen a un estado de perplejidad y desconfianza que invalida todo debate y discurso sobre la delicada cuestión. En efecto, si estas cifras fuesen ciertas, la primera conclusión a sacar es que el sistema clandestino de abortos goza de una altísima eficacia médica.
Si, como todo parece indicar, el antiguo método del perejil, la gelatina o la consabida aguja "asesina" continúan aún funcionando, lo hacen con resultados muy alentadores. De hecho, según estos números, de los 500.000 abortos clandestinos, las fatales consecuencias para las madres sólo alcanzan al 0,02 por ciento, vale decir que ocasionan 100 muertes por año, poniendo en evidencia una eficacia altísima si consideramos los escasos medios de quienes practican estas cirugías ilegales. De más está decir que con esto no se puede pretender de ninguna manera justificar los abortos clandestinos.
Lo que sí buscamos es llamar la atención sobre el resultado matemático: no parece razonable que si hay 500.000 operaciones realizadas en condiciones precarias, sólo resulten fatalmente afectadas el 0,02 por ciento de las madres que se las practican. No resulta creíble, y en todo caso sería preferible que pudiera rebatirse este argumento. Se habla también de un subregistro de mortalidad y problemas vinculados a prácticas abortivas a partir de que los ingresos en las guardias hospitalarias suelen darse por complicaciones posteriores que no dan debida cuenta del real origen de la dolencia.
Ni una sola muerte debería producirse si ello fuese científicamente evitable, pero dudamos de que la aprobación de la legislación por tratarse, que incluye la transferencia de estas cirugías al ámbito de los hospitales públicos, produzca mejores resultados. Se podría concluir que la medicina casera y clandestina es altamente eficaz o que las cifras son falsas.
Tan grave como esta sospecha es el silencio estremecedor sobre las cifras de los niños muertos. Si se practican 500.000 abortos por año, 500.000 son los bebes que ven truncado su derecho a la vida constatable a partir de datos científicos como el ADN común a ambos padres desde la concepción, la independencia del cuerpo de la mujer a las dos semanas, el latido del corazón del niño a los 21 días, y el hecho de que a las 11 semanas se chupa el dedo, como se puede apreciar en una pantalla.
Estos pequeños que se ven cada día con mayor claridad merced al progreso tecnológico de las ecografías en cuatro dimensiones son los que mueren en cada aborto. Y aún así nadie los nombra, ni constituyen parte destacada de una estadística que ignora su real protagonismo.
Parecería que, con tal de justificar el aborto, la manipulación interesada de cifras está a la orden del día, con distintas lecturas. Pero sería conveniente, aconsejable, y sobre todo justo y humano, que se verificaran los números, que se los publicara completos y que se terminara con la falacia de que el que muere es "un trozo de tejido de la mujer" sobre el cual ésta tendría derecho a decidir. No puede entenderse que, sobre estadísticas falaces, la misma ley que otorga al niño por nacer el derecho a heredar le niegue el incuestionable derecho a vivir.
Fuente: http://argentinosalerta.org

viernes, 2 de septiembre de 2011

Adolescentes embarazadas

Inicio con unos datos (bastante conocidos y obvios) de la Guia Práctica de psicología y saco unas conclusiones, creo importantes y para "memorizar"....

En la actualidad se observa una paradoja: los índices de natalidad están disminuyendo de forma vertiginosa a la vez que cada vez son más numerosos los casos de mujeres de catorce a dieciocho años que quedan embarazadas. La mayor parte de éstas son solteras, aun cuando meses después algunas contraerán matrimonio en una época en que los matrimonios se celebran normalmente en edades más avanzadas que en las anteriores décadas.
¿Por qué motivo se quedan más jóvenes embarazadas en nuestra época? Los argumentos más esgrimidos orientan hacia una mayor liberalización sexual junto a una mayor posibilidad de relacionarse precozmente con adolescentes del sexo opuesto. 
La desinformación acerca del uso de métodos anticonceptivos parece tener relativamente poca importancia, ya que en la mayor parte de los casos el embarazo es fruto de unas relaciones sexuales sin planificar, que surgen de forma impulsiva y más o menos imprevista. Y la "incociencia" y pasión del momento hace olvidar convicciones, peligros, protecciones...


Forma de meditar

Nosotros somos lo que oramos…, por ello la clase de oración que preferentemente usemos, nos marcará nuestro grado de vida interior. Como clases de oración, existen tantas clases de oración como seres humanos somos y rezamos, ¡por supuesto los que rezamos!, porque desgraciadamente no todo el mundo reza. Pero de todas formas, todo es susceptible de sistematizar y en cierto modo la oración también.

Clásica y básicamente se distinguen tres clases de oración, que a su vez están ligadas con el grado o nivel de vida espiritual de la persona que la pone en práctica. Estas tres clases, son: La oración vocal, la oración mental, y la oración contemplativa; según que preferentemente empleemos la palabra, la mente o el corazón, y así nos encontraremos más cerca del Señor. A este respecto el Catecismo de la Iglesia en el parágrafo 2.721, nos dice: “La tradición cristiana contiene tres importantes expresiones de la vida de oración: la oración vocal, la meditación y la oración contemplativa. Las tres tienen en común el recogimiento del corazón”.

En la oración vocal, esencial y preferentemente empleamos para rezar la palabra. En la oración mental o de meditación  no vocalizamos porque, empleamos para rezar la mente y el corazón. Y rezamos solo con el corazón en la oración contemplativa o del corazón, tal como su nombre indica, en ella, nosotros ponemos solo eso: el corazón y el Señor pone todo lo demás. Pero demás de estas tres básicas clases de oración, existen también otras clases de oración, en la que preferentemente usamos otras facultades de las que disponemos, cual es el caso de la escritura o de la lectura espiritual, y también aquella clase de oración que podríamos llamar corporal, pues a través de determinadas formas corporales le rendimos tributo a Dios. También tenemos aquellas personas que dotadas por el Señor del don de la versificación, escriben encendidos versos de amor a Dios. Pero en el fondo estas clases de oraciones, se pueden encuadrar dentro del marco de las tres básicas ya señaladas.

La mayoría de las personas, se encasillan en la oración vocal y no pasan a la mental o meditación, y si no pasan por la meditación, solo con la oración vocal, difícilmente pueden llegar algún día a la oración contemplativa, que nace como un don de Dios, y que es lo que es. Es un fuego de amor en que se sumerge el alma, por el arrobamiento que da la contemplación de nuestro Señor. Tanto la oración vocal como en la mental o meditación, estas dos solo dependen de nuestra disposición y voluntad para orar, por lo que nosotros somos los que creamos. Pero en el caso de la oración contemplativa, esta es el fruto de un don de Dios, nosotros solo podemos desearlo, pero no crearlo. La meditación es la oración más perfecta a la que nosotros podemos aspirar y ofrecerle a Dios con nuestro esfuerzo. A partir de aquí se entra ya en el mundo de la contemplación, donde nosotros no damos nada, Él es el que nos lo da todo. La meditación es el escalón anterior a la contemplación y se encuentra próximo a ella, ya que, en la medida que avanzamos meditando nos vamos acercando a la contemplación.

La meditación es el paso anterior a la contemplación, pero ella tiene sus dificultades y son muchos los que la abandonan y se circunscriben únicamente en la oración vocal. Quizás sea más difícil practicar la oración mental que la vocal, pero la meditación deja sin duda un fruto más hondo y duradero en el alma. En ella, el hombre recoge su mente, su voluntad, su corazón, su memoria, y su imaginación, para dialogar con Dios. Esto puede parecer difícil, pero es como todo en la vida, cuando se aprende el camino todo resulta fácil. La lectura es el alimento de la meditación, meditar sin el apoyo de un libro es verdaderamente difícil y uno está muy expuesto a las distracciones. La lectura espiritual, bien hecha es una inmejorable meditación y la perseverancia en este camino, nos acercará primero a meditar sin el auxilio de un libro, a la oración contemplativa. Pero téngase siempre presente, que la lectura que se toma para meditar no tiene como finalidad, el aumentar nuestros conocimientos intelectuales, sino reforzar nuestro amor a Dios.

La perseverancia, como siempre ocurre en el desarrollo de la vida espiritual, es básica. Cuarenta años se dice que estuvo Santa Teresa de Jesús apoyándose en libros para poder meditar. Como libros indicados hay varios, pero hay uno que descuella sobre todos los demás. Me refiero al Kempis, pues son innumerables los santos, que se han apoyado en este libro, que en síntesis es un conjunto de cortos pensamientos espirituales, que es lo que se necesita para meditar.

Nuestras meditaciones pueden ser habitualmente muy prosaicas o incluso, un tanto aburridas, pero esto no importan si aciertan en que al meditar en lo profundo de la inteligencia y de la voluntad, todo lo hemos de enfocar desde el punto de vista de las cosas de Dios, sin importarnos lo oscura que nuestra visión pueda ser. Se equivocan aquellos que piensan que su meditación debe culminar siempre emotivamente, ya que cuando esto no ocurre que es en la mayoría de las veces, encuentran entonces, que sus sentimientos son secos y su oración como “sin frutos”, por lo que terminan por pensar que estaban perdiendo el tiempo. Y sin embargo, no se dan cuenta, de que sus secos sentimientos tienen un extraordinario valor a los ojos de Dios y quizás más valor de lo que ellos mismos sospechan. Muchas veces la sequedad de la meditación, le hace pensar a más de uno, que más aprovecharía el tiempo que está perdiendo, haciendo una obra de caridad, como por ejemplo visitar a un enfermo. ¡Craso error! Precisamente la meditación como antesala de la contemplación es lo que más le molesta al maligno, y hace lo posible e imposible para que abandonemos. A este respecto es bueno que nos fijemos un tiempo X para meditar, pero que seamos inexorables con el cumplimiento de ese tiempo, porque nunca meditando estamos perdiendo el tiempo, aunque estemos allí como unos pasmarotes, luchando mentalmente contra las distracciones.

Sobre las distracciones es de ver que a medida que se avanza en el desarrollo de la vida espiritual, el nivel de estas va disminuyendo. En todo caso una buena forma de combatirlas, es tomar una jaculatoria y estar mentalmente repitiéndola hasta que se cumpla el tiempo prefijado. Los PP Carmelitas en sus Desiertos, tienen siempre una hora de meditación por la mañana y otra por la tarde, y muchas veces he sido testigo, de cómo luchan frente a las distracciones y contra el sueño. Lo ideal es meditar delante del Santísimo, siempre a la misma hora pero si esto no es posible, encerrémonos en nuestra habitación con un crucifijo por delante, que si uno tiene verdadero interés, estoy segurísimo de que el Señor, por caminos ignorados, le facilitará un acercamiento a Él.

No es bueno juzgar la eficacia de nuestra oración mental por los fuegos que salen de nuestro interior cuando rezamos, aunque algunas veces el fruto de una buena meditación pueda ser un amor sensible y ardiente que surge de intuiciones profundas de la verdad, sin embargo, de estas llamadas “consolaciones de la oración” no nos debemos fiar sin reserva o sin una búsqueda de sus propios motivos. Es muy probable que una meditación aparentemente fría porque carece de sentimiento, sea la más provechosa, aunque así no lo veamos ni lo comprendamos nosotros. Resulta absolutamente imposible para nuestras mentes, tener en este mundo una percepción amplia y clara de las cosas de Dios, y de cómo son realmente en sí mismas, porque tal como escribía el cardenal Ratzinger: “….los caminos de Dios son otros: su éxito tiene lugar a través de la cruz y siempre se encuentra bajo ese signo…. Lo que nos llena de esperanza, es la Iglesia de los que sufren”.

Puede decirse con verdad, que no hay sino muy pocas personas que mediten debidamente para alcanzar la contemplación, al igual que, tal como escribía el P. Lallement: “…, son también poquísimas las personas que se mantienen constantemente en los caminos de Dios. Muchos se desvían sin cesar. El Espíritu Santo les llama con sus inspiraciones; pero como son indóciles, llenos de sí mismo, apegados a sus sentimientos, engreídos de su propia sabiduría no se dejan fácilmente conducir, no entran sino raras veces en el camino y designios de Dios…. Así avanzan muy poco y la muerte les sorprende no habiendo dado más de veinte pasos, cuando hubieran podido caminar diez mil”.