sábado, 12 de septiembre de 2015

Videntes y supuestas apariciones, ¿dónde está el peligro?

Las apariciones marianas, a lo largo de la historia, han sido y son una demostrada fuente de frutos espirituales, conversiones, milagros y de renovación espiritual para muchos creyentes, incluso para que muchos alejados vuelvan a la Iglesia. Pero no hablamos de las apariciones aprobadas por la Iglesia, de las que hay suficiente información, sino de aquellas que proliferan últimamente, sobre todo gracias a internet, como un fenómeno paralelo a la Iglesia.
 
Muchos de los supuestos videntes y sus difusores defienden aparentemente las posturas morales de la Iglesia con radicalidad, pero enseñan una imagen herética de Dios, contraria a la revelada en Jesucristo, fomentando en muchos casos la superstición y el pensamiento mágico. Creen que la Virgen María es más buena y misericordiosa que Dios, y que intercede con grandes sufrimientos, para que Dios Padre se apiade de la humanidad y no nos castigue con baños de azufre y fuego, como un dios pagano irascible y malhumorado.

Los peligros del fundamentalismo

En algunos casos, es tal el fanatismo de algunos grupos aparicionistas, que si uno no adhiere a su vidente o no se lee sus mensajes, es visto como una persona poco espiritual o incrédula.

lunes, 7 de septiembre de 2015

El arte de hablar

 

Moderado y discreto al hablar

Todos conocemos muy bien la expresión del apóstol Santiago: “si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo” (3, 2). Muchas veces me pregunto si tomamos conciencia de lo que el apóstol nos enseña. La expresión del apóstol podría ser traducida a modo de refrán: “dime cómo hablas y sabré si eres santo.”

Se puede decir que la lengua es lo mejor y lo peor que tenemos, es fuente de inmensos bienes, pero también, en contraste, es incalculable el mal que podemos hacer con la misma lengua. Una sola palabra basta para exteriorizar las riquezas o las miserias del alma; sólo quien posee sólidas virtudes, puede mostrarse delicado y discreto, sincero y educado, abierto y prudente. Es decir, existe una perfecta ecuación entre santidad y discreción en el hablar.

El uso de la lengua y las virtudes

En efecto, el uso de la lengua es la manifestación más elocuente de las virtudes cristianas: Quien no tiene caridad, no puede ser moderado. Quien no es humilde, no puede ser discreto. Quien no es sencillo, sincero y abnegado, no dominará jamás su lengua porque él mismo está encadenado por pasiones violentas.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

6 tentaciones típicas del cristiano nivel avanzado

Por si a alguien todavía no le queda claro: el demonio existe y los seres humanos no somos de su particular agrado; es más, el muy cobarde, puesto que a Dios no puede hacerle ningún daño directo, decidió herirlo a través de las criaturas que Él más amaba: nosotros. Por eso nadie se espante, especialmente los cristianos (su presa favorita), si les digo que el demonio constantemente nos ataca y nos tienta para que ofendamos a nuestro Creador.


El problema es que el demonio es muy astuto, y nosotros, los cristianos, muchas veces nos pasamos de tontos. Creemos que ir a Misa, rezar el Rosario y tratar de vivir una vida cristiana coherente nos exime automáticamente de toda preocupación por la presencia de este indeseable sujeto. Lamento decir que la realidad no es así. El demonio redobla sus esfuerzos cuando ve coherencia cristiana en nuestras vidas, asume nuevos rostros y actualiza sus estrategias. Una metáfora puede ayudarnos: un ladrón quiere entrar a robar en una casa. Merodeando su objetivo y rumiando su plan descubre que ahí vive una joven cuyo novio, a una determinada hora, le lanza piedritas a la ventana para que ella se asome por el balcón y le permita entrar. ¿Qué deberá hacer el ladrón para engañar a la joven? Seguramente lanzar piedritas a la hora correcta solo podría servirle para ganarse un escopetazo del Papá. Es obvio que el plan debe consistir en disfrazarse del novio, copiar su modo de andar e impostar la voz para lograr un tono lo más parecido posible. Creo que es un buen ejemplo para entender cómo se filtra el demonio y sus tentaciones en la vida de un cristiano. El demonio, al no poder presentarnos la tentación de manera burda porque sabe bien que serían rápidamente rechazadas, cambia de plan e intenta presentarse con pensamientos y estados de ánimo que parecen espirituales para poco a poco desviarnos de la relación con Dios.

¿Cuáles son esos pensamientos y estados de ánimo en apariencia positivos y espirituales pero que en el fondo son tentaciones? Me voy a valer del libro El discernimiento del Padre Marko Rupnik, que por cierto recomiendo mucho, para responder a esta pregunta. Éste se basa, a su vez, en los padres de la Iglesia, es por ello que los puntos que se vienen tienen mucho de la riqueza de la tradición y la sabiduría de la Iglesia.