La sociedad actual vive un cambio de valores e ideales que nos coloca en
un mundo inestable. Nuestro prójimo es visto más como objeto sexual que
como hijo de Dios. ¿Qué le dices a una mujer u hombre atractivo?
“¡Guau, qué hija de Dios!”, “¡Guau, qué hijo de Dios!”... es más común
oír: “¡Guau, qué mujerona! ¡Guau, qué tipazo!”.
Es fundamental entender que la lujuria comienza en la mirada y luego en el pensamiento y, finalmente, llega al corazón. “Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón"
(Mt 5,28). Por lo tanto, el pecado no empieza solamente en el acto en
sí, con la fornicación, sino también en la mirada maliciosa.
Por eso, tres consejos para vivir la pureza en la actualidad:
Las escrituras nos enseñan que no debemos amar al mundo, a no satisfacer
los deseos de la carne y a luchar contra el demonio
Los enemigos del alma son tres Mundo, Demonio y Carne. Éstos nos llevan a desobedecer a Dios.
1.- Mundo:
Se lo vence aprendiendo a valorar las cosas como las valoran Dios y
los santos, no como lo hace la gente sin fe que tiene un modo de pensar
completamente materializado, restándole importancia a Dios y a sus
mandamientos.
Esto es a lo que llamamos secularismo, es decir, obrar de acuerdo a
las costumbres, modas o ideas de la gente sin fe, sin moral y sin Dios,
organizando la vida como si Él no existiera dándole importancia
solamente a lo que le guste a nuestro cuerpo, al orgullo, o a la
avaricia.
La escala de valores para Dios es la siguiente:
- Amar a Dios y cumplir sus mandamientos
- Amar al prójimo y tratarlo como deseamos que nos traten a nosotros
- Perfeccionarse a si mismo lo más posible