El tablero “ouija” es un fraude y un engaño en la casi
totalidad de las veces que se usa para contactar con alguna entidad espiritual.
En muy rarísimas ocasiones, y fuera de las causas naturales, se puede suponer
como medio de contactar y tratar con los demonios, nunca con los fallecidos. Si
Dios no lo desea, no es posible comunicación alguna de los vivos con los
muertos porque sólo Dios es el Señor de los vivos y de los muertos. Practicar
la “ouija” es un pecado y está totalmente desaconsejado por la Iglesia.
1. Las razones de la aparición de la "ouija" y
otros métodos de contacto con los muertos
En los países occidentales, durante el final del siglo XIX,
se produjo un gran desarrollo de la ciencia y la tecnología industrial,
surgiendo así dos corrientes antagónicas:
- Por un lado, un cientifismo materialista y orgulloso de
sus logros, considerando oscuro y mitológico todo pensamiento religioso, así
como ingenuo e inculto. Consideraba al hombre como único dios de la creación,
que él mismo empezaba a dominar y modelar. Dios era realmente el mismo hombre,
y ahora empezaba a saberlo y a saborear su propio poder.
- Y por otro lado, las corrientes contrapuestas, que no
claudicaban ante los desaires y la reclusión que querían imponerles los
primeros, y que intentaban satisfacer los anhelos de trascendencia y ordenar
sus creencias ante las nuevas ideas y avances. Avances que a veces se negaron,
se rehuyeron o se condenaron, viendo en la primera corriente una nueva
construcción de la torre de Babel, y con un final similar que profetizaban.
Sin caer en demasiadas simplificaciones y existiendo una
mayor mezcla de ideas, a veces en la misma sociedad y las personas, son estas
décadas momento, y por las mismas razones, de gran actividad en la búsqueda de
ideas nuevas en religiones nuevas, ideas no cristianas, religión ésta
desprestigiada también por las ideologías masónicas, fuertes e influyentes en
estos años. Se trata de buscar un nuevo repertorio ideológico en religiones de
Oriente. Son los tiempos de gurús asiáticos viajando por Europa y América y
llenando auditorios, de viajes de occidentales a países remotos, como la India,
buscando ideas nuevas esotéricas y escondidas, sabiduría perdida, esperando
satisfacer la necesidad de un algo más allá de lo puramente material e
inmediato.
Es el tiempo de las corrientes espiritualistas, las mezclas
y sincretismos, el redescubrimiento de los cristianismos gnósticos, la
dispersión y proliferación de formas nacidas del protestantismo clásico,
especialmente en la nueva tierra americana, el nacimiento de los adventismos,
el mormonismo, la Teosofía, la Ciencia Cristiana, y con ellos multitud de
grupos y grupúsculos de cariz taumatúrgico, utópico, reformista, profético,
milenarista, fundamentalista y literalista escriturístico,... toda una suerte
de deseos de un más allá que la ciencia cientifista y materialista, cada vez
más apabullante, negaba y ridiculizaba.
Su suele considerar que el espiritismo empieza a
desarrollarse entre el año 1843 y1844 en América bajo el médium Andrew Jackson
David, si bien en Alemania existió una fuerte expectación entre el 1829 y el
1846, donde tenemos a Frederika Hauffe, la famosa vidente donde el
sonambulismo, el mesmerismo y la posesión y canalización con espíritus de
difuntos era habitual.
Sin embargo, el punto álgido de extensión y dispersión por
toda la sociedad del espiritismo es el año 1848, con epicentro en Nueva York a
través de las hermanas Fox, Kate y Margaret. Y a partir de ahí no podemos dejar
de nombrar a Allan Kardec, escritor y divulgador del espiritismo, y que en el
1857 publicó "El libro de los espíritus", un auténtico “best-seller”
de la época.
Todos ellos alentados por figuras como Emanuel Swedenborg,
que hablaba de contactos durante el sueño y la vigila, así como relator de
visiones con el mundo de los espíritus, ya en el siglo XVIII, o el mismo Franz
Anton Mesmer, que en el siglo XVIII y XIX desarrolló la pseudo-ciencia del
magnetismo, los fluidos corporales magnéticos, y que su seguidor James Braid
extendería para desarrollar la hipnosis en el 1842, el juego de moda de
occidente a partir de entonces en los salones de época y los teatros.
Es en este ámbito donde tenemos la proliferación de sesiones
de espiritismo de salón de burguesía culta y descreída, que renegando de los
postulados del cristianismo oficial, aunque a veces alentada por estas mismas
creencias trascendentes, esperaba a través de los médiums, la canalización y
los métodos de contacto con los muertos, encontrar demostraciones al mismo
tiempo científicas para oponerse a la ciencia que afirmaba que nada había tras
la muerte.
2. El tablero "ouija"
Nos encontramos por lo tanto en un momento privilegiado para
que estos métodos de contactismo y mediumnidad en toda su extensión y variedad
se difundan entre un público extenso en ideologías, creencias, y deseoso de
conocimientos de todo tipo, crédulos algunos e incrédulos otros.
"Ouija" es una sustantivo formado por alargamiento
o fusión de dos palabras, de igual significado y de distinta lengua,
"oui" (“si”, en fránces), y "ja" (“si”, en alemán). Su
aparición no es clara, aunque se ha venido atribuyendo a Elijah Jefferson Bond,
por ser quien la llegó a patentar, quedando claro así el aspecto que tenía de
ventas multitudinarias y de elemento científico-técnico, como antes decíamos.
El año de la patente es el 1890.
Bond, junto con dos socios, William H. A. Maupin y Charles
W. Kennard, crearon una empresa para vender los tableros, los cuales
denominaron con el nombre actual, “ouija”, y remontaban hasta los egipcios, que
en estos años, donde décadas antes Jean-François Champollion puso aún más de
moda aquella civilización con sus descubrimientos lingüísticos, y que llegaba a
trozos a Europa y América por mano de mercaderes de tesoros que vendían
multitud de objetos expoliados, era el paradigma del conocimiento secreto y
hermético.
El tablero “ouija” apenas ha variado, también debido a los
derechos de la patente, que desde el 1966 posee la empresa de juguetes “Parker
Brothers”, generadora de juegos tan famosos como el Monopoly, el Trivial
Pursuit, el Risk o el Cluedo.
El tablero original de la “ouija” consta de las 26 letras
del alfabeto inglés (desde la A hasta la Z) y los 10 dígitos numéricos (desde 0
al 9). Además tiene la expresión "Good bye" ("Adios"), y
las opciones "YES" ("SI") y "NO"
("NO"). Símbolos de dos estrellas y un sol junto con una luna
creciente junto a otra estrella enmarcan los cuatro ángulos del tablero de
madera.
Las posteriores versiones son similares en casi todo.
Algunas añaden la expresión "Hola", o la expresión "Repite la
pregunta. No la entendemos bien", la expresión "¿?", o los
signos "+" y "-", o incluso simbología mágica o satánica,
como pentáculos, el 666, caras de monstruos y demonios, etc. Además, el sistema
dispone de un anillo o corona circular que permite moverse por las diferentes
letras y dígitos, palabras y expresiones, para comunicarse con los difuntos,
espíritus diversos o entidades trans-materiales.
Con el tiempo han ido surgiendo una serie de leyendas de
buen comportamiento en su utilización, como ser educado con los muertos, no
hacerles perder el tiempo con preguntas absurdas, no insultarles, saludarles
diciéndoles “hola” al empezar la sesión y “adiós” al salir, cerrar la sesión
para que no quede abierta esa posible puerta con el más allá, pudiendo entrar
cualquier espíritu o entidad a este mundo, etc. Además, se han ido generando
otras reglas como el no jugar sobre una tumba de un fallecido reciente, o en un
cementerio, o no jugar solo, sino siempre acompañado.
3. Algunas preguntas a la misma “ouija”. Experimentos
sencillos
Analicemos a continuación el método de funcionamiento y lo
que pretende lograr, y presentemos algunos experimentos.
Lo primero que vemos es que el movimiento se debe a una
fuerza mecánica que actúa a través de los brazos de los participantes, que de
manera conjunta se apoyan en el anillo o corona circular, en la variante más simple
del sistema “ouija” antes expuesto, aunque a veces es un vaso.
El desplazamiento del anillo se debe al movimiento de los
brazos de los participantes, donde reside el origen de la fuerza inicial. Los
participantes son objetos instrumentales del movimiento, de tal forma que
alguna entidad espiritual será quien mueva el anillo por medio de sus manos.
Algunas preguntas son: ¿es posible dejar el anillo suelo y
sin tocarlo? Los experimentos muestran que no es posible, porque son los
participantes quienes lo mueven a través de sus brazos y mano. No obstante, es
otra entidad ajena a ellos quienes entonces obra por su brazo. Al final, lo que
tenemos es un mecanismo de palanca que es susceptible de estudio, para ver
dónde se ejerce la fuerza origen. La causa debe ser que un espíritu o entidad
usa del cuerpo de los participantes y les mueve. ¿Podría entonces moverles a
ellos al completo? ¿Quizás los pies? ¿La cabeza? ¿Todo el cuerpo en movimientos
de torsión o desplazamiento? Por la misma razón podría hacerlo. No vemos por
qué no.
Por lo tanto, ¿funcionaría igualmente si el sistema motor
del anillo se debiera al efecto instrumental de los pies y los participantes no
vieran qué signo señalan, sino que una cámara grabara lo que ocurre, el
tablero, y los entes convocados movieran los pies de los participantes? Debería
no haber cambios y obtenerse frases coherentes. ¿O acaso hay cambios y ya no
salen respuestas con sentido?
Sería interesante también saber si el material del anillo
cambia los resultados, o si cambiamos de objeto, sea un anillo, un vaso, un
teléfono móvil, o cualquier otra cosa. Ver incluso cuánto peso de ese objeto,
sea cual sea, puede mover la entidad convocada. Y calcularlo. Y ver cuánto
pueden mover los participantes fuera de la sesión “ouija”, y comparar los
resultados.
Otro experimento interesante sería ver si personas
totalmente analfabetas y desconocedoras de los signos de letras y números
posibilitaran comunicaciones coherentes. Ya que así sabríamos si el hecho de
desconocer el alfabeto por parte de los participantes, simples canales o
médiums, y por lo tanto no necesariamente conocedores de los signos de la tabla
“ouija”, lleva a que se produzca un mensaje con sentido. Lo cual sería lo
esperado, ya que son los propios espíritus o entidades quienes usan a los
participantes de manera instrumental.
Por otro lado, como los espíritus de los muertos suponemos
son tan inteligentes, al menos, como lo fueron de vivos, sería interesante
darle la vuelta al tablero, y además de forma desordenada colocar los signos,
un tablero desconocido en su ubicación de los signos por los participantes, y
ello en una mesa de cristal transparente donde una cámara e investigadores
vieran qué ocurre realmente, apuntando los lugares señalados por los
participantes, que irían con los ojos vendados, y participarían en la sesión
espiritista. ¿Saldrán frases y palabras con sentido? ¿El anillo apuntará a
lugares donde hay signos o aparecerá en sitios del tablero incluso donde no hay
signo alguno? ¿Acaso el espíritu no puede colocarse bajo la mesa y mover a los
participantes de la sesión “ouija” ahora?
Y además, ¿cómo sabe el espíritu en qué lugar está cada
letra? Entendemos que ver algo es usar de la luz visible, que incide tras
reflejarse en un objeto, en el nervio óptico de un ser con capacidad visual.
¿Dónde reside el nervio óptico de dichos espíritus? Alguien podría decir que es
el de los participantes, y que precisarían de ver las letras. ¿Es así? Si ese
es el caso, los espíritus usarían los ojos, además de los brazos para contactar
y hablar. Y los participantes, como instrumentos, no precisarían entender los
signos de la tabla.
Este aspecto nos llevaría a usar a participantes que, por
ejemplo, no entiendan el hebreo, y usar el alefato hebreo como signos en la
tabla “ouija” para comunicarse con los espíritus, sin duda convocando a un
espíritu que conozca el hebreo, pongamos el rey David, o cualquier judío que
haya muerto, y a partir de ahí ver si el sentido de los textos son coherentes,
tomando por ejemplo personas de un poblado del Amazonas o de una tribu africana
de la seleccionemos personas sin conocimiento del hebreo, o simplemente
personas cercanas de las que nos cercioráramos previamente de su
desconocimiento de los signos de esta lengua semita. ¿Funcionará? ¿Habrá
sentido en las respuestas de los espíritus?
Si los muertos usan a los participantes como instrumentos de
comunicación, ¿funcionaría con animales? ¿No pueden los espíritus usar
instrumentalmente a un animal? ¿Un mono? ¿Quizás una cucaracha que se paseara
por el tablero desde un signo a otro? ¿No tienen poder los espíritus para hacer
esto?
¿Podríamos en dos lugares alejados convocar al mismo
espíritu en dos sesiones y esperar las mismas respuestas a similares preguntas
en dos grupos de médiums diferentes y sin comunicación entre los participantes
de cada grupo durante las sesiones? ¿Habrá coherencia e igualdad de respuestas?
¿O no?
En definitiva, y por no extendernos en lo que sería una
batería amplia de experimentos y preguntas que hacemos no a los espíritus de
los muertos, sino a la misma “ouija”, es claro que hay formas de estudiar con
mucha simplicidad cuánto de cierto hay en este método para hablar con personas
fallecidas, personas condenadas, o para contactar con ángeles, demonios o
cualquier otra entidad. Y los experimentos que se han hecho siempre han dado la
misma respuesta: cuando los participantes no pueden ver los signos que para
ellos sean conocidos, no hay respuestas coherentes.
En mis análisis y pruebas como especialista en magia,
nigromancia y satanismo, realizadas hace años con el tablero “ouija”, jamás he
logrado conseguir un resultado positivo cuando he sometido las sesiones a
pruebas simples como las expuestas, no consiguiendo nunca respuesta por parte
de fuerzas externas de tipo alguno, al menos, y como digo, en todos los
experimentos realizados por mí. Incluso a personas que decían que ellas sí lograban
contactar con espíritus.
4. Entonces, ¿no hay nada de cierto en la posibilidad de
usar el tablero “ouija” para contactar con fallecidos, espíritus o entidades
del más allá?
La casi totalidad de las sesiones "ouija" son una
pérdida de tiempo, y a veces dinero, en tanto que son un fraude y un engaño. Es
fácil además creer que el anillo o el vaso se mueve solo, siendo un simple
efecto de suma de fuerzas de cada uno de los participantes, que lleva a que
cuantas más personas sean, más plausible sea la sensación en cada participante
de que "yo no lo he movido, se ha movido solo". Es la llamada
“respuesta ideomotora”.
Tampoco es posible, si Dios no lo desea, contactar con los
fallecidos. Es asunto sólo de Dios, el Señor de la vida y de la muerte, lo que
nos atañe y compete tras nuestro fallecimiento. La esperanza y la fe como
virtudes teologales han de ser nuestro amparo, confiando en Dios y rezando por
todos los fallecidos.
Sin embargo, en muy raras ocasiones, muy raras, como dice Santo Tomás de Aquino, O.P., puede
ocurrir que sean los demonios quienes se hagan pasar por espíritus de
fallecidos, por medio de sugestiones y haciendo apariciones falsas de personas
que han muerto. Así, podría darse que a través de la malsana curiosidad de los
participantes en conocer el ámbito de los fallecidos o de los seres
espirituales, a veces convocando a personajes sádicos, asesinos, e incluso
demonios, que esperan poner a su servicio, estén permitiendo, y ello al margen
del método del tablero “ouija”, mecanismo ingenuo para los ángeles malvados,
con un acto de su voluntad, un deseo de presencia y convocación de demonios,
los cuales nunca se verán sometidos ni por tableros “ouija” ni por conjuros o
círculos protectores, talismanes o pentáculos, sino que a su libre arbitrio y
voluntad manifestarán parte de su poder y maldad sobre los participantes de la
sesión “ouija” que tanto deseaban que se manifestaran.
Por otro lado la Iglesia siempre se ha opuesto a este tipo
de prácticas.
Así, el Santo Oficio (24 de abril de 1917) dijo que no era
lícito "por el que llaman médium, o sin el médium, empleando o no el
hipnotismo, asistir a cualesquiera alocuciones o manifestaciones espiritistas,
siquiera a las que presentan apariencia de honestidad o de piedad, ora
interrogando a las almas o espíritus, ora oyendo sus respuestas, ora sólo
mirando, aun con protesta tácita o expresa de no querer tener parte alguna con
los espíritus malignos”.
Por otro lado, el documento de la Conferencia Episcopal de
la Toscana, del año 1994, llamado “Magia y demonología”, dice que “en las
sesiones de espiritismo los participantes y el médium (forma moderna de los
antiguos nigromantes) se prodigan en la invocación de las almas de los difuntos
(por ejemplo, presuntas grabaciones de voces de ultratumba); en realidad,
introducen una forma de alienación del presente y realizan una mistificación de
la fe en el más allá, generalmente con trucos, actuando de hecho como
instrumentos de fuerzas del mal que los usan a veces para fines destructivos,
orientados a confundir al hombre y a alejarlo de Dios.”
Referencias:
+ Vicente Jara, O.P.,"¿Es posible comunicarse con los
muertos?", Aleteia,
http://www.aleteia.org/es/arte-y-espectaculos/q&a/es-posible-comunicarse-con-los-muertos-292002
+ Vicente Jara, O.P., Programa "Conoce las sectas"
de radio María sobre el espiritismo (23-febrero-2013), Radio María España,
http://info-ries.blogspot.com.es/2013/02/conoce-las-sectas-6x10.html
+ Vicente Jara, O.P., "El YouCat y sus contenidos sobre
sectas, magia y esoterismo", http://info-ries.blogspot.com.es/2011/08/el-youcat-y-sus-contenidos-sobre-sectas.html
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