Las apariciones marianas, a lo largo de la historia, han sido y son
una demostrada fuente de frutos espirituales, conversiones, milagros y
de renovación espiritual para muchos creyentes, incluso para que muchos
alejados vuelvan a la Iglesia. Pero no hablamos de las apariciones
aprobadas por la Iglesia, de las que hay suficiente información, sino de
aquellas que proliferan últimamente, sobre todo gracias a internet,
como un fenómeno paralelo a la Iglesia.
Muchos de los supuestos videntes y sus difusores defienden
aparentemente las posturas morales de la Iglesia con radicalidad, pero
enseñan una imagen herética de Dios, contraria a la revelada en
Jesucristo, fomentando en muchos casos la superstición y el pensamiento
mágico. Creen que la Virgen María es más buena y misericordiosa que
Dios, y que intercede con grandes sufrimientos, para que Dios Padre se
apiade de la humanidad y no nos castigue con baños de azufre y fuego,
como un dios pagano irascible y malhumorado.
Los peligros del fundamentalismo
En algunos casos, es tal el fanatismo de algunos grupos
aparicionistas, que si uno no adhiere a su vidente o no se lee sus
mensajes, es visto como una persona poco espiritual o incrédula.
Temas varios de actualidad recolectados en paginas web de interes
sábado, 12 de septiembre de 2015
lunes, 7 de septiembre de 2015
El arte de hablar
Moderado y discreto al hablar
Todos
conocemos muy bien la expresión del apóstol Santiago: “si alguno no cae
hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno a todo su cuerpo”
(3, 2). Muchas veces me pregunto si tomamos conciencia de lo que el apóstol nos enseña. La expresión del apóstol podría ser traducida a modo de refrán: “dime cómo hablas y sabré si eres santo.”
Se
puede decir que la lengua es lo mejor y lo peor que tenemos, es fuente
de inmensos bienes, pero también, en contraste, es incalculable el mal
que podemos hacer con la misma lengua. Una sola palabra basta para
exteriorizar las riquezas o las miserias del alma; sólo quien posee sólidas virtudes, puede mostrarse delicado y discreto, sincero y educado, abierto y prudente. Es decir, existe una perfecta ecuación entre santidad y discreción en el hablar.
El uso de la lengua y las virtudes
En efecto, el uso de la lengua es la manifestación más elocuente de las virtudes cristianas:
Quien no tiene caridad, no puede ser moderado. Quien no es humilde, no
puede ser discreto. Quien no es sencillo, sincero y abnegado, no
dominará jamás su lengua porque él mismo está encadenado por pasiones
violentas.
miércoles, 2 de septiembre de 2015
6 tentaciones típicas del cristiano nivel avanzado
Por si a alguien todavía no le queda claro: el demonio existe y
los seres humanos no somos de su particular agrado; es más, el muy
cobarde, puesto que a Dios no puede hacerle ningún daño directo, decidió
herirlo a través de las criaturas que Él más amaba: nosotros. Por eso
nadie se espante, especialmente los cristianos (su presa favorita), si
les digo que el demonio constantemente nos ataca y nos tienta para que
ofendamos a nuestro Creador.
El problema es que el demonio es muy astuto, y nosotros, los cristianos, muchas veces nos pasamos de tontos.
Creemos que ir a Misa, rezar el Rosario y tratar de vivir una vida
cristiana coherente nos exime automáticamente de toda preocupación por
la presencia de este indeseable sujeto. Lamento decir que la realidad no
es así. El demonio redobla sus esfuerzos cuando ve coherencia
cristiana en nuestras vidas, asume nuevos rostros y actualiza sus
estrategias. Una metáfora puede ayudarnos: un ladrón quiere
entrar a robar en una casa. Merodeando su objetivo y rumiando su plan
descubre que ahí vive una joven cuyo novio, a una determinada hora, le
lanza piedritas a la ventana para que ella se asome por el balcón y le
permita entrar. ¿Qué deberá hacer el ladrón para engañar a la joven?
Seguramente lanzar piedritas a la hora correcta solo podría servirle
para ganarse un escopetazo del Papá. Es obvio que el plan debe consistir
en disfrazarse del novio, copiar su modo de andar e impostar la voz
para lograr un tono lo más parecido posible. Creo que es un buen ejemplo
para entender cómo se filtra el demonio y sus tentaciones en la vida de
un cristiano. El demonio, al no poder presentarnos la tentación de
manera burda porque sabe bien que serían rápidamente rechazadas, cambia
de plan e intenta presentarse con pensamientos y estados de ánimo que parecen espirituales para poco a poco desviarnos de la relación con Dios.
¿Cuáles son esos pensamientos y estados de ánimo en apariencia positivos y espirituales pero que en el fondo son tentaciones? Me voy a valer del libro El discernimiento
del Padre Marko Rupnik, que por cierto recomiendo mucho, para responder
a esta pregunta. Éste se basa, a su vez, en los padres de la Iglesia,
es por ello que los puntos que se vienen tienen mucho de la riqueza de
la tradición y la sabiduría de la Iglesia.
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