El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela explicó cómo evangelizar hoy “a una sociedad que, sociológica, analógicamente, ha apostatado y ha dado la espalda a su pasado y a su experiencia de fe”.
Al presentar el XII Congreso de Católicos y Vida Pública en la Universidad San Pablo CEU (que se celebra del 19 al 21 de noviembre en esta universidad; programa y horarios en http://congreso.ceu.es ), el cardenal fue desgranando su visión de la Nueva Evangelización, “que formuló Juan Pablo II con algún antecedente de Pablo VI”. Sus argumentos pueden formularse en cinco claves.
1. Desmontar los prejuicios anticristianos
El cardenal explicó el “ambiente hostil” a la fe. Por un lado, desde ámbitos intelectuales: “Aunque no hay hoy grandes propuestas filosóficas no cristianas, perviven filosofías del siglo XVIII, que en la práctica se centran en la moda del agnosticismo, la duda de si la verdad es cognoscible. Relativizar la verdad está a la orden del día, en parte por el fracaso del marxismo. El existencialismo tampoco se ha modernizado ni actualizado, pero pervive con el lema ‘mi vida es mía, hay que vivirla y se acabó’. Hemos de tener respuesta intelectual a esto” También pidió desmontar la mala teología que no cree en la Resurrección, que Cristo sea Hijo de Dios, etc… Y afrontar el prejuicio de que el cristianismo “no es eficaz”, que no sirve para la vida, que no mejora la sociedad… Estos prejuicios deben refutarse.
2.Suscitar fascinación por Cristo
“¡El sepulcro de Jesús está vacío, y Él no es un fantasma!”, exclamó el cardenal. Jesucristo es la figura central que debe ofrecerse al mundo, y de forma atractiva.
3.Renovar la Iglesia con nuevas realidades y brotes
El cardenal recordó que en el avión de ida a Santiago, Benedicto XVI alabó el ejemplo renovador de tres santos españoles: Ignacio de Loyola, Teresa de Ávila y San Juan de Ávila. “Ignacio creó una compañía, presbíteros compañeros. Teresa hizo volver su orden al origen de los eremitas, a la oración. Juan de Ávila, de origen hebreo, conocedor del Renacimiento…” De ellos aprendemos que lo antiguo, puede renovarse. “De antiguas formas de vida consagrada hoy nacen nuevos brotes llenos de vitalidad”, dijo el cardenal, aunque declinó mencionar ninguna congregación por su nombre, “para que no digan que favorezco a tal o cual grupo o personas”. “Es importante el papel de las nuevas realidades de la Iglesia, hemos de acoger el Espíritu Santo, ver como se transmite, fijarnos en los datos y ver en qué formas ha cuajado”, insistió.
4. Predicar el anuncio directo de Cristo resucitado
El cardenal recordó que el Espíritu Santo también actúa a través de los Papas, y que “la personalidad de los Papas desde Pablo VI hasta hoy es de una gran riqueza, también carismática”. De Juan Pablo II quiso destacar “su método: el anuncio directo y claro del Evangelio, como en la época de los apóstoles”. Aunque el Papa polaco conocía bien la teología escolástica y la filosofía moderna, “en el micrófono todo era anuncio directo de Cristo muerto y resucitado por la salvación del mundo”. Es decir, el kerigma, el primer anuncio.
5. La eficacia evangelizadora de la familia cristiana
“No hay futuro sin la familia, hay que tomarse en serio eso de que es la célula básica de la sociedad”, proclamó el cardenal. Y profetizó: “las familias cristianas van a tener un efecto increíble en la evangelización y transmisión de la fe. San Juan dice que ‘Dios es amor’, y eso no lo podemos tomar a broma”.
Anunció a los asistentes que en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid, en la tercera semana de agosto “pueden estar seguros de que en los actos en Cuatro Vientos con el Papa se reunirán no menos de millón y medio o dos millones de jóvenes”.
Y alabó el lema del Congreso de Católicos y Vida Pública, que este año coincide con el de la JMJ: “Arraigados en Cristo: firmes en la fe y en la misión”. “En estos tiempos de tantos cambios históricos, en parte por la debilidad de la fe, es de mucho acierto el lema del congreso. ¡Que los congresistas salgan de él afirmados en la fe y dispuestos a seguir firmes toda su vida”, deseó el cardenal.
Rouco no podrá asistir al Congreso Católicos y Vida Pública, como hace habitualmente, porque coincide con el consistorio de cardenales en Roma, donde anunció que, entre otras cuestiones, se tratará la vigencia del documento “Dominus Iesus” a los 10 años de publicarse, un texto en el que la Iglesia insiste en su doctrina tradicional de que sólo Jesucristo salva (no lo hace nada de otras religiones, ni la bondad de los actos) y en que las comunidades protestantes, aunque cristianas, no son iglesia en ningún sentido, mientras que las ortodoxas sí son parte de la Iglesia que Cristo fundó, aunque en una comunión imperfecta.
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