El camino de la santidad
En este momento te preguntarás: ¿qué voy a hacer con mi defecto dominante? Lo primero que debes hacer es felicitarte. Sí, felicitarte porque te has conocido un poco más a ti mismo. Si haz elegido ser mejor católico, luchar por alcanzar la santidad de vida a la cual todos estamos llamados, entonces ¡felicidades! Ya sabes por donde enfocar todas tus baterías, ya sabes cuál es el enemigo que debes vencer: tu soberbia o tu sensualidad.
San Agustín, ese gran pensador y filósofo, hombre de su tiempo y de todos los tiempos, nos ha dejado una frase que viene muy al caso ahora que estamos por iniciar el camino de nuestra santidad. Él decía “Conócete, acéptate, supérate”. Y es lo que vamos a seguir en nuestras vidas. Conocernos en lo más íntimo de nuestro ser. Y esto lo hemos logrado revisándonos día tras día, sin afán de aparentar nada, siendo muy sinceros con nosotros mismos y llegando a la realidad de nuestra vida: yo soy un soberbio o soberbia del tamaño del mundo. O bien, aceptar que en lo que se refiere a la sensualidad no hay quien me gane. Debes aceptar esta realidad si quieres seguir adelante. Fíjate bien que San Agustín dice aceptar. Él no dice debes resignarte. Porque entre aceptar y resignarse hay una diferencia muy grande. Resignarse es reconocerse como soy y creer que ya no se puede cambiar. “He tratado tantas veces de ser paciente, especialmente con mi suegra... pero ya me conozco, no puedo cambiar. Es algo superior a mis fuerzas”. “No me digan que es posible que yo deje de ser un donjuán. Por favor, eso ni ustedes mismos se lo creen”. Estas personas que así hablan, en lo profundo de su ser se han resignado a ser como son. No se han aceptado. Porque aceptarse es reconocer lo que uno es y estar dispuesto a cambiar, a transformarse a ser otro, a convertirse en un mejor católico. “Yo acepto que me cuesta mucho guardar la castidad en mi noviazgo”. “Yo acepto que no es fácil vivir siempre con la sonrisa en la boca, tratando de comprende el carácter tan cambiante de mi esposa”. Es una postura muy diversa el aceptar que el resignarse.
Una vez que hemos aceptado lo que somos y que queremos cambiarlo para ser mejores, entonces viene la superación, el trabajo constante y continuo para alcanzar la santidad. Pero no corramos prisas y no nos adelantemos. Estamos aún dando los primeros pasos en nuestro camino de santidad, en nuestro camino de conversión. ¿Qué tenemos que hacer ahora?
No basta con reconocer mi defecto dominante. Reconocerlo es como describir las características de una persona: alto o bajo, gordo o flaco, pelo castaño o rubio, ojos verdes o azules. Es necesario ahora armarnos de valor para conocer las manifestaciones de mi defecto dominante y poner los medios para combatirlo.
Ahora viene la hora de la verdad. Toma tu defecto dominante, la soberbia o la sensualidad y escribe en forma clara y detallada las principales manifestaciones con las que ese defecto dominante se presenta en tu vida. El éxito, la clave, el punto central de tu camino a la santidad está aquí, así es que ¡mucha atención, por favor! Debes bajar a puntos específicos y muy concretos. No basta con decir: “Mi defecto dominante es la soberbia porque soy muy iracundo y me enojo muy seguido”. Si lo escribes de esa forma, no vas a ir muy lejos en tu camino a la santidad. Debes escribir con toda precisión esa manifestación de soberbia: “Mi defecto dominante es la soberbia porque cada vez que alguien me contradice me pongo furioso y arrojo por el suelo todas las figuras de porcelana que encuentro a mi alrededor”. Quizás exageramos un poco, pero tú no debes exagerar. Debes ser muy preciso para detectar esas manifestaciones de tu defecto dominante.
Debes ir a lo esencial y no perderte en generalidades. “Mi defecto dominante es la sensualidad porque todas las tardes pierdo el tiempo con mis amigas hablando por teléfono durante una hora y media”. “Mi defecto dominante es la sensualidad porque en el internet busco siempre sitios de cibersexo”. “Mi defecto dominante es la soberbia porque yo soy el que fijo el plan del fin de semana sin escuchar el parecer de mi esposa o de mis hijos”.
Date cuenta que mientras más preciso seas en bajar al detalle en las manifestaciones de tu defecto dominante, tendrás más armas para combatirlo. Porque ahora debes iniciar el trabajo positivo, es decir, lanzarte a la conquista de la santidad, combatiendo cada una de las manifestaciones que has escrito.
Te recomiendo ahora que estás iniciando este camino de santidad que te limites a escribir cuatro o cinco manifestaciones de tu defecto dominante, no más. Y por cada manifestación de tu defecto dominante deberás escribir un medio concreta para combatirlo. Aquí tienes que ser muy sincero y muy valiente. Debes ir a la raíz del problema, recordando las palabras de Jesucristo en el evangelio: “Si tu ojo te es causa de escándalo, arráncatelo...” Aquí vamos a ir al fondo, sin piedad. Proponte aquellos medios que más te convengan para erradicar el defecto.
Pueden ser medios sobrenaturales y medios prácticos. Medios sobrenaturales como la oración, para pedirle paciencia y pureza a Dios. Rezar un misterio del rosario todos los días para pedirle a la Virgen que te dé el don de la paciencia. Comulgar uno o dos días entre semana para vencer la pereza. Y luego están los medios prácticos. Pero por favor, que sean muy prácticos: “No voy a hablar con mis amigas por teléfono más de media hora”. “Sólo voy a usar el internet para contestar el correo electrónico y siempre lo voy a usar en presencia de algún familiar en mi casa”. “Los jueves voy a consultar a mi esposa qué haremos en familia ese fin de semana”.
Escribe los medios sobrenaturales y los medios prácticos en una lista y también y haz una lista de forma que puedas revisarlos todos los días y llevar el control de cada uno de ellos, colocando una señal positiva si has cumplido o una señal negativa si has fallado. Así al final del mes podrás darte cuenta cómo vas trabajando en tu camino por alcanzar la santidad.
Para ayudarte a vivir con mayor motivación este programa de vida espiritual puedes encontrar un lema que te ayude en cada momento a recordar los medios que te has propuesto. El lema es como un grito de guerra, corto, sencillo que para ti puede tener un gran significado y lo puedes usar en los momentos en que se te presenta la tentación de caer en el pecado. Si llegando a tu casa abres la puerta y te das cuenta que acaba de llegar tu suegra y que lo más fácil sería darle un beso y helado y decidir ignorarla durante tu visita, busca en tu interior de tu alma el lema y grítalo en tu corazón “Por Cristo y por las almas”. “Señor, todo por ti”. Si abres el internet y te das cuenta que en tu correo electrónico tienes una invitación para visitar un sitio no conveniente, interiormente puedes recordar tu lema: “Pureza ante todo”. Por ello, aunque parece algo sencillo, el lema es la piedra de toque que te recordará todo tu programa de vida, precisamente en los momentos de duda, de tentación, de máxima dificultad.
Piensa bien el lema pues él te traerá a la mente y al corazón todos los medios para alcanzar la santidad en el momento preciso.
Algo que también te puede ayudar es fijarte una virtud a conquistar que generalmente es lo opuesto a las manifestaciones de tu defecto dominante. Escríbela para tener siempre presente lo que quieres alcanzar.
Silvia Marconi
Artículo de http://www.encuentra.com
Temas varios de actualidad recolectados en paginas web de interes
jueves, 27 de enero de 2011
martes, 25 de enero de 2011
¿Ése... soy realmente yo? El Papa nos cuestiona acerca de nuestro perfil en Facebook
45ª JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
"Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital."
5 de junio 2010
Mensaje del Santo Padre
Queridos Hermanos y Hermanas,
Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.
Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.
Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas.
Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.
De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida.
Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer "amistades", implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio "perfil" público.
Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi "prójimo" en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo "diferente" al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.
También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro.
Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15).
El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la "popularidad" o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.
La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.
Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.
La Vedad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas.
Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.
Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.
Vaticano, 24 de enero 2011, Fiesta de San Francisco de Sales.
"Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital."
5 de junio 2010
Mensaje del Santo Padre
Queridos Hermanos y Hermanas,
Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.
Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.
Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas.
Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.
De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida.
Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer "amistades", implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio "perfil" público.
Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi "prójimo" en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo "diferente" al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.
También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro.
Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él.
Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15).
El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la "popularidad" o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.
La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.
Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.
La Vedad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas.
Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.
Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.
Vaticano, 24 de enero 2011, Fiesta de San Francisco de Sales.
martes, 11 de enero de 2011
El drama de la persecución La impresionante respuesta de un sacerdote copto al gran imán de Al-Azhar descubre su hipocresía
Con más de veinte muertos sobre la mesa, compatriotas suyos, el dirigente musulmán cuestionó la intervención de Benedicto XVI. La carta es demoledora.
Actualizado 8 enero 2010
El atentado de Alejandría ha servido para desvelar el verdadero papel de los líderes musulmanes ante la persecución de que son objeto en Egipto los cristianos coptos por parte de grupos islamistas, llegando al crimen como el que en la pasada Nochevieja dejó veintiún cadáveres en la iglesia de los Santos.
Enseguida se produjeron enfrentamientos callejeros entre cristianos y mahometanos, al reclamar los primeros seguridad e igualdad de trato a las autoridades, y encontrarse con la agresividad de los segundos y su indiferencia ante la suerte de sus compatriotas perseguidos.
Cuando Ahmed al-Tayyeb, gran imán de Al-Azhar, que condenó el atentado, visitó al patriarca copto Chenuda III en El Cairo para expresarle sus condolencias, su vehículo fue zarandeado y golpeado por cristianos que gritaban: «¡No te queremos!».
El día de Año Nuevo, Benedicto XVI pidió «un compromiso concreto y constante de los responsables de los países... frente a las discriminaciones, a los abusos y a las intolerancias» que padecen los cristianos, y la respuesta del imán no se hizo esperar, considerando estas palabras como «una injerencia inaceptable» del Papa en los asuntos del país, redactor jefe de la página web de la Iglesia católica en Alejandría.
Este sábado, Zenit ha dado a conocer la respuesta del sacerdote copto egipcio Yoannis Lahzi Gaid, en forma de carta abierta a Ahmed al-Tayyeb, donde critica la timidez y debilidad de las condenas de algunos dirigentes musulmanes a estos atentados y su negativa a pronunciarse claramente contra el asesinato de los no musulmanes y defiende el derecho del Papa a defender a los cristianos, que son también compatriotas del imán.
La contundencia del lenguaje y la valentía con que describe la timorata actitud de los líderes mahometanos convierten la carta de Yoannis Lahzi Gaid en un impresionante testimonio de la realidad que están viviendo en Oriente Medio los cristianos a causa de la opresión religiosa a la que se ven sometidos.
Por su interés la reproducimos en su integridad en archivo adjunto, en formato Word, tomada de la agencia Zenit. clickee en "Carta"
Carta
Actualizado 8 enero 2010
El atentado de Alejandría ha servido para desvelar el verdadero papel de los líderes musulmanes ante la persecución de que son objeto en Egipto los cristianos coptos por parte de grupos islamistas, llegando al crimen como el que en la pasada Nochevieja dejó veintiún cadáveres en la iglesia de los Santos.
Enseguida se produjeron enfrentamientos callejeros entre cristianos y mahometanos, al reclamar los primeros seguridad e igualdad de trato a las autoridades, y encontrarse con la agresividad de los segundos y su indiferencia ante la suerte de sus compatriotas perseguidos.
Cuando Ahmed al-Tayyeb, gran imán de Al-Azhar, que condenó el atentado, visitó al patriarca copto Chenuda III en El Cairo para expresarle sus condolencias, su vehículo fue zarandeado y golpeado por cristianos que gritaban: «¡No te queremos!».
El día de Año Nuevo, Benedicto XVI pidió «un compromiso concreto y constante de los responsables de los países... frente a las discriminaciones, a los abusos y a las intolerancias» que padecen los cristianos, y la respuesta del imán no se hizo esperar, considerando estas palabras como «una injerencia inaceptable» del Papa en los asuntos del país, redactor jefe de la página web de la Iglesia católica en Alejandría.
Este sábado, Zenit ha dado a conocer la respuesta del sacerdote copto egipcio Yoannis Lahzi Gaid, en forma de carta abierta a Ahmed al-Tayyeb, donde critica la timidez y debilidad de las condenas de algunos dirigentes musulmanes a estos atentados y su negativa a pronunciarse claramente contra el asesinato de los no musulmanes y defiende el derecho del Papa a defender a los cristianos, que son también compatriotas del imán.
La contundencia del lenguaje y la valentía con que describe la timorata actitud de los líderes mahometanos convierten la carta de Yoannis Lahzi Gaid en un impresionante testimonio de la realidad que están viviendo en Oriente Medio los cristianos a causa de la opresión religiosa a la que se ven sometidos.
Por su interés la reproducimos en su integridad en archivo adjunto, en formato Word, tomada de la agencia Zenit. clickee en "Carta"
Carta
martes, 4 de enero de 2011
Afirman que una buena educación sexual da resultado
By Samantha Singson Amanda Pawloski
NUEVA YORK, 31 de diciembre (C-FAM) Nada enciende más el debate en las Naciones Unidas que la discusión en torno a la educación sexual para niños.
El pasado otoño boreal, las delegaciones conservadoras de la ONU objetaron un informe que demanda un nuevo derecho de la infancia a la «educación sexual integral».
El año pasado, en otra reunión, cuando la Santa Sede promovió programas basados en la abstinencia, un número de delegaciones liberales recibió la propuesta entre burlas y risas.
Mientras que algunos en la ONU ríen con sorna, un innovador programa de educación basado en la abstinencia está viendo resultados. La dra. Hanna Klaus, médica misionera religiosa y ginecóloga y obstetra veterana, desarrolló el programa Teen STAR que instruye a los adolescentes sobre su fertilidad con técnicas de planificación familiar natural.
El nombre del programa, Teen STAR (siglas que, en inglés, significan Educación Sexual en el contexto de la Responsabilidad Adulta), expresa su misión. Según Klaus, este brinda a la gente joven «formas concretas de responder a los respectivos cambios y presiones emocionales», a la vez que los capacita mediante un mejor entendimiento de sus propios patrones de fertilidad.
Klaus condena los programas de educación sexual que no hacen más que predicar una visión negativa de la sexualidad. «Ni la provisión de anticonceptivos ni la exhortación a preservar la castidad atienden la necesidad de los adolescentes de integrar su capacidad biológica de procreación actual en sus autoconceptos operativos», considera.
El programa de Klaus está diseñado para algo más que enseñar a los adolescentes a evitar el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual. Teen STAR asegura que, durante el año que dura el programa, más del 90% de las personas vírgenes mantienen la abstinencia, mientras que el 40-45% de las mujeres y el 30-45% de los hombres sexualmente activos discontinúan la actividad sexual. Además, este programa ostenta una rigurosa metodología científica.
En lugar de ofrecer un plan de estudios sintetizado, Teen STAR se dirige específicamente a hombres y mujeres. Enseña a los muchachos a respetar su fertilidad siempre presente, mientras que instruye a las muchachas sobre sus patrones de fertilidad cíclica, que afectan el conjunto de su bienestar emocional, psíquico y hasta espiritual. El resultado es un programa que integra diversas disciplinas para ayudar a que los adolescentes se conozcan a sí mismos y resistan a la presión social más allá del sexo.
Es posible que la planificación familiar natural, que se basa, ante todo, en la educación biológica y de la fertilidad, esté ganando al menos una pequeña dosis de popularidad en otros organismos internacionales de asistencia, quizás debido a la relación costo-beneficio. La semana pasada, USAID introdujo el «control de la natalidad que puedes bajar en tu teléfono», refiriéndose a iCycleBeads, una aplicación para smartphone que permite a las mujeres rastrear su ciclo menstrual. Los expertos en planificación familiar natural indican, sin embargo, que el método de conteo, también conocido como el método del ritmo, es mucho menos efectivo que otros más sofisticados, como el del control de la temperatura de la mujer y de la viscosidad mucosa.
La UNESCO hizo estallar una tormenta de críticas pocos meses atrás al publicar una serie de lineamientos de educación sexual que encontraron una resistencia tan feroz que la organización se vio obligada a retirar el documento de su sitio web y someterlo a revisión. El informe insistía en que la educación sexual debe incluir información acerca de la «diversidad sexual». Además, recomendaba enseñar a los niños de cinco años acerca de la masturbación e instruir a los jóvenes de catorce años para defender los «derechos» de aborto.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
NUEVA YORK, 31 de diciembre (C-FAM) Nada enciende más el debate en las Naciones Unidas que la discusión en torno a la educación sexual para niños.
El pasado otoño boreal, las delegaciones conservadoras de la ONU objetaron un informe que demanda un nuevo derecho de la infancia a la «educación sexual integral».
El año pasado, en otra reunión, cuando la Santa Sede promovió programas basados en la abstinencia, un número de delegaciones liberales recibió la propuesta entre burlas y risas.
Mientras que algunos en la ONU ríen con sorna, un innovador programa de educación basado en la abstinencia está viendo resultados. La dra. Hanna Klaus, médica misionera religiosa y ginecóloga y obstetra veterana, desarrolló el programa Teen STAR que instruye a los adolescentes sobre su fertilidad con técnicas de planificación familiar natural.
El nombre del programa, Teen STAR (siglas que, en inglés, significan Educación Sexual en el contexto de la Responsabilidad Adulta), expresa su misión. Según Klaus, este brinda a la gente joven «formas concretas de responder a los respectivos cambios y presiones emocionales», a la vez que los capacita mediante un mejor entendimiento de sus propios patrones de fertilidad.
Klaus condena los programas de educación sexual que no hacen más que predicar una visión negativa de la sexualidad. «Ni la provisión de anticonceptivos ni la exhortación a preservar la castidad atienden la necesidad de los adolescentes de integrar su capacidad biológica de procreación actual en sus autoconceptos operativos», considera.
El programa de Klaus está diseñado para algo más que enseñar a los adolescentes a evitar el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual. Teen STAR asegura que, durante el año que dura el programa, más del 90% de las personas vírgenes mantienen la abstinencia, mientras que el 40-45% de las mujeres y el 30-45% de los hombres sexualmente activos discontinúan la actividad sexual. Además, este programa ostenta una rigurosa metodología científica.
En lugar de ofrecer un plan de estudios sintetizado, Teen STAR se dirige específicamente a hombres y mujeres. Enseña a los muchachos a respetar su fertilidad siempre presente, mientras que instruye a las muchachas sobre sus patrones de fertilidad cíclica, que afectan el conjunto de su bienestar emocional, psíquico y hasta espiritual. El resultado es un programa que integra diversas disciplinas para ayudar a que los adolescentes se conozcan a sí mismos y resistan a la presión social más allá del sexo.
Es posible que la planificación familiar natural, que se basa, ante todo, en la educación biológica y de la fertilidad, esté ganando al menos una pequeña dosis de popularidad en otros organismos internacionales de asistencia, quizás debido a la relación costo-beneficio. La semana pasada, USAID introdujo el «control de la natalidad que puedes bajar en tu teléfono», refiriéndose a iCycleBeads, una aplicación para smartphone que permite a las mujeres rastrear su ciclo menstrual. Los expertos en planificación familiar natural indican, sin embargo, que el método de conteo, también conocido como el método del ritmo, es mucho menos efectivo que otros más sofisticados, como el del control de la temperatura de la mujer y de la viscosidad mucosa.
La UNESCO hizo estallar una tormenta de críticas pocos meses atrás al publicar una serie de lineamientos de educación sexual que encontraron una resistencia tan feroz que la organización se vio obligada a retirar el documento de su sitio web y someterlo a revisión. El informe insistía en que la educación sexual debe incluir información acerca de la «diversidad sexual». Además, recomendaba enseñar a los niños de cinco años acerca de la masturbación e instruir a los jóvenes de catorce años para defender los «derechos» de aborto.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
domingo, 2 de enero de 2011
99 Aniversario del Centinela de la Familia. Padre Pedro Richards. (31/12/1911 - 30/10/2004)
El Fundador del Movimiento Familiar Cristiano, fue sin duda un hombre de fe, espejo fiel del carisma del Cristo nupcial que el Espíritu Santo le inspiró. Un gran visionario, que creyó en la posibilidad del apostolado familiar, procurando recuperar y revalorizar algo tan sagrado como el Matrimonio. Hoy elevamos nuestra oración por El y para que también él desde el cielo continúe intercediendo por todas nuestras familias.
Tres componentes caracterizaron su fecunda vida sacerdotal y misionera:
Testimonio de espiritualidad,
Vida comunitaria y
Acción entre las familias.
Sacerdote Pasionista:
Su ordenación sacerdotal fue el 25 de agosto de 1940.
Ingresó en el noviciado San Pablo en Capitán Sarmiento. Con la pasión que ponía en todas las cosas, se lanzó por el camino de San Pablo de la Cruz. La vida de los pasionistas de entonces tenía fama de austera. Y además, lo era en verdad. Pedro aceptó el desafío. Pero debió suspender su camino pues su salud se resintió.
Al volver a casa decidió buscar trabajo y aportar así a los gastos comunes del hogar. Quedan nebulosos recuerdos de aquellos años que vivió con entusiasmo y entrega en la oficina, en los encuentros de amigos, en el deporte.
La vocación fue una herida incurable en la vida de Pedro. Nuevamente llegó a un Retiro solicitando ser admitido en la Congregación (2 de enero de 1933). Después de varios años de estudio, algunos de los cuales fueron en Escocia, llegó el momento de la ordenación sacerdotal (25 de agosto de 1940).
“Su ordenación y primera misa – comenta una testigo - fueron una fiesta para toda la familia y una fuente de inmensa alegría y, hasta entonces desconocida alegría que se extendió durante largas semanas posteriores a ese agosto de 1940. Un franciscano, muy amigo de la familia, contó en la homilía del día de ordenación cómo el seno de su familia había ayudado y acompañado la gestación de esa vocación. Hizo mención de valores como autenticidad, verdad, libertad, servicio al prójimo, respeto, alegría, fraternidad, entre otros que sin duda colaboraron en la meta alcanzada”.
Nuestras casas se llamaban “Retiros”. El nombre les venía por el hecho que se construían lejos de los poblados. ¿La razón? El hábitat configuraba la vida de un pasionista: silencio, soledad y vida en común favorecían el estudio y desafiaban la búsqueda de Dios, como los antiguos profetas. Los cambios notables de la sociedad llegaron también al convento. El activismo, los medios de comunicación social, las reuniones nocturnas de matrimonios, la desvalorización de esos tiempos “perdidos, improductivos” de los retiros, la preocupación por “estar cerca de la gente”... desequilibró la distribución de estos espacios. Pedro, intentando recuperar el equilibrio en la alternancia contemplación-acción, solía reservarse el mes de enero en el retiro San Pablo para estudiar, orar, escribir, responder el abundante correo que con fidelidad atendía.
Misionero
La tarea que daba identidad apostólica de un pasionista eran las misiones. Mensaje misionero y método formaban una unidad. El Crucificado era el centro; la meditación guiada sobre la Pasión, el método; y el hombre venido del “retiro”, el testigo.
Pedro asimiló profundamente los tres. Siempre inquieto y creativo, buscó los nuevos elementos que pudieran ayudar en la catequesis: así consiguió una caja con una lamparita adentro que le posibilitaba proyectar unas filminas. ¡Toda una revolución pastoral para esos tiempos!
La experiencia confirmó que las misiones era la Iglesia en las calles, saliendo hacia la gente. El pueblo sencillo tenía gran ignorancia de su fe. Buscando a los que no llegaban al templo, salió a las calles y organizó en teatros y salones, conferencias especializadas para distintos grupos: varones, jóvenes, matrimonios, etc. Su estilo director, los ejemplos tomados de la vida, el planteo de los problemas reales cautivó a la audiencia. Campos, pueblos, ciudades fueron testigos de su paso misionero.
Por más de 30 años misionó los campos del Uruguay con jóvenes universitarios. Unió el mensaje evangelizador con la atención médica y odontológica. Por supuesto, llegar a la familia estaba entre las prioridades. El machismo, el laicismo oriental, la bajísima natalidad y la pobreza herían su corazón de pastor.
Su Vida en el Movimiento Familiar CristianoEs importante mencionar que el Movimiento Familiar Cristiano nació en dos países de América del Sur: Argentina y Uruguay en el año de 1948. El Padre Pedro Richards realizaba las reuniones con matrimonios (algo inusitado en esa época), en forma indistinta en las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, por lo que es justo decir que nace en las “márgenes del Río de la Plata”, dado que éste separa ambas ciudades.
El fuego por la familia se extendió rápidamente. No faltaron matrimonios que descubrieron que “ese” podría ser su apostolado. Los matrimonios Soneira, Gelsi y Gallinal formaron con el Padre Pedro en Uruguay un equipo imparable. Sembradores de esperanza, renovaban el amor de los esposos y despertaban a una nueva empresa misionera: ayudar a descubrir la “iglesia doméstica” en el hogar, a lo largo de toda América Latina.
Perseverar
Hoy se habla de “resistencia” ante una cultura deshumanizadora. El P. Pedro nos deja un testimonio. Hombre de Iglesia, fiel al magisterio de los Papas, gozó al mismo tiempo de gran libertad. Llevado por su intuición pastoral, recorrió el mundo, acompañado de matrimonios, ofreciendo un testimonio vivo de esta nueva espiritualidad. En sus 93 años, las terminales de colectivo lo vieron pasar fácilmente distinguible por su hábito pasionista, maleta en mano y la joven pasión por la familia en el corazón. Mil preguntas a flor de labios, un sinnúmero de comentarios de actualidad e interrogantes pastorales o políticos salpicarán la conferencia o la simple conversación. Parece decir: “Queda poco tiempo y hay mucho por hacer”.
Fue – y sigue siendo - un regalo de Dios la perenne vitalidad reflejada en el P. Pedro, que se evidenciaba en su alegría de vivir, en su incondicional disponibilidad de servir y en el testimonio de que Dios puede - ¡el único! – llenar el corazón humano. UN MATRIMONIO DIVINO.
Quizá pudo parecer “duro” o “estricto” cuando hablaba. Pero en el mano a mano primaba la comprensión y la ternura.
Pedro partió. “Quien guarda su vida, la pierde; el que entrega la vida, la gana”. No sé si esta frase tiene algo que ver con la larga vida de este hermano nuestro, pero invita a unir sus noventa y dos años con los días entregados en servicio. Todos tenemos aristas que hieren. Pedro, humano y frágil, también las habrá tenido. Pero la misericordia del Dios que reconoció, experimentó en Jesús Crucificado y del que fue mensajero nos da la alegría de poder decir: “Gracias, Señor, por el don de este hombre que nos acercó a ti, nos orientó hacia el amor, desde tu amor inclaudicable”.
Los Servicios Apostólicos del Padre Richards
- Consultor de la Provincia: 1948-1951
- Fundador del Movimiento Familiar Cristiano: 1948
- Asesor Latinoamericano del MFC: 1950
- Integrante de la Comisión preparatoria del Concilio (Laicos): 1960
- Director del IFFS: 1967
- Director del CENAPLANF: 1979
- Experto en el Sínodo de Obispos: 1980
- Consultor del Consejo Pontificio de la Familia: 1981
Pensamientos del Padre Pedro Richards
El Cristo Nupcial, si es vivido debidamente, es fuente de gozo; provee a los esposos satisfacciones de diversas maneras. Ante todo la tranquilidad de saber que es Iglesia Doméstica, va por rumbos indicados por los pies ensangrentados de Jesús, es por el camino estrecho que van esos cónyuges procurando que su amor refleje el de Cristo-Esposo, que manifiesta a su Esposa, la Iglesia.
María de Nazaret dejó el Gran Mundo para su Hijo. Y sigue reinando desde el interior de las Familias por el amor, la educación y su influencia amorosa: “Lo que Jesús diga que hagáis (también boca del Magisterio) ¡hacedlo!”.
Hogares amorosos, fecundos, abiertos a la Comunidad contribuirán a esa Nueva Evangelización auspiciada por Juan Pablo II. ¡Y el M.F.C. tiene magna tarea!
El hogar, como edificio, es el lugar más apropiado para difundir la amistad, hacer conocer las directivas pontificias, hacer reuniones evangélicas, ser Consultorio Familiar.
3 mensajes nos da el Padre Richards:
“Que todas las familias del MFC recen el rosario diariamente”.
“Que los obstáculos que encuentren sean piedras que como escalones les permitan ascender hacia Dios”.
“No dejen que se apague la antorcha del MFC”
“Que los obstáculos que encuentren sean piedras que como escalones les permitan ascender hacia Dios”.
“No dejen que se apague la antorcha del MFC”
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