jueves, 31 de marzo de 2011

Ningún esfuerzo es inútil en promoción de familia fundada en auténtico matrimonio, dice el Papa

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VATICANO, 29 Mar. 11 / (Aciprensa)

31 mar 2011 - En un mensaje a un grupo de obispos de América Latina y el Caribe que se reúnen en estos días en Bogotá (Colombia), el Papa Benedicto XVI resalta que "ningún esfuerzo, por tanto, será inútil para fomentar cuanto contribuya a que cada familia, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, lleve a cabo su misión de ser célula viva de la sociedad".
En su mensaje a los obispos responsables de las comisiones episcopales de vida y familia de América Latina y el Caribe que se reúnen en Colombia del 28 de marzo al 1 de abril, el Santo Padre señala que "la familia es el valor más querido por los pueblos de esas nobles tierras".

"Por este motivo, la pastoral familiar tiene un puesto destacado en la acción evangelizadora de cada una de las distintas Iglesias particulares, promoviendo la cultura de la vida y trabajando para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados".

En el texto dirigido al Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, que preside la reunión, el Papa afirma que ante los diversos desafíos que enfrenta la institución familiar como la migración y la pobreza, "no podemos quedar indiferentes ante estos retos. En el Evangelio encontramos luz para responder a ellos sin desanimarnos".

"Cristo con su gracia nos impulsa a trabajar con diligencia y entusiasmo para acompañar a cada uno de los miembros de las familias en el descubrimiento del proyecto de amor que Dios tiene sobre la persona humana".

"Ningún esfuerzo, por tanto, será inútil para fomentar cuanto contribuya a que cada familia, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, lleve a cabo su misión de ser célula viva de la sociedad, semillero de virtudes, escuela de convivencia constructiva y pacífica, instrumento de concordia y ámbito privilegiado en el que, de forma gozosa y responsable, la vida humana sea acogida y protegida, desde su inicio hasta su fin natural".

Tras recordar el derecho y el deber de los padres de "educar a las nuevas generaciones en la fe y en los valores que dignifican la existencia humana", Benedicto XVI alienta a proseguir con la Misión Continental y subraya que "la Iglesia cuenta con los hogares cristianos, llamándolos a ser un verdadero sujeto de evangelización y de apostolado e invitándolos a tomar conciencia de su valiosa misión en el mundo".
"Aliento, pues, a todos los participantes en esta significativa reunión a desarrollar en sus reflexiones las grandes líneas pastorales marcadas por los episcopados congregados en Aparecida, favoreciendo así que la familia pueda vivir un profundo encuentro con Cristo a través de la escucha de su Palabra, la oración, la vida sacramental y el ejercicio de la caridad".

De este modo, prosigue, "se le ayudará a poner en práctica una sólida espiritualidad que propicie en todos sus miembros una decidida aspiración a la santidad, sin miedo a mostrar la belleza de los altos ideales y las exigencias éticas y morales de la vida en Cristo".

"Para promover esto, es necesario incrementar la formación de todos aquellos que, de una u otra forma, se dedican a la evangelización de las familias. Asimismo, es importante trazar caminos de colaboración con todos los hombres y mujeres de buena voluntad para seguir tutelando intensamente la vida humana, el matrimonio y la familia en toda la región".

Finalmente el Papa expresa su afecto a todas las familias de América Latina y el Caribe y las confía a "la poderosa protección de la Santísima Virgen María los frutos de esta loable iniciativa, les imparto de corazón la implorada Bendición Apostólica, que extiendo complacido a cuantos están comprometidos en la evangelización y promoción del bien de las familias".

viernes, 18 de marzo de 2011

Wikileaks

Wikileaks, un nuevo desafío para la Infoética

de CentroRiialGuadalupe, el Viernes, 18 de marzo de 2011 a las 14:01
Habla Gil Tamayo, director de Medios de Comunicación de la CEE



MADRID, jueves 17 de marzo de 2011 (ZENIT.org) Cada vez es mayor el auge y más los documentos publicados en la prensa mundial que desvelan comportamientos anti éticos de diferentes entes gubernamentales. ¿Se trata de un mayor énfasis en el periodismo investigativo? No. Se trata de una organización mediática internacional que está próxima a cumplir cuatro años de actividad: Wikileaks.

Dice la Veritatis Splendor (97): “Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana”, entonces ¿hasta qué punto resulta ético publicar documentos que son resultados de filtraciones de un estado, empresa o incluso de una entidad religiosa?

Para ello ZENIT habló con el sacerdote y periodista José María Gil Tamayo, director del secretariado de la Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal española y consultor del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.

Ha sido director de la revista 'Iglesia en camino' y de la programación del área socio-religiosa de COPE Badajoz.
Además, ocupa los cargos de Consiliario de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIP-E), consejero de la cadena COPE y de Popular TV, y colabora frecuentemente en numerosos congresos y jornadas. Igualmente, es coordinador de los programas religiosos de RTVE y experto del Comité Episcopal Europeo para los Medios.

- ¿Es un acto intrínsicamente malo el transgredir la privacidad e infiltrarse para buscar comportamientos no éticos de parte de gobiernos o entidades?

José María Gil Tamayo: La libertad de expresión no es una libertad absoluta. La transparencia informativa exige una gradualidad en función de los derechos de los otros y no equivale nunca a la intemperie social y legal. Esto no sólo hace referencia a las personas individuales, sino que por extensión también es aplicable a las instituciones, especialmente aquéllas que sustentan la convivencia pacífica, libre y democrática, y que gozan de personalidad jurídica y también son sujetos de protección por el Derecho. El mundo no puede convertirse en un "Gran Hermano".

- ¿Cree que en este caso el fin justifica los medios? El hecho de infiltrarse para hacer salir a la luz comportamientos anti éticos, que, en algunos casos podrían buscar un mal menor?

José María Gil Tamayo: El fin nunca justifica los medios, ni hay terrenos humanos francos o exentos de la ética, en este caso informativa. Nunca del mal -en los contenidos, en los resultados o en los procedimientos- sale el bien. El derecho a la información ha de conciliarse de manera armónica con el derecho al honor y a la vida privada, de tal modo que uno no anule a los otros, sino que el equilibrio venga dado por la proporcionalidad de la relevancia e importancia para el interés publico del asunto privado sobre el que se pretenda informar.

Hay que discernir, y la justicia informativa, por ser justicia, da a cada uno lo suyo. Es en este enfoque de derecho y no como colisión de libertades en el que hay que entender la libertad informativa. Sólo así es posible contemplar la información como un derecho del público y un deber correlativo de las empresas informativas y de los comunicadores, a los que se les ha de exigir una responsabilidad de mediación social de especial relevancia y por ello ética.

- ¿Existe el peligro de perder de vista las investigaciones del reportero tradicional, que hacía de enlace y aplicaba su criterio entre la fuente y el medio? ¿O de que se trivialicen los escándalos?, ¿de que se le quiera dar el título de “watergate” a todo supuesto escándalo que salga a la luz?

José María Gil Tamayo: El derecho a la información no puede llevar a la suplantación de los órganos jurisdiccionales (p. el poder judicial) de los Estados libres en el control del resto de los poderes del Estado y de las instituciones (gobiernos, parlamentos, etc.), de tal manera que los medios de comunicación, en especial los dotados del poder de las tecnologías más avanzadas, se constituyan en un cuarto poder que juzga y hasta condena -en juicios paralelos mediáticos- sin garantías judiciales a los posibles sospechosos de contravenir el interés general o de cometer posibles delitos. ¿Quién determina si es delito? ¿el editor? ¿una consulta a la opinión pública valorada según los impactos en la red para determinar su criterio de veracidad? Con esto no quiero decir que los medios enmudezcan o reduzcan su capacidad crítica y de denuncia de lo injusto o dañino para sociedad, pero sí han de hacerlo, con una contrastada y exhaustiva investigación y con ejemplar respeto a los derechos personales y sociales de los demás, tanto en los procedimientos como en los contenidos informativos.

La preservación de la dignidad y los derechos de la persona y el logro del bien común han de ser los criterios básicos para una adecuada ética informativa.

- Al sacar a la luz este tipo de información sin la previa consulta de las fuentes, ¿no existe el peligro de que pueda haber malas interpretaciones, es decir, políticas que no necesariamente expresen ideas anti-éticas y que, por su redacción o por códigos particulares que se manejan dentro de la entidad parezcan expresadas como tales?

José María Gil Tamayo: Al igual que en otros campos éticos no todo lo que se puedese debe hacer y así, por ejemplo, con respecto a la información reservada que afecta a la seguridad de los Estados, los propios ordenamientos jurídicos, incluso los parlamentos prevén de forma reglada “comisiones de secretos oficiales” en los que la soberanía popular se delega sin que esto ponga en peligro la seguridad nacional o el bien común. No todo lo que supuestamente afecta a todos debe ser conocido por todos de la misma manera, sino en función de las responsabilidades de gobierno o sociales que cada uno tiene, al igual que el derecho a la información que tiene toda ser humano no es ejercido con la misma plenitud por todos los sujetos, sino en relación con sus capacidades y así los menores acceden a él progresivamente a medida que avanzan en madurez con la edad.

Por lo que se refiere a un Estado de Derecho, libre y democrático: cuando hay sospecha de delito o de prácticas dañinas para el bien común, a la vez que se informa debidamente, pónganse también en conocimiento de las autoridades judiciales, para que se proceda a su reparación con las garantías de procedimiento y de justicia que salvaguarden los derechos de todos y no se exponga a peligro el bien común o el interés general que se pretende salvaguardar. La información ha de estar contrastada y acompasada con la justicia y la armonía de los derechos. No es un derecho omnímodo, sino que deberá ser armonizado con otros.

En definitiva, se trata de lograr, como tan reiteradamente pide el Papa Benedicto XVI, una comunicación verdaderamente humana, conforme a la dignidad de la persona y al bien común, que en el caso de los cristianos viene iluminada por la sabiduría moral del Evangelio. Esta tarea es especialmente importante tanto para fundamentar la consideración ética de la comunicación social (Infoética), como para salvaguardar la imprescindible “cuestión antropológica” sobre la que tanto insiste el Papa (Cf. Caritas in veritate, n. 73).

Por Carmen Elena Villa

El Papa profundiza sobre los lenguajes de la era digital

Discurso a la Asamblea Plenaria del Consejo de las Comunicaciones

En un clima amigable y acogedor, el Papa Benedicto XVI hizo casi una meditación sobre qué significan los nuevos lenguajes en la comunicación social: "El pensamiento y la relación suceden siempre en la modalidad del lenguaje, entendido naturalmente en sentido general, no sólo verbal. El lenguaje no es un simple revestimiento intercambiable y provisional de conceptos, sino que el contexto viviente y palpitante en el que los pensamientos, las inquietudes y los proyectos de los hombres nacen a la conciencia y son plasmados en gestos, símbolos y palabras. El hombre, por tanto, no solo “usa”, sino que en cierto sentido “habita” el lenguaje."



 CIUDAD DEL VATICANO, lunes 28 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Discurso del Papa Benedicto XVI a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, a quienes recibió hoy en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.
Queridos hermanos y hermanas, estoy contento de acogeros con ocasión de la Plenaria del Dicasterio. Saludo al presidente, monseñor Claudio Maria Celli, a quien agradezco por sus corteses palabras, a los secretarios, los oficiales y a todo el personal.

En el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año, invité a reflexionar sobre el hecho de que las nuevas tecnologías no solamente cambian el modo de comunicar, sino que están llevando a cabo una vasta transformación cultural. Se está llevando a cabo una nueva forma de aprender y de pensar, con oportunidades inéditas de establecer relaciones y de construir comunión. Quisiera ahora detenerme en el hecho de que el pensamiento y la relación suceden siempre en la modalidad del lenguaje, entendido naturalmente en sentido general, no sólo verbal. El lenguaje no es un simple revestimiento intercambiable y provisional de conceptos, sino que el contexto viviente y palpitante en el que los pensamientos, las inquietudes y los proyectos de los hombres nacen a la conciencia y son plasmados en gestos, símbolos y palabras. El hombre, por tanto, no solo “usa”, sino que en cierto sentido “habita” el lenguaje. En particular hoy, las que el Concilio Vaticano II definió “maravillosas invenciones técnicas” (Inter mirifica, 1) están transformando el ambiente cultural, y esto requiere una atención específica a los lenguajes que se desarrollan en él. Las nuevas tecnologías “tienen la capacidad de pesar no sólo sobre las formas, sino también sobre los contenidos del pensamiento” (Aetatis novae, 4).

Los nuevos lenguajes que se desarrollan en la comunicación digital determinan, por otro lado, una capacidad más intuitiva y emotiva que analítica, orientan hacia una organización lógica del pensamiento y de la relación con la realidad, privilegian a menudo la imagen y y las conexiones hipertextuales. La tradicional distinción neta entre lenguaje escrito y oral, además, parece esfumarse a favor de una comunicación escrita que toma la forma y la inmediatez de la oralidad. Las dinámicas propias de las “redes participativas”, requieren además que la persona esté implicada en lo que comunica. Cuando las personas se intercambian informaciones, ya están compartiéndose a sí mismas y su visión del mundo: se convierten en “testigos” de lo que da sentido a su existencia. Los riesgos que se corren, ciertamente, están a los ojos de todos: la pérdida de la interioridad, la superficialidad en vivir las relaciones, la huida a la emotividad, el prevalecimiento de la opinión más convincente respecto al deseo de verdad. Y con todo estos son la consecuencia de una incapacidad de vivir con plenitud y de forma auténtica el sentido de las motivaciones. Por eso es urgente la reflexión sobre los lenguajes desarrollados por las nuevas tecnologías. El punto de partida es la misma Revelación, que nos da testimonio de cómo Dios comunicó sus maravillas precisamente en el lenguaje y en la experiencia real de los hombres, “según la cultura propia de cada época” (Gaudium et spes, 58), hasta la manifestación plena de sí del Hijo Encarnado. La fe siempre penetra, enriquece, exalta y vivifica la cultura, y esta, a su vez, se hace vehículo de la fe, a la que ofrece el lenguaje para pensarse y expresarse. Es necesario por tanto hacerse oyentes atentos de los lenguajes de los hombres de nuestro tiempo, para estar atentos a la obra de Dios en el mundo.

En este contexto, es importante el trabajo que lleva a cabo el Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales de profundizar la “cultura digital”, estimulando y apoyando la reflexión para una mayor conciencia sobre los retos que esperan a la comunidad eclesial y civil. No se trata solamente de expresar el mensaje evangélico en el lenguaje de hoy, sino que hay que tener el valor de pensar de modo más profundo, como ha sucedido en otras épocas, la relación entre la fe, la vida de la Iglesia y los cambios que el hombre está viviendo. Es el compromiso de ayudar a cuantos tienen responsabilidad en la Iglesia a ser capaces de entender, interpretar y hablar el “nuevo lenguaje” de los media en función pastoral (cfr Aetatis novae, 2), en diálogo con el mundo contemporáneo, preguntándose: ¿Qué desafíos plantea a la fe y a la teología el llamado “pensamiento digital”? ¿Qué preguntas y requisitos?

El mundo de la comunicación interesa a todo el universo cultural, social y espiritual de la persona humana. Si los nuevos lenguajes tienen un impacto sobre el modo de pensar y de vivir, este afecta, de alguna forma, también al mundo de la fe, su inteligencia y su expresión. La teología, según una definición clásica, es inteligencia de la fe, y sabemos bien que la inteligencia, entendida como conocimiento reflexivo y crítico, no es extraña a los cambios culturales en acto. La cultura digital plantea nuevos desafíos a nuestra capacidad de hablar y de escuchar un lenguaje simbólico que hable de la trascendencia. Jesús mismo en el anuncio del Reino supo utilizar elementos de la cultura y del ambiente de su tiempo: el rebaño, los campos, el banquete, las semillas etc. Hoy somos llamados a descubrir, también en la cultura digital, símbolos y metáforas significativas para las personas, que puedan ser de ayuda al hablar del Reino de Dios al hombre contemporáneo.

Hay que considerar también que la comunicación en los tiempos de los “nuevos medios de comunicación” comporta una relación cada vea más estrecha y ordinaria entre el hombre y las máquinas, desde los ordenadores a los teléfonos móviles, por citar sólo los más comunes. ¿Cuáles serán los efectos de esta relación constante? Ya el papa Pablo VI, refiriéndose a los primeros proyectos de automatización del análisis lingüístico del texto bíblico, indicaba una pista de reflexión cuando se preguntaba: ¿No es este esfuerzo de infundir en instrumentos mecánicos el reflejo de funciones espirituales, como se ennoblece y eleva a un servicio, que toca lo sagrado? ¿Es el espíritu el que es hecho prisionero de la materia, o no es quizás la materia, ya domada y obligada a seguir leyes del espíritu, la que ofrece al propio espíritu un sublime homenaje?” (Discurso al Centro de Automatización del Aloisianum di Gallarate, 19 junio 1964). Se intuye en estas palabras el vínculo profundo con el espíritu al que la tecnologíaestá llamada por vocación (cfr Enc. Caritas in veritate, 69).

Es precisamente la apelación a los valores espirituales la que permitirá promover una comunicación verdaderamente humana: más allá de todo entusiasmo o escepticismo fácil, sabemos que esta es una respuesta a la llamada impresa en nuestra naturaleza de seres creados a imagen y semejanza de Dios en la comunión. Por esto la comunicación bíblica según la voluntad de Dios está siempre ligada al diálogo y a la responsabilidad, como atestiguan, por ejemplo, las figuras de Abraham, Moisés, Job y los Profetas, y nunca a la seducción lingüística, como es en cambio el caso de la serpiente, o de incomunicabilidad y de violencia, como en el caso de Caín. La contribución de los creyentes entonces podrá ser de ayuda para el propio mundo de los medios de comunicación, abriendo horizontes de sentido y de valor que la cultura digital no es capaz por sí sola de entrever y de representar.

En conclusión, quiero recordar, junto a muchas otras figuras de comunicadores, la del padre Matteo Ricci, protagonista del anuncio del Evangelio en China en la era moderna, del que hemos celebrado el IV centenario de su muerte. En su obra de difusión del mensaje de Cristo consideró siempre a la persona, su contexto cultural y filosófico, sus valores, su lenguaje, cogiendo todo lo positivo que se encontraba en su tradición, y ofreciendo animarlo y elevarlo con la sabiduría y la verdad de Cristo.

Queridos amigos, os doy las gracias por vuestro servicio; lo confío a la protección de la Virgen María y, asegurándoos mi oración, os imparto la Bendición Apostólica.


(Traducción del italiano por Inmaculada Álvarez)

jueves, 17 de marzo de 2011

Gestos y signos sagrados con niños pequeños

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De la gran variedad de signos sagrados que vivimos en la liturgia y la catequesis, propongo a continuación una descripción de los gestos sagrados que calan de manera profunda en los niños pequeños. Todos estos gestos tienen un carácter iniciático; es decir, que aunque no sean comprendidos en toda su profundidad por los niños, de a poco, van introduciéndolos en la vida de la fe. No olvidemos que los gestos sagrados, nos ayudan a comunicarnos mejor con Dios y forman constitutiva de la comunicación humana.
  • Señal de la cruz: Es el signo de Cristo. Los niños deben aprender a hacerla desde pequeños; al comienzo con la ayuda de los papás. No es tan importante si “está bien hecha” sino que internalicen que es un gesto que nos pone en la presencia de Dios, nos inicia en el misterio cristiano. Se hace lenta, ampliamente, con esmero y en actitud profunda de oración.
    LA_SENHAL_DE_LA_CRUZ
Fuente de la imagen: jugandomeacercoamaria.blogspot.com
  • Arrodillarse: ante la grandeza y la santidad de Dios, la persona se arrodilla para expresar su pequeñez, su humildad , su alabanza al Dios que le ama y le dio la vida. El hecho de arrodillarse indica que el corazón se inclina con profundo respeto ante Dios. Para los niños (y los grandes, también) es un signo preclaro de actitud orante.
  • Parados con los brazos abiertos: el alma se abre totalmente delante de Dios en señal de alegría, alabanza, júbil o y acción de gracias. Es un gesto a través del cual expresamos alabanza a Dios. Los niños, naturalmente se expresan así; mucho más cuando el gesto va dirigido a Dios Padre que nos quiere.
  • Las manos: en modo particular, el rostro y las manos son instrumentos y espejo del alma. Después del rostro, las manos son la parte más expresiva del cuerpo. Con ellas podemos tomar distintas posturas que revelan significados diferentes:
Manos juntas: expresan la unión total de la persona, en dirección a lo alto, a Dios.
Manos entrecruzadas: ante una situación tensionante o una aflicción profunda, las manos entrecruzadas expresan la necesidad de unidad y fortaleza interior para pedir auxilio a Dios.
Manos abiertas y extendidas hacia arriba: expresan la actitud de recibir algo, de recibirlo a Dios; en algunos casos pueden significar implorar ayuda de lo alto.
Tomarse las manos: es señal de unidad y de corriente interna y afectuosa que circula entre quienes realizan el gesto.
Imposición de las manos: las manos extendidas hacia abajo sobre la cabeza de los otros significan la transmisión del poder y de la fuerza del Espíritu, derramado en nosotros en el Bautismo. Es muy plenificante “imponer” las manos sobre los niños para implorar por ellos. Este gesto, se dimensiona más cuando es un sacerdote quien impone las manos sobre todo el núcleo familiar.
Aplaudir para Dios: expresa aprobación y alegría por todo lo recibido. A los pequeños, les encanta aplaudir y dar gritos de alegría y alabanza y gratitud, cuánto más, si están dedicados a Dios
  • Llevar flores o regalos: expresan cariño, recuerdo y pensar en el otro. Especialmente cuando se trata de la Virgen María.
  • Las velas: La vela encendida representa la presencia de Cristo Resucitado, sobre todo en el Cirio Pascual. La luz, que da forma, color y sentido a las cosas es signo de vida, signo de Dios.
  • Besar la imagen o tirar besos: son formas de expresar cariño y reverencia. A los niños les agrada en sobremanera este gesto. Siempre es bueno que sea acompañado de un momento de oración interior. Es importante aclarar a los niños el valor relativo que tienen las imágenes.
  • Tomar gracia: es decir, acercarse a una imagen, tocarla y hacer la señal de la cruz. Significa implorar la intercesión de ese santo para que Dios derrame su Gracia sobre quien lo implora.
  • El agua bendita: plena de misterio es el agua. Clara, simple, purificadora, confortante y poderosa a la vez. Al hacer la señal de la cruz, mojando los dedos en agua bendita, con la debida disposición interior, una corriente de Gracia desciende sobre quien la realiza. A los niños les encanta este gesto. En nuestros hogares, habría que disponer de un recipiente con agua bendita para que los niños se acostumbren a hacer la señal de la cruz con ella; al principio, bajo la mirada de un adulto, luego cuando crecen, podrán utilizarla libremente cuando sientan la necesidad.
  • Bendición: De la mano de Dios fluye la fuerza santa y buena que hace crecer; solo Él puede bendecir. Sus ministros, entre ellos los papás, por la Gracia recibida en el bautismo, podemos implorar y transmitir su bendición, especialmente a nuestros hijos. Un gesto, cargado de afectividad y profundidad cristiana es bendecir a nuestros hijos. Puede ser la pareja de papás o cada papá por separado. La bendición se hace realizando con el dedo pulgar una señal de la cruz, sobre la frente o sobre el pecho o sobre las manos (depende del sentido) y expresando en voz alta alguna oración pertinente.
Ejemplos de bendiciones en el seno de la familia
  • Haciendo una señal de la cruz, con el dedo pulgar, sobre la frente, mirándolo a los ojos y pronunciando primero su nombre:
¡Que el buen Dios te bendiga, te cuide y te proteja en este día! ¡Amén!
¡Que nuestro Padre del Cielo, te bendiga y te acompañe durante este día en la escuela, para que puedas aprender cosas hermosas y hacer buenos amigos! ¡Que así sea!
¡Que el Señor te bendiga y guíe en el camino, para que siempre vivas en su amor! ¡Aleluya! ¡Amén!
  • Haciendo una señal de la cruz, con el dedo pulgar, sobre la boca, mirándolo a los ojos y pronunciando primero su nombre:
¡Que el buen Jesús bendiga tus labios, para alabarlo siempre y cantar sus maravillas! ¡Amén! ¡Aleluya!
¡Que nuestro Padre Dios, te cuide, te haga crecer sano y agradecido por los alimentos que comemos todos los días en nuestra mesa! ¡Amén!
  • Haciendo una señal de la cruz, con el dedo pulgar, sobre las manos, mirándolo a los ojos y pronunciando primero su nombre:
¡Que el Dios de la vida bendiga tus manos, para que puedas alabarlo en este hermoso día y hacer muchas cosas lindas con las manos! ¡Que así sea! ¡Amén! ¡Aleluya!
¡Que Jesús, el Buen Pastor, guíe tus manos para que puedas jugar con tus amigos y abrazarlos con cariño, como Él lo hacía con sus ovejas! ¡Aleluya! ¡Que así sea!

Y así, se pueden ir realizando distintas bendiciones, sobre diferentes partes del cuerpo o de acuerdo a situaciones particulares que la vida de los niños nos va presentando.

Es muy importante buscar y explicar el significado de los gestos que realizamos. Continuamente hay que detenerse en los gestos sagrados que utilizamos; tomarnos el tiempo que sea necesario para que se internalicen y, si es necesario, recrearlos permanentemente.
Debemos exigirnos y exigirles a los chicos gran autenticidad y sinceridad, de modo que, no realicemos gestos que no respondan a actitudes interiores.
Muchas veces podrán crearse gestos junto con los chicos; lo importante es que ayuden a expresar mejor nuestro amor a Dios, Nuestro Señor.
(De la Serie «Iniciación en la oración», columna 9.ª)

miércoles, 16 de marzo de 2011

El noviazgo free ¿es la opción?

Por Rebeca Reynaud

Es una actitud típica de personas superficiales, light, que no han aprendido a amar.

Un noviazgo free no es tan libre como parece porque también tiene sus reglas:

No hay obligación de llamarse.

Nada de andar con celos.

No hay compromiso.

No hay que pedir ni rendir cuentas, ni cuestionar al otro.

No esperar nada del otro, excepto el gusto de vivir el momento.

No tener un proyecto en común ni un plan a futuro.

Lo que no se dice, porque es tabú, es: Nos gustamos pero no nos amamos, sólo “nos usamos”.

Hay plena libertad para salir con otras parejas.

Cada una podrá tener aparte una pareja estable sin que ello sea un obstáculo para andar de free.

En esa relación se impone el instinto, la atracción, no la generosidad, ni el sacrificio.

Karla decía: “¿para qué tener a uno si puedo tener a casi todos?”. Lo que Karla propone es que la mujer accesible a todos, y no se da cuenta de que ello lo puede llevar a una esclavitud: A ser adicta al sexo. Olvida que forma parte de la dinámica del amor aspirar a lo definitivo.

Otros entienden, por noviazgo free, irse a la cama nada más conocerse, pero esto no lo tratamos aquí por ser una triste perversión.

En el noviazgo sin compromiso la persona huye del riesgo, que es lo mismo que decir que “tiene miedo a la libertad”. El hombre prefiere ser masa receptiva de propaganda que factor individual de pensamiento crítico.

Muchos jóvenes aman la libertad y no saben ni qué es la libertad. ¿Qué es la libertad? La libertad es la propiedad espiritual que tiene todo ser espiritual de elegir, de realizar la elección de su vida, que es la elección de su fin (Cornelio Fabro). La libertad nos perfecciona o nos hace esclavos: depende de qué elegimos. El hombre no vale por lo que tiene o lo que es, sino por lo que decide.

El libertinaje contribuye al eclipse del valor de la vida humana. La libertad se entiende como la capacidad de hacer lo que a cada cual se le antoje, movido por su propio interés, iniciando de esa manera, la nueva cultura de un individualismo egoísta, que no debe rendir cuenta de sus actos a nadie.

La causa de que haya libertad no reside en mi conciencia de ella. Al revés, tengo conciencia de mi libertad debido a que soy libre. El hombre no es libre porque pueda prescindir de sus ataduras sino porque puede decidir a qué vinculaciones quiere quedar atado. Y no es más libre si las ataduras son menores. Al contrario, la libertad estará en proporción de la profundidad de los proyectos con que se vincule; la libertad llega a su fondo cuando llega a nuestro propio ser.

Para entender bien la esencia de la libertad debemos evitar los extremos del movimiento pendular: en un extremo, se confiere la primacía a la liberación sobre el proyecto, y en otro, se la otorga al proyecto por encima de nuestra propia naturaleza.

Me decía una chica de 17 años: “por el momento tengo miedo de casarme y de que mi marido no me deje trabajar ni desarrollarme en mi profesión. Y, ¿cómo conocer bien a las personas?”.

A las personas se les conoce observándolas. Y en un noviazgo, antes de enamorarse hay que preguntarle al otro qué piensa del trabajo de la mujer fuera de casa, de su desarrollo personal y profesional, para luego no tener sorpresas.

Si alguien sólo es de carácter respetuoso, considerado y servicial con determinadas personas y con otras no, definitivamente no es respetuoso, considerado y servicial: solamente “está actuando”. Hay que observar cómo se comporta esa persona con aquellos de quienes no espera nada, cómo soporta y reacciona ante los roces y tensiones que conlleva toda convivencia. A los seres humanos se les conoce en los momentos de tensión, de crisis, de fracaso, de frustración. Dice Saint-Exupery: que el hombre se mide a sí mismo con el obstáculo.

San Agustín dice: si quieres conocer a una persona, no te fijes en lo que hace y dice; fíjate en ¿qué ama, qué desea? Lo que uno desea es lo que uno es. ¿A dónde se le va el corazón a mi novio (a)?... ¡allí están sus amores! Para conocerse hay que saber: “A mí lo que me mueve en la vida es esto” Eso simplifica mucho el propio conocimiento.

El matrimonio es la situación existencial que más felicidad puede proporcionar a la mayoría de los seres humanos. Por eso todo el mundo se quiere casar, pues el matrimonio es una estructura creada por el amor total para expresarse y perpetuarse.

Si hay una decisión importante en la vida del ser humano es la de casarse. Sin embargo, si hay algo que no se piensa es precisamente esto. Entregarse al otro no es someterse –a menos de que él sea un tirano-, es amar y compartir penas y alegrías.

Es propio del corazón humano aceptar exigencias, incluso difíciles, en nombre del amor. El novio que ama a su novia, sabe esperar, y no pide una prueba de amor, cuando él no puede ofrecerle un matrimonio con la misma prisa con la que él pide la prueba de amor. Cuando un varón elige a una mujer, la elige de acuerdo con el perfil psicológico y moral que trae dentro: De algún modo refleja su alma. La mujer también tiene su decisión: puede elegir entre resultar encantadora o provocadora, es decir, puede optar por ser una dama o una hembra.

El problema de la sexualidad, cuando es determinado por la mera genitalidad —absolutamente desvinculada de las dimensiones psicológica, social, ética y trascendente que le son propias—, considera al sexo como un objeto de consumo más, en vez de fomentar un comportamiento sexual constructivo de la personalidad.

Los medios masivos de comunicación social difunden la ideología del hombre "light" cuya única referencia es su propio bienestar entendido como un consumismo desenfrenado o como un disfrute irresponsable de un pasatiempo fácil.

Los jóvenes han de saber que la calidad de los sentimientos se mide por la conducta, no por la pasión. Hay que actuar “con” pasión, pero no “por” pasión.

La sexualidad pertenece al designio originario del Creador; pero pide a todos que la respeten en su naturaleza profunda, por amor a la verdad de la persona humana. Por eso es moralmente inaceptable el “amor libre” y la homosexualidad. La pureza de vida es necesaria, la castidad no significa rechazo ni menosprecio de la sexualidad humana: significa más bien energía espiritual que sabe defender el amor de los peligros del egoísmo y de la agresividad, y sabe promoverlo hacia su realización plena (cfr. Familiaris consortio).

Un poeta contemporáneo dice que el hombre maduro buscaría un “triste amor”, un “amor apaciguado”, sin peligro, sin venda ni aventura, esperando “en el amor prenda segura”, cuando “en amor locura es lo sensato”.

De Encuentra.com

El aborto: una estrategia fallida

Por: Paul Swope

Director de Proyecto del Nordeste de la Caring Foundation y Presidente de LifeNet Services, Inc.

 
El movimiento pro vida defiende el principio quizá más crucial de cualquier civilización desarrollada: la inviolabilidad y el valor de la vida humana. A pesar de ello y aunque haya mantenido vivo el debate sobre el aborto, no ha logrado hacer cambiar sustancialmente la opinión pública. Este fracaso sugiere la necesidad de mejorar la comunicación para responder a las preocupaciones reales de las mujeres que están en crisis por un embarazo no deseado. A partir de algunas campañas televisivas que han sido eficaces en Estados Unidos, Paul Swope reflexiona sobre la estrategia pro vida en un artículo publicado en la revista First Things (abril 1998).

Los últimos estudios psicológicos sobre el proceso mental de las mujeres que abortan permiten entender por qué los movimientos pro vida no han sido lo eficaces que era de esperar para convencerlas de que apuesten por la vida. Dichos estudios indican que la americana moderna en edad de tener hijos no ve el aborto en el mismo marco moral que la activista pro vida. Nuestro mensaje no es bien recibido porque hemos cometido el error de pensar que las mujeres, especialmente aquellas que se enfrentan al trauma de un embarazo no deseado, responderán a los  principios que consideramos evidentes según nuestra perspectiva moral, y hemos argumentado en consecuencia.

Este es un error de cálculo que ha perjudicado gravemente a la causa pro vida. Aunque no compartamos la forma en que muchas enfocan el tema, la importancia de nuestra misión y el imperativo de ser eficaces hacen necesario que escuchemos, entendamos y respondamos a las preocupaciones reales de las mujeres que se inclinan por el aborto.

La importancia de una nueva óptica se hizo evidente tras los resultados de una compleja investigación de la Caring Foundation [grupo que presenta el mensaje pro vida al público, vía televisión]. (...) Se cree que el hemisferio derecho del cerebro controla los aspectos emocionales, intuitivos y creativos de la persona, mientras las cuestiones analíticas y racionales se responden sobre todo con el hemisferio izquierdo. El estudio del hemisferio derecho del cerebro trata de descubrir las razones emocionales profundas por las que tomamos ciertas decisiones o por las que tenemos ciertas convicciones. Este enfoque tiene aplicaciones obvias en un tema como el aborto, ya que una mujer en plena crisis por un embarazo no deseado no puede resolver su problema de un modo lógico y frío con el hemisferio izquierdo del cerebro.

El estudio fue realizado por una empresa líder en este tipo de investigación (...). El procedimiento consistió en una serie de entrevistas individuales profundas y exhaustivas, para lograr respuestas íntimas emocionales.

Los resultados (19951997) tienen un nivel de confianza de un 95%.

Los tres males

Uno de los objetivos era dar respuesta a un interrogante que ha desconcertado a los pro vida durante mucho tiempo.

¿Cómo es posible que las mujeres, y el ciudadano en general, se sientan tranquilos estando personalmente en contra del aborto, pero a favor de mantener su legalidad? Los pro vida, al considerar que es moralmente evidente que no se puede sostener simultáneamente que el “aborto mata” y que el “aborto debe ser legal”, han intentado mostrar más claramente que el feto es un ser vivo.

Suponen que, al asumir la humanidad de los no nacidos, el imperativo moral lógico “no se debe matar a un bebé” será lo que naturalmente prevalezca y, en consecuencia, las mujeres escogerán la vida para sus hijos no nacidos.

La nueva investigación muestra por qué este planteamiento ha resultado poco eficaz y qué se puede hacer para mejorarlo. El resumen del informe indica que las mujeres creen que de un embarazo no planificado nada bueno puede resultar, por lo que dudan entre lo que consideran tres “males”: maternidad, adopción o aborto.

La maternidad no planificada, de acuerdo con estos estudios, representa una amenaza grave para las mujeres modernas (...). Esto se debe a que muchas mujeres jóvenes de hoy día han desarrollado una identidad que simplemente no contempla el ser madre. Puede incluir ir a la Universidad, sacar un título, obtener un buen trabajo, incluso casarse algún día, pero perciben la repentina intrusión de la maternidad como la pérdida total del control sobre su propia vida presente y futura. (...)

Al considerar la decisión de abortar, no lo hacen, como pueden pensar los pro vida, entre las opciones “llevar a término un embarazo no deseado” o “destruir la vida de un niño inocente”. Ellas sienten así la alternativa: “mi vida se acaba” o “la vida de este nuevo niño tiene que acabar”.

Desde esta perspectiva, la elección del aborto se convierte en un modo de defenderse, postura más asumible tanto para la protagonista como para quienes la apoyan.

(...)

Por qué descartan la adopción

La adopción, desafortunadamente, es la “peor” de las tres opciones, pues se percibe como una doble “muerte”.

Primero la “muerte propia”, ya que la mujer tendrá que llevar el embarazo hasta su término, convirtiéndose además en una mala madre, capaz de entregar su hijo a extraños. La segunda “muerte” es la del hijo “abandonado”: la mujer vivirá atormentada por el futuro de su hijo

(...).

Aunque desearíamos que la mujer aceptara el slogan “adopción sí, aborto no”, este estudio concluye que ante la alternativa adopción / aborto, la adopción será la perdedora.

La actitud de estas mujeres hacia el aborto es bastante sorprendente. Primero, todas las involucradas en este estudio (ninguna era “pro vida”, sino que se autodefinían partidarias de la “elección”) reconocían que el aborto mata. Aunque esta convicción sin duda está “inscrita en el corazón humano”, el mérito de haberlo demostrado se debe al trabajo educativo del movimiento pro vida. Segundo, las mujeres creen que el aborto es malo, un error, y que Dios castigará a las que lo practiquen.

Tercero, creen también que Dios, en última instancia, las perdonará porque es clemente, no hubo intención de quedarse embarazada y porque ante semejante trance no existía otra opción, puesto que su vida estaba en juego.

(...) En resumen, el aborto será el menor de los tres “males” para la mujer porque ofrece la mayor garantía de esperanza de preservar su yo, su propia vida.

Hay que destacar que la principal preocupación en cualquiera de las tres opciones gira alrededor de la mujer y no del no nacido, lo que explica el atractivo de la retórica “pro elección”. Elección que concede a la embarazada en crisis cierta sensación de control sobre su futuro, y permite a quienes rechazan el aborto personalmente sentir compasión hacia las que recurren a él.

Lo que suscita rechazo

El informe que estudiamos ilumina otra fuente fundamental de frustración y fracaso del movimiento pro vida: un cuarto de siglo de encuestas ha demostrado reiteradas veces que la mayor parte de los americanos rechazan el aborto y que las mujeres son ligeramente más pro vida que los hombres. Pero a ambos les gusta más la etiqueta “pro elección” que la de pro vida. Asimismo, a los activistas pro vida se les considera peligrosos y extremistas.

(...)

La investigación indica que la dificultad de obtener el apoyo público no se debe del todo al trato injusto de los medios de comunicación, aunque efectivamente este factor ha tenido sin duda un papel importante. Los slogans de los movimientos pro vida y las campañas educativas han tendido a exacerbar el problema, por haberse centrado casi exclusivamente en el hijo aún no nacido, y no en la madre. Esto produce resentimiento en vez de simpatía, particularmente entre las mujeres en edad de tener hijos.

No es de extrañar que las primeras personas que se dieron cuenta de la necesidad de un enfoque distinto fueran las que trabajaban directamente con las mujeres en crisis. (...)

Consideremos un típico slogan pro vida: “El aborto detiene el latido de un corazón”. Aunque esta frase pueda resultar eficaz entre los pro vida, su efecto entre mujeres jóvenes en crisis probablemente sería:

1) provocar rabia contra el mensajero;

2) confirmarlas en la opinión de que los pro vida no entienden su situación;

3) las hundiría aún más en la actitud negativa y desesperanzada. Si la meta de los pro vida es disminuir el número de abortos y no sólo constatar un hecho, debemos preguntarnos si este mensaje no será francamente contraproducente.

(...) La pregunta, quizás subconsciente pero clave, que se hace la mujer es: “¿Cómo podré conservar el control de mi vida?”. El movimiento pro vida debe tener en cuenta el punto de vista de la mujer y hacerlo de una manera compasiva que reafirme las innatas e íntimas convicciones de su conciencia.

Sin condenar ni estigmatizar, debe ayudar a la mujer a reconsiderar cómo percibe los tres “males” que se le presentan.

Soluciones para mujeres en crisis

Como ejemplo práctico, la Caring Foundation ha preparado dos anuncios publicitarios para la televisión.

Uno presenta como modelo a una mujer que se puede identificar con las inquietudes de la audiencia a la que se dirige el anuncio, pero que ha optado por la vida y presenta su opción bajo un prisma positivo. El otro anuncio, pensado también desde la propia perspectiva de la mujer, presenta el aborto como solución negativa a su problema.

El anuncio pro maternidad es como sigue:

Una mujer está frente a una bonita casa, rastrillando las hojas, y tras despedirse de su hija, se vuelve al telespectador:

“Yo tenía 16 años cuando supe que estaba embarazada de Carrie. No estaba casada y me sentía realmente asustada. Ahora, algunas personas dicen que debería haber abortado, pero nunca pensé recurrir a tal posibilidad sólo porque me creaba un problema. Oye, no me considero una mártir, pero realmente no creo que tuviera opción después de estar ya embarazada. Piénsalo”.

Este anuncio, que no consiguió popularidad entre los pro vida, es, según las encuestas, extremadamente eficaz entre las mujeres jóvenes. Porque presenta un modelo accesible y creíble, y el mensaje subliminal –la bonita casa, la buena relación con la hija, la sensación de control de la madre que aparece sosteniendo el rastrillo y cuidando su propio jardín– refuerza el mensaje de que esta mujer es, de hecho, heroica, pues ha tenido que enfrentarse a una decisión difícil y ha conseguido sacar adelante su vida. Este anuncio ofrece sutilmente la auténtica solución que una mujer que se enfrenta a un embarazo no deseado busca desesperadamente y que contrasta con la decepción que a menudo le proporciona el aborto.

Otro anuncio que busca más directamente el rechazo del aborto es como sigue:

Una mujer se levanta de la cama; el reloj marca las 3 de la mañana. Se acerca a la ventana, y mira la negra noche lluviosa. Está de pie, en silencio, mientras se oye una voz femenina: “Dijeron que no oirías esos lloros que te despiertan por la noche... No habría ni rastro de biberones, ni trastos en el suelo, ni juguetes desperdigados.

Se oye el tic tac del reloj. Todo está en silencio. Y te das cuenta de que aún hay una voz. Si has sufrido el dolor de un aborto, llama al teléfono...”.

En ambos casos, el enfoque está en la mujer, en alguien que ha pasado por la experiencia de un embarazo no deseado. Los anuncios no hacen un juicio explícito; sólo muestran experiencias vividas con muy distintas soluciones y diferentes consecuencias.

Este es otro anuncio muy eficaz:

Una mujer joven está sentada al lado de la chimenea mirando hacia la cámara: “¿Sabes?, yo era partidaria del derecho al aborto, pero después tuve mi propio hijo. Cuando estaba embarazada, me di cuenta de que todo lo que este niño estaba intentando hacer era salir adelante, igual que todos nosotros. Todavía no me aclaro, no lo entiendo, pero cuando yo quería a mi niño, era un niño, y cuando no lo quería, ¿era otra cosa? Piénsalo”.

Tampoco esta mujer pretende tener todas las respuestas, ni encaja en el modelo pro vida. Simplemente quiere compartir su propia experiencia y hace una pregunta que, efectivamente, mina la argumentación de los pro elección.

Una mujer que sirva de modelo

Se está desarrollando una nueva campaña de anuncios basada en otra investigación sobre el “hemisferio derecho del cerebro” llevada a cabo en 1997. Mientras que el primer estudio se concentró en mujeres jóvenes que tenían dudas sobre esta materia, el segundo incluía mujeres que ya habían tomado la decisión de abortar o de tener su hijo. (...)

Se está probando un nuevo anuncio basado en esta última investigación.

Una mujer joven hace ejercicio corriendo por la calle. Llueve, y mientras corre, sus pensamientos se hacen audibles:

“Todo el mundo me dice cómo debo sentirme. Yo no pensaba quedarme embarazada. Ahora no. [Se refiere al novio enfadado, que se ve en una secuencia retrospectiva.]

Me dice cómo debo sentirme, qué debo hacer, y después desaparece cuando realmente lo necesito.

Ahora todo depende de mí. Pero ¿abortar? Yo no. Tengo que vivir con la decisión que tome. [Pausa. Corre hacia la lejanía, el cielo se aclara.] Lo conseguiremos”.

Los tres objetivos del anuncio son: crear admiración por llevar a término el embarazo, presentar una mujer que sirva de modelo y, sin buscar confrontación, mostrar el aborto de forma negativa.

Es significativo comparar estos objetivos con los comentarios que hicieron las mujeres de un grupo de trabajo con referencia a la actitud de la protagonista: (...) “Se nota el estrés que está sufriendo. No es un tema agradable, pero lo está soportando. Está haciendo lo mejor. Esta mujer tiene fortaleza, ya que corre en vez de sentarse a compadecerse de sí misma”.

Estas respuestas indican que una campaña de publicidad cuidadosamente estudiada promueve la ética de la cultura de la vida. Utilizando un lenguaje e imágenes atractivas en vez de alienantes, el movimiento pro vida puede mostrar que el aborto no juega a favor de la mujer y que apostar por la vida ofrece esperanza y un sentido positivo a la propia personalidad.

Es de destacar que la descripción del desarrollo del feto e incluso imágenes gráficas de un aborto pueden utilizarse con eficacia ante determinado público, especialmente si es proclive al mensaje pro vida y como método de motivación. Es más, los planteamientos aquí mostrados para desarrollar estrategias dirigidas a la mujer no son necesariamente transferibles a las que buscan un cambio político o legislativo. Ahora bien, al utilizar los medios de comunicación para llegar al gran público, es de vital importancia que el movimiento pro vida reestructure su mensaje, a fin de que sea mejor recibido por las mujeres.

El tremendo error de cálculo de la mujer joven es creer que el aborto puede “desembarazarla”, que la devolverá a la situación anterior a la crisis. Pero una mujer jamás es la misma después de un embarazo, se quede con el hijo, lo elimine o lo entregue en adopción. El aborto puede parecer una solución, pero no es la que la mujer anhela en su interior, ni siquiera la que conseguirá preservar su identidad.

Si los pro vida podemos ayudar a que la mujer recapacite y se convenza por sí misma, habremos hecho mucho para apartar a nuestra cultura de la mentalidad abortista.

La eficacia de algunas campañas

¿ Cuál ha sido la eficacia de esta publicidad? El trabajo de la Caring Foundation comenzó en el Estado de Missouri, donde estos anuncios se han emitido en televisión durante algunos años. Pues bien, es el Estado donde más rápidamente ha bajado el índice de abortos en Estados Unidos. Desde 1988 hasta 1992, el índice bajó sólo un 5% en el conjunto del país, frente a un 29% en Missouri. Además, según encuestas Gallup, la media nacional de adolescentes pro vida es del 29%, y del 60% en la zona central de Missouri.

En otros dos Estados se han emitido anuncios durante algunos años y en ambos se ha observado un descenso de los abortos de casi el 40%. Michigan pasó de 49.098 abortos en 1987 a 31.091 en 1995. Wisconsin, de 20.819 en 1981 a 12.782 en 1995. (...)

Debido a que la Caring Foundation contrata empresas profesionales independientes para realizar las encuestas previas y posteriores a las campañas, se puede afirmar sin duda alguna que los anuncios producen cambios en la opinión pública y que efectivamente influyen en la decisión de las mujeres que dudan entre abortar o tener el niño. Muchos centros de “atención a la embarazada” dicen que les llegan mujeres que estaban decididas a abortar hasta que vieron los anuncios.

En 1997 se llevó a cabo en Boston una campaña televisiva de trece semanas que llegaba a una audiencia de 4,4 millones de adultos. La empresa Baselice & Associates, de Houston, dirigió la encuesta. Se realizaron entrevistas, antes y después de haber visto el anuncio, con un margen de error del 4,9% y con un nivel de confianza del 95%. La encuesta posterior mostró que el 7% de la población de la zona (308.000 adultos) se había pasado a la postura pro vida. (...) De hecho, la postura pro vida entre aquellos que recordaban los anuncios pasó del 20% en la encuesta previa al 36% en la posterior, mientras que la postura pro elección bajó significativamente: del 33% al 25%.

La encuesta más reciente tuvo lugar en diciembre de 1997 en Indianápolis, y los datos resultaron ser un reflejo de la experiencia de Boston. La opinión pro vida de la población total aumentó del 36% al 45%, y entre la audiencia de mujeres de menos de 45 años, del 33% al
44%.

Además de las ya citadas, se han realizado investigaciones similares en Pensilvania, Wisconsin, Ohio, Iowa, Colorado, Missouri y Michigan. Se percibe un cambio de opinión hacia la postura pro vida en todas las encuestas y en casi todas las preguntas (8 cuestiones diferentes relativas al tema del aborto). La audiencia total cubierta por las distintas campañas en los últimos años ha alcanzado a más de 46 millones de adultos.

Vista la efectividad de estas campañas en el colectivo femenino, los anuncios se emiten ahora incluyendo un número de teléfono, para que se pueda solicitar la ayuda de un centro de atención a embarazadas. Se han recibido más de 5.000 llamadas a través de este servicio y se ha proporcionado consejo y la ayuda necesaria a muchas mujeres que han sufrido el trauma del aborto.

Paul Swope es Director de Proyecto del Nordeste de la Caring Foundation y Presidente de LifeNet Services, Inc.

lunes, 14 de marzo de 2011

El relativismo no puede educar

Quien pretenda educar tiene que aclararse antes sobre en qué consiste ser buena persona
 
El relativismo no puede educar
El relativismo no puede educar
Quien pretenda educar tiene que aclararse antes sobre en qué consiste ser buena persona, pues solo así podrá saber en qué quiere que se convierta el educando, solo así sabrá hacia dónde orientar el proceso educativo. Y hoy día hay muchos adultos –padres, profesores– que no se aclaran sobre en qué consiste ser buena persona y por eso no pueden educar por mucha buena intención que pongan en el intento. Educar exige como presupuesto, como condición sine qua non, tener razonablemente claro qué cosas son buenas y malas, qué hace al educando bueno o malo. Por eso el relativismo es un impedimento absoluto para la educación; en el relativismo es imposible educar.

La mayor dificultad para educar hoy es la pandemia relativista que lleva a muchos a no aclarase sobre qué es una buena persona. Quien no tiene un proyecto de persona buena no puede ayudar al niño y orientarle para llegar a ser buena persona que es en lo que consiste educar: ayudar al niño a extraer todo el potencial de bien y verdad que lleva dentro. El problema específico y singular que existe hoy para educar no está en los niños; está en los adultos que se han dejado dominar por el relativismo moral y lo transmiten a los educandos.

¡Cuántos niños de hoy no saben que existen cosas buenas y malas, que hay cosas que les hacen buenos y otras que les hacen malos y que podemos distinguir con razonable precisión y certeza unas y otras! Y no lo saben porque nadie nunca se lo ha dicho. Tales niños no pueden ser buenos pues ser bueno consiste en enamorarse del bien; y para enamorarse del bien hay que conocerlo previamente; y para conocerlo alguien tiene que mostrarlo. En esto consiste la educación: en mostrar el bien haciéndolo atractivo, deseable, digno de esfuerzo; es decir, en algo que resulta materialmente imposible para el relativista.

Esta es precisamente la esencia de la educación: transmitir valores y hacer atractiva la virtud; poner delante del niño lo bueno, un proyecto ilusionante de ser humano, mostrarle en qué consiste ser bueno y animarle a intentar serlo. Para hacer bien eso basta con saber qué cosas son buenas y qué cosas son malas. En definitiva, educar es bastante fácil si uno sabe en qué consiste ser buena persona; y es muy difícil o imposible si uno no se aclara al respecto.

Educar a un niño, abrirle al mundo de los valores, encariñarle con el bien de que es capaz, exige animarle a mirar con cariño lo bueno existente en la realidad de las cosas; ayudarle a mirarse a sí mismo y descubrir la dignidad que tiene; ayudarle a aprender que si quiere ser feliz y llevar una vida plena no puede hacer cualquier cosa con su cuerpo; ayudarle a observar a los demás y ver todo el bien que hay en ellos y que por tanto debe cuidarlos, respetarlos y quererlos; ayudarle a contemplar la realidad que le rodea y descubrir que es buena y, por tanto, digna de respeto.

¿Cómo educamos? Con cariño, con ejemplo y con palabras. Educar es convivir amando; si queremos a los que tenemos a nuestro lado utilizaremos casi inconcientemente el gran medio que tenemos lo seres humanos para influir en los demás —en nuestros hijos, en nuestros amigos y en la sociedad en su conjunto—, que es mostrarles con nuestro ejemplo y nuestra palabra qué es valioso, qué merece la pena. Educar consiste en mostrar con la propia conducta el bien posible y en hablar con cariño de lo bueno y valioso, haciéndolo así atractivo y deseable para el educando.

Educar eficazmente exige hablar mucho con los educandos desde muy pequeños y siempre bien de las cosas buenas. Según van creciendo, es fundamental que esa palabra con que les hablamos bien de las cosas buenas la vean ratificada en los hechos de nuestra vida y que nos vean felices viviendo conforme a los criterios que les enseñamos. En la adolescencia es especialmente necesario que la teoría vaya acompañada del testimonio de vidas plenas y felices: nuestra propia vida puede hacer atractivos o sospechosos los valores que queremos transmitir a nuestros hijos o alumnos. ¿Cómo transmitimos valores? Hablando bien de las cosas buenas y, en la medida de lo posible, mostrándolas hechas vida en nosotros mismos.

Así iremos formando a nuestros hijos y alumnos en el amor al bien, les haremos apreciar los valores positivos como algo deseable y digno de ser perseguido, les ayudaremos a llevar consigo su propio ambiente y a no dejarse arrastrar por el que encuentren en la calle. Tenemos que formar en ellos personalidades fuertes. No podemos tener miedo a la libertad de nuestros hijos y alumnos; tenemos que amar su libertad y reforzársela dándoles criterio, ayudándolos desde pequeñitos a asumir su libertad y responsabilidad, a elegir, a optar, porque eso será lo que irá creando el hábito de decantarse por lo mejor, por lo valioso. Y sin escandalizarnos ni abatirnos si se equivocan una o muchas veces; de los errores también se aprende cuando las ideas están claras.

Para transmitir valores, para educar, lo primero que hay que hacer es superar el relativismo. Esa es la gran obligación nuestra como padres, como profesores y como ciudadanos responsables: saber cuál es el modelo ideal de persona que tenemos que poner delante de las nuevas generaciones, aclararnos sobre lo que queremos transmitirles. Si renunciamos a priori a transmitir una idea clara sobre en qué consiste ser buena persona les privamos del derecho a intentar ser buenas personas y, por tanto, renunciamos a educar. 
 
Autor: Benigno Blanco. Presidente del Foro de la Familia | Fuente: http://www.padresycolegios.com 

QUÉ ES LA CONFEDERACIÓN INTERNACIONAL DE MOVIMIENTOS FAMILIARES CRISTIANOS (CIMFC)

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QUÉ ES LA CONFEDERACIÓN INTERNACIONAL DE MOVIMIENTOS FAMILIARES CRISTIANOS (CIMFC)


La Confederación Internacional de Movimientos Familiares Cristianos (CIMFC) fue formada en Caracas, Venezuela en 1966, con la finalidad de ayudar a sus miembros a vivir sus vocaciones humanas y cristianas y testimoniar los valores esenciales de la familia, basados en la fe según lo anunciado por el Evangelio y propuesta por las enseñanzas de la Iglesia Católica. La CIMFC fue reconocida por la Santa Sede como confederación internacional de fieles laicos en 1989.

Realiza una  Asamblea Mundial de Familias y su Asamblea General Mundial cada tres años. En el 2007 se realizaron en Fátima Portugal y en el 2010 en Goa India.

En las Asambleas Mundiales de las Familias participan todos los emefecistas miembros de todo el mundo que lo deseen. En las Asambleas Generales participan los presidentes de cada continente y las personas acreditadas según el estatuto.

La Confederación esta compuesta por tres tipos de miembros que satisfacen los requisitos establecidos en su Constitución.

Los miembros con pleno derecho de la Confederación son los Movimientos Familiares Cristianos (MFC) que tienen las siguientes características básicas aun cuando sean llamados por otros nombres:

Están organizados en grupos pequeños de parejas, familias, padres o madres sin pareja, viudas, etc., que intentan hacer genuinas comunidades de familia y trabajar, juntos, con sus asesores espirituales para promover el crecimiento mutuo.

Se reúnen regularmente, participando de un proceso formativo de observar, juzgar, y actuar a la luz de la Palabra de Dios.

Son testigos y ministros para todas las familias, especialmente para los que están en situaciones difíciles tales como el desamparado y el pobre.

Los miembros asociados forman centros u organizaciones laicales que comparten los ideales cristianos de la CIMFC y que están involucrados en trabajar por la familia.

Los miembros de apoyo son aquellas organizaciones o centros que comparten los ideales cristianos de la CIMFC y que están involucradas en el estudio, la investigación y la promoción de la familia.

La CIMFC tiene organizaciones afiliadas en los siguientes países, extendidos en cada continente:

CONTINENTE
NÚMERO DE FAMILIAS
PAÍSES
Norteamérica
4.000
EE.UU.
Europa
3.990
España, Malta, Portugal, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Italia
América Latina
80.000
Méjico, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Cuba, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, República Dominicana, Panamá, Uruguay, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay
África
475
Uganda, Malawi, Camerún
Asia
4.000
Filipinas, Singapur, Tailandia, India, Sri Lanka, Japón, Hong Kong, Corea del sur
Oceanía
5
Australia
TOTAL
92.470


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Presidentes CIMFC. De izquierda a derecha: Los Rivera (CR), los Muangkroot (Thai), los Pich (Esp) y los Hamilton (EU)
 
CIMFC Matrimonio Presidentes:
 
AÑO
PRESIDENTE
PAÍS
2010-  Gary y Kay Aitchison Estados Unidos
2007-2010
William y Esilda Cheng
Panamá
2001-2007
Nop y Elma Muangkroot
Tailandia
1998-2001
Jose y Margarita Pich
España
1995-1998
Álvaro y Margarita Rivera
Costa Rica
1989-1995
Wayne y Susan Hamilton
EEUU
1983-1989
Manuel y Cecilia Samaniego
Venezuela
1977-1983
Rolly y Isabelle Leroux
Canadá
1967-1977
Pat y Patty Crowley
EEUU
1966-1967
José y Luzma Álvarez
México

Fuente: www.cimfc.org

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuaresma: 40 días, 40 ideas del Papa

40 frases de los mensajes Benedicto XVI sobre la Cuaresma
(Tomado de www.opusdei.org)

1. Que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación [la confesión] y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical. (2009)

2. El ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. (2009)

3. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que “ve en lo secreto y te recompensará” (2009)

4. Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de “no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal”, con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia.(2009)

5. Ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios. (2009)

6. Esta antigua práctica penitencial, que puede ayudarnos a mortificar nuestro egoísmo y a abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo, primer y sumo mandamiento de la nueva ley y compendio de todo el Evangelio.(2009)

7. La práctica fiel del ayuno contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a acrecer la intimidad con el Señor. (2009)

8. Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios. (2009)

9. El ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos (…).Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño. (2009)

10. Privarnos por voluntad propia del placer del alimento y de otros bienes materiales, ayuda al discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad humana. (2009)

11. “Quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica” (San Pedro Crisólogo). (2009)

12. Que la Virgen María, Causa nostræ laetitiæ, nos sostenga en el esfuerzo por liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado para que se convierta cada vez más en “tabernáculo viviente de Dios”. (2009)

13. La Cuaresma nos ofrece una ocasión providencial para profundizar en el sentido y el valor de ser cristianos, y nos estimula a descubrir de nuevo la misericordia de Dios para que también nosotros lleguemos a ser más misericordiosos con nuestros hermanos. (2008)

14. La limosna representa una manera concreta de ayudar a los necesitados y, al mismo tiempo, un ejercicio ascético para liberarse del apego a los bienes terrenales. (2008)

15. ¡Cuán fuerte es la seducción de las riquezas materiales y cuán tajante tiene que ser nuestra decisión de no idolatrarlas! (2008)

16. No somos propietarios de los bienes que poseemos, sino administradores: por tanto, no debemos considerarlos una propiedad exclusiva, sino medios a través de los cuales el Señor nos llama, a cada uno de nosotros, a ser un instrumento de su providencia hacia el prójimo.(2008)

17. Socorrer a los necesitados es un deber de justicia aun antes que un acto de caridad. (2008)

18. No hay que alardear de las propias buenas acciones, para no correr el riesgo de quedarse sin la recompensa en los cielos (2008)

19. La limosna evangélica no es simple filantropía: es más bien una expresión concreta de la caridad, la virtud teologal que exige la conversión interior al amor de Dios y de los hermanos, a imitación de Jesucristo, que muriendo en la cruz se entregó a sí mismo por nosotros. (2008)

20. Quien sabe que “Dios ve en lo secreto” y en lo secreto recompensará, no busca un reconocimiento humano por las obras de misericordia que realiza. (2008)

21. Cuando actuamos con amor expresamos la verdad de nuestro ser: en efecto, no hemos sido creados para nosotros mismos, sino para Dios y para los hermanos (2008)

22. Cada vez que por amor de Dios compartimos nuestros bienes con el prójimo necesitado experimentamos que la plenitud de vida viene del amor y lo recuperamos todo como bendición en forma de paz, de satisfacción interior y de alegría. El Padre celestial recompensa nuestras limosnas con su alegría. (2008)

23. La limosna, acercándonos a los demás, nos acerca a Dios y puede convertirse en un instrumento de auténtica conversión y reconciliación con él y con los hermanos. (2008)

24. Podemos aprender [de Cristo] a hacer de nuestra vida un don total; imitándolo estaremos dispuestos a dar, no tanto algo de lo que poseemos, sino a darnos a nosotros mismos. (2008)

25. Que María, Madre y Esclava fiel del Señor, ayude a los creyentes a proseguir la “batalla espiritual” de la Cuaresma armados con la oración, el ayuno y la práctica de la limosna (2008)

26. La Cuaresma es un tiempo propicio para aprender a permanecer con María y Juan, el discípulo predilecto, junto a Aquel que en la cruz consuma el sacrificio de su vida por toda la humanidad (2007)

27. En el misterio de la cruz se revela plenamente el poder irrefrenable de la misericordia del Padre celeste. (2007)

28. Miremos a Cristo traspasado en la cruz. Él es la revelación más impresionante del amor de Dios (…). En la cruz Dios mismo mendiga el amor de su criatura: tiene sed del amor de cada uno de nosotros. (2007)

29. El Todopoderoso espera el «sí» de sus criaturas como un joven esposo el de su esposa. (2007)

30. Sólo el amor en el que se unen el don gratuito de uno mismo y el deseo apasionado de reciprocidad infunde un gozo tan intenso que convierte en leves incluso los sacrificios más duros. (2007)

31. La respuesta que el Señor desea ardientemente de nosotros es ante todo que aceptemos su amor y nos dejemos atraer por él. (2007)

32. Vivamos, pues, la Cuaresma como un tiempo «eucarístico», en el que, aceptando el amor de Jesús, aprendamos a difundirlo a nuestro alrededor con cada gesto y cada palabra. (2007)

33. El apóstol Tomás reconoció a Jesús como «Señor y Dios» cuando metió la mano en la herida de su costado. No es de extrañar que, entre los santos, muchos hayan encontrado en el Corazón de Jesús la expresión más conmovedora de este misterio de amor.

34. Cristo «me atrae hacia sí» para unirse a mí, a fin de que aprenda a amar a los hermanos con su mismo amor. (2007)

35. De ningún modo es posible dar respuesta a las necesidades materiales y sociales de los hombres sin colmar, sobre todo, las profundas necesidades de su corazón. (2006)

36. Quien no da a Dios, da demasiado poco. (2006)

37. Es preciso ayudar a descubrir a Dios en el rostro misericordioso de Cristo (2006)

38. Mientras el tentador nos mueve a desesperarnos o a confiar de manera ilusoria en nuestras propias fuerzas, Dios nos guarda y nos sostiene.(2006)

39. La Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia. Es una peregrinación en la que Él mismo nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza(2006).

40. Aunque parezca que domine el odio, el Señor no permite que falte nunca el testimonio luminoso de su amor. A María, «fuente viva de esperanza», le encomiendo nuestro camino cuaresmal, para que nos lleve a su Hijo.

sábado, 5 de marzo de 2011

NO ALCANZA CON EXPONER LA VERDAD HAY QUE IDENTIFICAR Y REFUTAR LOS ERRORES

La Plata, Argentina

En su reflexión de esta semana en el programa “Claves para un Mundo Mejor” Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, recordó que el Episcopado Argentino declaró este Año 2011 como el Año de la Vida y que el pensamiento cristiano exige exponer la verdad y también identificar y refutar los errores. “No solamente debemos proclamar el valor de la vida sino que también debemos señalar los peligros que la acechan y los delitos que pueden cometerse contra ella”.

“Algunos piensan que deberíamos buscar otros modos de comunicar que sean más simpáticos; menos chocantes, presuntamente más positivos”.

“Ante una situación tan grave se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre” (.) “¡Llamar a las cosas por su nombre!”, con el lenguaje del Evangelio. “Cuando es sí, decir sí, y cuando es no, decir no”.

“Así nos enseñó Jesús”, concluyó. “Así ha procedido la Iglesia siempre, sobre todo respecto de esas realidades fundamentales, como los valores no negociables que enumeró Benedicto XVI, el primero de los cuales es el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural. Podemos decir que la verdad natural y cristiana sobre la vida es como un vino exquisito y no hay que rebajarlo con soda…”

A continuación el texto completo de la alocución televisiva:

La Conferencia Episcopal Argentina ha señalado el año 2011 como “Año de la Vida”, es decir un periodo particularmente dedicado a profundizar en nuestra conciencia acerca de la dignidad y el valor de la vida humana en toda circunstancia desde la concepción hasta la muerte natural.

Esto significa que no solamente debemos proclamar el valor de la vida sino que también debemos señalar los peligros que la acechan y los delitos que pueden cometerse contra ella.

Es una tradición del pensamiento cristiano que no solamente hay que exponer la verdad también hay que identificar y refutar los errores. Por eso hablando de la vida tenemos que pensar también como se ha ido eclipsando el sentido auténtico de la vida humana.

Lo ha señalado nuevamente el Papa Benedicto XVI, el 26 de febrero pasado, en un discurso a la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de la Vida.

Es necesario, entonces, tener una clara conciencia de lo que significa el aborto, la eutanasia, la desnutrición infantil, la miseria en la que se ven hundidas tantas familias, las condiciones serviles de trabajo, el abandono y la angustia de la mujer embarazada que ha quedado sola, y tantas otras circunstancias terribles que amenazan la vida o vulneran la dignidad de la persona humana.

Hoy quisiera decirles algo acerca del aborto porque pareciera que no es “políticamente correcto” usar este nombre y señalar la gravedad de su malicia. Algunos piensan que deberíamos buscar otros modos de comunicar que sean más simpáticos; menos chocantes, presuntamente más positivos.

Por eso, me parece oportuno recordar lo que el Magisterio de la Iglesia enseña constantemente, y citar un pasaje de la Encíclica “El Evangelio de la Vida”, que Juan Pablo II publicó en 1995. Van a cumplirse 16 años el próximo 25 de marzo, solemnidad de la Encarnación del Señor y “Día del Niño por nacer”.

Dice el texto: “Entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso. El Concilio Vaticano II lo define junto con el infanticidio como crímenes nefandos.

Hoy, sin embargo –sigue diciendo Juan Pablo II-, la percepción de su gravedad se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida.

Ante una situación tan grave se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño. A este propósito resuena categórico el reproche del Profeta: “ay los que llaman al mal bien y al bien mal, que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad!”.

Precisamente en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua como la de “interrupción del embarazo” que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de las conciencias pero ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas. El aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento (Evangelium Vital, 58).

¡Llamar a las cosas por su nombre!, dice el Papa. Es el lenguaje del Evangelio. Cuando es sí, decir sí, y cuando es no, decir no.

Así nos enseñó Jesús. Así ha procedido la Iglesia siempre, sobre todo respecto de esas realidades fundamentales, como los valores no negociables que enumeró Benedicto XVI, el primero de los cuales es el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural. Podemos decir que la verdad natural y cristiana sobre la vida es como un vino exquisito y no hay que rebajarlo con soda…

NOTIVIDA, Año XI, Nº 750, 5 de marzo de 2011