lunes, 8 de diciembre de 2014

¿Qué es el tablero “ouija”?

Ouija_

El tablero “ouija” es un fraude y un engaño en la casi totalidad de las veces que se usa para contactar con alguna entidad espiritual. En muy rarísimas ocasiones, y fuera de las causas naturales, se puede suponer como medio de contactar y tratar con los demonios, nunca con los fallecidos. Si Dios no lo desea, no es posible comunicación alguna de los vivos con los muertos porque sólo Dios es el Señor de los vivos y de los muertos. Practicar la “ouija” es un pecado y está totalmente desaconsejado por la Iglesia.
1. Las razones de la aparición de la "ouija" y otros métodos de contacto con los muertos
En los países occidentales, durante el final del siglo XIX, se produjo un gran desarrollo de la ciencia y la tecnología industrial, surgiendo así dos corrientes antagónicas:


domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Cómo aprender a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo?



 
Sí, es cierto que el Espíritu Santo nos quiere hablar, pero a veces nos cuesta escucharle. Esto sucede porque hay muchas otras voces que constantemente nos llegan de todos lados pidiendo atención. Todas quieren penetrar en nuestros razonamientos e influir en las decisiones que tomamos.

Saber escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo, es un aprendizaje progresivo: se trata de convertirse en aquellas ovejas que reconocen la voz de su pastor en medio de las otras voces que las rodean (Jn 10, 3-5). Para lograr esto, es necesario crear poco a poco un cierto “clima de vida” que comprende los siguientes elementos.


    Estemos firmemente decididos a hacer en todo la voluntad de Dios. Dios habla a aquellos que desean obedecerle. La obediencia es una elección a largo plazo; cierra la puerta del infierno y abre las ventanas del cielo. Por la disposición de Jesús a ser obediente, incontable multitud de personas fueron y son llevados todavía a la reconciliación con Dios.

    Llevemos una vida de oración regular, en la que intentemos principalmente tener una actitud de confianza, de disponibilidad interior a la acción de Dios. La fidelidad a la oración favorece y hace más profunda la disposición de apertura y de escucha.

    Meditemos regularmente las Santas Escrituras: su manera de tocar y hablar a nuestro corazón despierta en nosotros una sensibilidad espiritual y nos acostumbra poco a poco a reconocer la voz de Dios.

    Evitemos lo más posible las actitudes que pueden cerrarnos a la acción del Espíritu: la agitación, las inquietudes, los miedos, los apegos excesivos a nuestra propia manera de hacer o de pensar. La escucha al Espíritu Santo requiere flexibilidad y desprendimiento interiores.

    Aceptemos con confianza los acontecimientos de nuestra vida, aun cuando a veces nos contraríen o no correspondan a lo que nosotros esperábamos. Si somos dóciles a la manera en la que Dios conduce los acontecimientos de nuestra vida, si nos abandonamos entre sus manos de Padre, Él sabrá hablar a nuestro corazón. Mantengámonos (dentro de lo posible) en paz y en confianza, pase lo que pase. Cuanto más nos esforcemos por mantener la paz, más escucharemos la voz del Espíritu.

    Sepamos acoger los consejos de las personas que nos rodean. Seamos humildes de cara a nuestros hermanos y hermanas, no busquemos siempre tener la razón o la última palabra en las conversaciones. Reconozcamos nuestros errores y dejémonos corregir. Quien sabe escuchar a su hermano sabrá escuchar a Dios.

    Purifiquemos constantemente nuestro corazón en el sacramento de la penitencia. El corazón purificado por el perdón de Jesús percibirá su voz con más claridad.

    Estemos atentos a lo que pasa en el fondo de nuestro corazón. El Espíritu Santo no se deja escuchar en el ruido ni en la agitación exterior, sino en la intimidad de nuestro corazón, por medio de mociones suaves y constantes.

    Aprendamos poco a poco a reconocer lo que viene de Dios a través de los frutos que produce en nuestra vida. Lo que viene del Espíritu trae consigo paz, nos hace humildes, confiados, generosos en el don de nosotros mismos. Lo que viene de nuestra sicología herida o del demonio produce dureza, inquietud, orgullo, ensimismamiento.

    Vivamos en un clima de gratitud: si agradecemos a Dios por un beneficio, él nos dará nuevas gracias, en especial las inspiraciones interiores que necesitamos para servirle y amarle.

El Señor nos ama a todos por igual. Nos creó a todos con la misma capacidad espiritual, de modo que nadie debe sentirse en desventaja al tratar de escuchar la voz del Espíritu Santo o reconocer la obra de Dios en su vida. La Escritura contiene magníficos relatos acerca de personas como San Pedro, la Virgen María y San Felipe, que percibieron la guía del Espíritu Santo aun cuando esa guía parecía extraña al principio.

El Espíritu Santo quiere hablarnos a nosotros, Él quiere infundir nuevos pensamientos en nuestra mente y en nuestros corazones. Ábrete a sus inspiraciones

Autor: P. Jacques Philippe | la-oracion.com

martes, 7 de octubre de 2014

Los 3 grandes enemigos del Alma. "Mundo, Demonio y Carne"

Las escrituras nos enseñan que no debemos amar al mundo, a no satisfacer los deseos de la carne y a luchar contra el demonio


Los enemigos del alma son tres Mundo, Demonio y Carne. Éstos nos llevan a desobedecer a Dios.




1.- Mundo:

Se lo vence aprendiendo a valorar las cosas como las valoran Dios y los santos, no como lo hace la gente sin fe que tiene un modo de pensar completamente materializado, restándole importancia a Dios y a sus mandamientos.

Esto es a lo que llamamos secularismo, es decir, obrar de acuerdo a las costumbres, modas o ideas de la gente sin fe, sin moral y sin Dios, organizando la vida como si Él no existiera dándole importancia solamente a lo que le guste a nuestro cuerpo, al orgullo, o a la avaricia.

La escala de valores para Dios es la siguiente:

martes, 15 de julio de 2014

Hacerse un piercing, un tatuaje… ¿es cristiano?

Estas prácticas, nunca tan difundidas como hoy, más que ser una realidad inocua, inocente o banal, son factor de división (al herir sensibilidades), de falta de respeto al sentido común y de inconformidad social.

El uso de los tatuajes es muy antiguo. Y estos forman parte de la identidad, única y exclusiva, de ciertos pueblos aborígenes ancestrales de la Polinesia y de Sudamérica. Pero hoy en día están relacionados con varias realidades que no tienen nada que ver con el uso y significado que le dan o daban aquellos pueblos:

¿Es un pecado tener inclinaciones homosexuales o es practicarlo lo que es pecado?

Opinión:
Durante el camino de mi cristianidad y de mi continua conversión, algunos me han preguntado si es pecado ser Homosexual, y yo les respondo siempre, ser Homosexual NO ES PECADO.", y muchos se sorprenden de esta respuesta, entonces termino aclarando en profundidad y de una manera sencilla lo que esta frase encierra:


Pues esto es lo que siempre ha dicho la Iglesia Católica respecto a este tema. (Léase literales 2358 y 2359 del Catecismo de la Iglesia Católica citados al final de este documento)


El HOMOSEXUAL es tan responsable de su condición como lo es una persona CLEPTÓMANA que tiene fuertes inclinaciones a robar, o un MITÓMANO que tiene un impulso descontrolado a mentir.


Ser Homosexual no es MALO.
Ser Cleptómano no es MALO
Ser Mitómano no es MALO.


Lo malo es cometer el acto Homosexual.
Lo malo es cometer el acto de Robar.
Lo malo es cometer el acto de mentir. 


Lo realmente malo es cometer el acto de la Homosexualidad, el Robo y la Mentira. Consentirlo en su totalidad.

sábado, 24 de mayo de 2014

Abstinencia sexual en el noviazgo 10 razones para practicarla

Una de ellas: eres más libre para seguir adelante o no con esa relación, sin "ataduras"

La pureza y la castidad parecieran ser virtudes pasadas de moda. La crisis de valores ha hecho que muchos jóvenes vean el sexo como centro del noviazgo. A los hombres se les considera “ganadores” y a las mujeres “experimentadas”, mientras que al que se conserva en castidad se le toma como un mojigato, incapaz sexual o reprimido por la Iglesia. Sin embargo, la realidad es totalmente contraria. Conozcamos 10 razones para promover entre nuestros jóvenes la abstinencia sexual.
 

domingo, 11 de mayo de 2014

FELICES LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ


FELICES LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ

1. Como pastores del pueblo de Dios -del que provenimos y al que queremos servir- nos dirigimos a todos los miembros de la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad, para compartir nuestra mirada sobre un aspecto inquietante de la realidad nacional. Constatamos con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia. Algunos de los síntomas son evidentes, otros más sutiles, pero de una forma o de otra todos nos sentimos afectados. Queremos detenernos a reflexionar sobre este drama porque creemos que el amor vence al odio y que nuestro pueblo anhela la paz.

2. Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario. Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar. Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad. Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena. La reiteración de estas situaciones alimenta en la población el enojo y la indignación, que de ninguna manera justifican respuestas de venganza o de la mal llamada “justicia por mano propia”. La creciente ola de delitos ha ganado espacio en los diversos medios de comunicación, que no siempre informan con objetividad y respeto a la privacidad y al dolor. Con frecuencia en nuestro país se promueve una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad.

3. No se puede responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales. Ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias. Conviene ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros. A estos escenarios violentos corremos el riesgo de habituarnos sin que nos duela el sufrimiento de los hermanos. Todo lo que atenta contra la dignidad de la vida humana es violación al proyecto de amor de Dios: la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre “barrabravas” a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza. Hemos endurecido el corazón incorporando estas desgracias como parte de la normalidad de la vida social, acostumbrándonos a la injusticia y relativizando el bien y el mal. Es creciente la tendencia al individualismo y egoísmo, de los cuales despertamos sobresaltados cuando el delito nos afecta o toca cerca. El Papa Francisco señala que “se ha desarrollado una globalización de la indiferencia...” (Evangelii Gaudium 54).

4. Pero no nos ayuda culpar a los demás. Para lograr una sociedad en paz cada uno está llamado a sanar sus propias violencias. Es necesario reconocer las diversas crisis por las que atraviesa la familia, que es la primera escuela de paz. En ella aprendemos la buena noticia del amor humano y la alegría de convivir. Muchos niños y adolescentes crecen solos y en la calle provocando el debilitamiento de los vínculos sociales. Esto también repercute en la escuela.
Episodios de violencia escolar se desarrollan ante la mirada pasiva de algunos hasta que es demasiado tarde. Muchos jóvenes ni estudian ni trabajan, quedando expuestos a diversas formas de violencia.

5. La corrupción, tanto pública como privada, es un verdadero “cáncer social” (EG 60), causante de injusticia y muerte. Desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte. Estos delitos habitualmente prescriben o su persecución penal es abandonada, garantizando y afianzando la impunidad. Son estafas económicas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones de la República, y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley. A ello se agregan mafias del crimen organizado sin freno dedicadas a la trata de personas para la esclavitud laboral o sexual, el tráfico de drogas y armas, los desarmaderos de autos robados, etc.

6. Para construir una sociedad saludable es imprescindible un compromiso de todos en el respeto de la ley. Desde las reglas más importantes establecidas en la Constitución Nacional, hasta las leyes de tránsito y las normas que rigen los aspectos más cotidianos de la vida. Sólo si las leyes justas son respetadas, y quienes las violan son sancionados, podremos reconstruir los lazos sociales dañados por el delito, la impunidad y la falta de ejemplaridad de quienes tenemos alguna autoridad. La obediencia a la ley es algo virtuoso y deseable, que ennoblece y dignifica a la persona. Esto vale también para los reclamos por nuestros derechos, que deben ser firmes pero pacíficos, sin amenazas ni restricciones injustas a los derechos de los demás. Frente al delito, deseamos ver jueces y fiscales que actúen con diligencia, que tengan los medios para cumplir su función, y que gocen de la independencia, la estabilidad y la tranquilidad necesarias. La lentitud de la Justicia deteriora la confianza de los ciudadanos en su eficacia. Algunos profesionales suelen utilizar de modo inescrupuloso artilugios legales para burlar o esquivar la justicia: también esto es inmoral.

7. La cárcel genera en la sociedad la falsa ilusión de encerrar el mal, pero ofrece pocos resultados. El sistema carcelario debe cumplir su función sin violar los derechos fundamentales de todos los presos, cuidando su salud, promoviendo su reeducación y recuperación. Nos duele y preocupa que casi la mitad de los presos no tenga sentencia. La mayoría de ellos son jóvenes pobres y sin posibilidades para contratar abogados que defiendan sus causas. Ningún delito justifica el maltrato o la falta de respeto a la dignidad de los detenidos. Gracias a Dios algunos cumplen la palabra de Jesús: “Estuve preso y me visitaron” (Mt 25,36).

8. Nos estamos acostumbrando a la violencia verbal, a las calumnias y a la mentira, que “socava la confianza entre los hombres y rompe el tejido de las relaciones sociales” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2486). Urge en la Argentina recuperar el compromiso con la verdad, en todas sus dimensiones. Sin ese paso estamos condenados al desencuentro y a una falsa apariencia de diálogo.

9. Estos síntomas son graves. Sin embargo, en el cuerpo de nuestra sociedad se encuentran también los recursos para afrontar el paciente camino de la recuperación. Todos estamos involucrados en primera persona. Destacamos, ante todo, el profundo anhelo de paz que sigue animando el compromiso de tantos ciudadanos. No hay aquí distinción entre creyentes y quienes no lo son. Todos estamos llamados a la tarea de educarnos para la paz.

10. Nosotros creemos que Dios es “fuente de toda razón y justicia” y que los peores males brotan del propio corazón humano. El vínculo de amor con Jesús vivo cura nuestra violencia más profunda y es el camino para avanzar en la amistad social y en la cultura del encuentro. A esto se refiere el Papa Francisco cuando nos invita a “cuidarnos unos a otros”. Jesús nos enseñó que “Dios hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e
injustos” (Mt 5, 45). No hay persona que esté fuera de su corazón. En su proyecto de amor la humanidad entera está llamada a la plenitud. No hay una vida que valga más y otras menos: la del niño y el adulto, varón o mujer, trabajador o empresario, rico o pobre. Toda vida debe ser cuidada y ayudada en su desarrollo desde la concepción hasta la muerte natural, en todas sus etapas y dimensiones. Jesús es nuestra Paz, en él encontramos Vida y Vida abundante. A Él volvemos nuestra mirada y en Él ponemos nuestra esperanza para renovar nuestro compromiso en favor de la vida, la paz y la salud integral de nuestra querida Patria. Jesús nos dice: “Felices los que trabajan por la paz…” (Mt 5,9). Muchos ya lo están haciendo. Hay destacables iniciativas en escuelas, parroquias, clubes, talleres artísticos y otras organizaciones de la sociedad. Los alentamos a seguir siendo instrumentos de paz. Exhortamos particularmente a la dirigencia a desarrollar un diálogo que genere consensos y políticas de estado para superar la situación actual.

11. La Virgen de Luján, presente en el corazón creyente de tantos argentinos y argentinas, nos anima y acompaña en nuestro empeño “…porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes…” (EG 288)

Los obispos argentinos
Pilar - 107 Asamblea plenaria
8 de mayo de 2014, Solemnidad de Nuestra Señora de Luján