viernes, 2 de septiembre de 2011

Adolescentes embarazadas

Inicio con unos datos (bastante conocidos y obvios) de la Guia Práctica de psicología y saco unas conclusiones, creo importantes y para "memorizar"....

En la actualidad se observa una paradoja: los índices de natalidad están disminuyendo de forma vertiginosa a la vez que cada vez son más numerosos los casos de mujeres de catorce a dieciocho años que quedan embarazadas. La mayor parte de éstas son solteras, aun cuando meses después algunas contraerán matrimonio en una época en que los matrimonios se celebran normalmente en edades más avanzadas que en las anteriores décadas.
¿Por qué motivo se quedan más jóvenes embarazadas en nuestra época? Los argumentos más esgrimidos orientan hacia una mayor liberalización sexual junto a una mayor posibilidad de relacionarse precozmente con adolescentes del sexo opuesto. 
La desinformación acerca del uso de métodos anticonceptivos parece tener relativamente poca importancia, ya que en la mayor parte de los casos el embarazo es fruto de unas relaciones sexuales sin planificar, que surgen de forma impulsiva y más o menos imprevista. Y la "incociencia" y pasión del momento hace olvidar convicciones, peligros, protecciones...




El embarazo de una adolescente plantea un buen número de problemas psicológicos. Muchas veces, la joven se ve un tanto sorprendida por el hecho de quedarse embarazada, lo que le plantea un conflicto grave con su pareja, su familia y consigo misma. La predisposición de los adolescentes a vivir el momento presente, sin tener en cuenta las consecuencias que sus comportamientos puedan tener en el futuro, junto con sus dificultades para adaptarse a situaciones verdaderamente nuevas e inesperadas hacen que un embarazo de este tipo se viva con una gran dosis de angustia e inseguridad.
Se busca el apoyo de la pareja, que generalmente es también un adolescente con serias dificultades para asumir adecuadamente la situación, y que, en muchos casos, intenta eludir el problema, con lo que se pone fin a la relación encontrándose la mujer un tanto desamparada.
Rara vez se recurre a los padres en un primer momento. Las amigas son las que juegan un papel principal a la hora de ayudar y aconsejar sobre la posible solución del problema. Si la adolescente se encuentra sola en este sentido, por no tener suficiente confianza con sus amigas, la situación se agrava. La falta de comunicación o de confianza con los padres hace que muchas veces no se les diga lo ocurrido, generalmente por temor al modo con que van a reaccionar (lo que en realidad suele estar injustificado), con lo que se puede vivir en soledad una situación que puede suponer un auténtico trauma psicológico.


Se plantea entonces la duda de tener o no el hijo, lo que conlleva un estudio de la forma de conseguir uno u otro objetivo que muchas veces concluye sin soluciones prácticas. No se sabe bien qué hacer ni cómo llevarlo a cabo, con lo que el tiempo va pasando en espera de algún acontecimiento que descubra el problema ante la familia, que en otras ocasiones es informada por la adolescente de forma impulsiva, en algún momento en que ya no es capaz de soportar la tensión psicológica que alberga interiormente. Hablaremos en otro capítulo de las consecuencias de las píldoras abortivas del día después...
En otros casos, el padre del futuro niño reacciona con responsabilidad y desea participar en la solución del problema. Entonces se suele informar a las dos familias, especialmente si la solución prevista es el matrimonio. Problemas relacionados con la edad y con la falta de recursos económicos hacen que a veces los padres no crean que es la solución más adecuada; con lo que las dudas y la inseguridad se acrecientan en los futuros padres. En otras ocasiones son los padres de los adolescentes los que aconsejan un aborto que va en contra de los deseos de tener el niño de la hija, e incluso de los principios éticos que siempre habían defendido delante de sus hijos; aunque en otros casos sucede exactamente lo opuesto.


En cualquier caso, se puede decir que la mayoría de las adolescentes de nuestra época no están suficientemente preparadas para ser madres, ni el ambiente sociocultural lo favorece, con lo que la mayor parte de estos embarazos (que sólo excepcionalmente son deseados) pueden ser la fuente de un grave conflicto psicológico al que se suelen añadir las consecuencias de una maternidad precoz sin matrimonio, las repercusiones psicológicas del aborto, el trauma subsiguiente al abandono del niño en un centro público o su cesión para ser adoptado por otros padres o la realización de un matrimonio que, según se demuestra estadísticamente, fracasa en mayor proporción que el resto.

Por tanto:

- Grabarse a fuego que todo acto tiene sus consecuencias. Si los actos son serios, las consecuencias son serias. Y cuando se trata del propio cuerpo, de la propia sexualidad, siempre es algo serio.

-  Las soluciones drásticas ante situaciones no queridas, soluciones que a veces parecen las mejores, más rápidas y fáciles, son las que siempre dejan heridas psicológicas más profundas.

- Siempre dejarse ayudar de personas que buscan el bien de las personas por encima de las convenciones sociales, del qué dirán o qué dejarán de decir.

- Las convicciones morales, el dominio de sí mismo y el autocontrol, la paciencia, el poner en su lugar lo físico frente a lo afectico, todo eso no es un fastidio, es una ayuda para vivir más en plenitud, serenidad y felicidad auténticas.


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