miércoles, 28 de septiembre de 2011

Fertilización asistida, embarazos múltiples y selección letal

Comentábamos hace unos días una nota aparecida en el New York Times titulada “embarazo 2 menos 1” que describe las impresiones de pacientes y médicos cuando los procedimientos de fertilización asistida producen gemelos y los padres le solicitan al médico abortar uno de ellos. En tiempos en que se está considerando tratar en el Congreso de la Nación una ley de fertilidad asistida, el diario La Nación también comenta la nota del NYT en un editorial reciente del 22 de setiembre. 
Concluye la nota editorial remarcando que “es bueno que los legisladores, y los partidarios del aborto en general, tomen nota de estas aberraciones, para que en nuestro país nunca más se admita eliminar vidas humanas ni por la admisión del aborto ni por esta inhumana forma de selección letal”. Publicamos a continuación el editorial textualmente. 
 
Selección letal
En tiempos en que se está considerando tratar en el Congreso de la Nación una ley de fertilidad asistida, no está de más tener en cuenta un reciente artículo publicado en la revista de The New York Times, con la firma de Ruth Padawer, titulado "El embarazo dos menos uno". En éste se describe la situación de varias madres que, por haber estado sometidas a tratamientos de fertilidad, concibieron múltiples hijos, pese a que su aspiración era tener sólo uno.
En su momento, desde estas columnas expresamos nuestra preocupación por el destino de los cigotos fecundados que quedaban sin utilizar, a veces olvidados por sus padres creadores, en institutos donde se los conserva a temperaturas bajísimas a tal efecto.
Las estadísticas dicen que hay entre un 5 y un 20 por ciento de probabilidades de que los tratamientos de fertilidad den lugar a embarazos múltiples.
El caso que hoy nos ocupa es el de muchas mujeres norteamericanas que, ante el embarazo múltiple, deciden eliminar a uno de dos, en caso de mellizos, o a más si el embarazo es múltiple, a cuyo efecto generalmente se aplica una inyección de cloruro de potasio en el pecho del niño condenado, lo que se puede ver por medio de técnicas de ultrasonido.
Jenny, de 45 años de edad y seis años de tratamiento, una madre de mellizos, cuenta que cuando vio dos imágenes en la pantalla, no quiso mirar más, pues estaba decidida a eliminar a uno de ellos, ya que sólo quería un hijo y no dos.
El artículo explica que no hay estadísticas de cuántos llamados abortos "parciales" y selectivos hay en los Estados Unidos, donde la cuestión ha suscitado reparos éticos entre muchos médicos. Utilizar la palabra "parcial" encierra la intención de mitigar el impacto de tales prácticas, ya que el aborto es siempre "total" para la vida abortada y selectivo. Hasta se planteó un caso de chantaje moral de una paciente a quien los médicos se negaron al "aborto parcial" y accedieron cuando ésta los amenazó con abortar ambos niños. Aducían haber salvado al menos a uno.
Otra mujer eligió eliminar el varón, porque ya tenía uno. Luego confesó: "No podía dormir de noche sabiendo que había eliminado al hermano de mi hija, un niño sano perfectamente formado".
El nivel de aberración al que conduce el mal uso de la ciencia y de la técnica y la pretensión de sentirse dioses para decidir cuál hijo vive y cuál muere no pueden conducir a ninguna sociedad a buen puerto.
Hoy, ya nadie puede sostener que el embrión o el feto son sólo una parte descartable del cuerpo de la mujer de la que ésta dispone a su arbitrio, porque si una parte es "eliminada" y la otra no, es porque no son dos partes, sino dos seres vivos individuales y autónomos aunque estén aún dentro del cuerpo de su madre.
Si bien en el terreno moral y legal el tema despierta un enorme rechazo en nuestra sensibilidad, entre nuestros vecinos del Norte, según la fuente, es una realidad, y los argumentos pasan del más crudo egoísmo y relativismo hasta el capricho y la frialdad más absoluta.
No es menor el tema psicológico de la culpa, sobre la que tanto se ha escrito, en estos casos. No sólo la viven los padres, sino -cuando se enteran- los hermanos al tomar conocimiento de que sus padres le quitaron la vida a un hermanito, y el propio sobreviviente, si llega a enterarse de que el elegido fue él a expensas de la vida de su hermanito por nacer.
Quien eligió un tratamiento de fertilidad debe saber, por vía del consentimiento informado, que se expone a un embarazo múltiple, y debe aceptar sus consecuencias, recibiendo toda la vida que la ciencia y la naturaleza le dan. La viabilidad de un ser humano no puede ser cuestión de comodidad y selección antinatural.
Es bueno que los legisladores, y los partidarios del aborto en general, tomen nota de estas aberraciones, para que en nuestro país nunca más se admita eliminar vidas humanas ni por la admisión del aborto ni por esta inhumana forma de selección letal.

Fuente: Argentinosalerta.org

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