domingo, 5 de junio de 2011

La nueva Constitución de Hungría reconoce las raíces cristianas de Europa

Una constitución que preocupa a Europa.

El parlamento húngaro ha aprobado una nueva Constitución cuyos ejes son el reconocimiento de las raíces tradicionales –esencialmente cristianas– del país, la defensa del matrimonio, la de la libertad educativa y la de la vida. En este último aspecto la batalla no está ganada. Pero puede que Hungría haya puesto las semillas de una nueva etapa en la historia de Europa.


Tras la caída, en 1989, del régimen comunista húngaro –fue el primero en Europa–, los gobernantes de entonces adaptaron paulatinamente la Constitución de 1949 a los cánones democráticos, pero sin derogarla formalmente. Esta serie de circunstancias sirvió para que Hungría se convirtiera en un país moderno: se decantó por el modelo de economía de mercado y se arrimó definitivamente a Occidente adhiriendo a la OTAN primero y la Unión Europea (UE) después.

Santos a espuertas
Pero no fue hasta el pasado 18 de abril cuando disolvió los últimos vínculos institucionales con el comunismo. Ese día, el Parlamento húngaro aprobó la nueva Constitución que entrará en vigor en 1 de enero de 2012. El resultado de la votación fue: 262 votos a favor, 44 en contra, una abstención y 78 legisladores que se negaron a participar. Y, aparentemente, con apoyo social: afuera sólo protestaron unas 200 personas.
Lo menos que se puede decir es que Hungría no sólo rompe definitivamente con el comunismo, sino que recupera con vigor unos valores occidentales básicos que el resto de países democráticos europeos tiende a ignorar. Y no hace falta leer el nuevo texto con lupa para saber los derroteros que ha tomado el país magiar. Algunas de las solemnes proclamaciones del preámbulo son suficientes.

Símbolos nacionales
De entrada, rinde homenaje a los símbolos patrios: “Estamos orgullosos de que nuestro rey Esteban, santo patrón de Hungría desde hace 1000 años, haya fundado nuestra patria sobre sólidos cimientos incorporándola a la Europa cristiana”. San Esteban, uno de los primeros mártires del Medievo europeo, forjó definitivamente la identidad húngara.
Su corona, que culmina con una cruz doblada, es el símbolo histórico de Hungría y la nueva Constitución lo corrobora. La corona permaneció bajo custodia en Estados Unidos desde 1945 hasta 1978, año en que el presidente Jimmy Carter decidió devolverla a Hungría.
El texto recuerda la Historia: “Estamos orgullosos de nuestros antepasados, que lucharon por la libertad y por la independencia de nuestra patria”. La referencia a los duros combates que los húngaros, a lo largo de su historia, han tenido que librar para preservar su dignidad es clara. Los más recientes son la revoluciones de 1848 y 1956, reprimidas por austriacos y soviéticos respectivamente.
Tampoco se olvida de la contribución húngara a la construcción del Viejo Continente:“Estamos orgullosos de que nuestro pueblo haya defendido Europa durante 1000 años y que sus valores comunes se hayan enriquecido con sus talentos y sus esfuerzos”.

Declaración cristiana
Hungría es, ante todo, cristiana: “Reconocemos el papel de la cristiandad en la pervivencia de la nación”. Sin ir más lejos, Hungría ha aportado grandes santos a la cristiandad. Además de San Esteban, no se pueden olvidar figuras como las de Santa Gisela, San Emerico, San Ladislao, Santa Isabel y Santa Margarita. Además, es un país en el que la convivencia entre católicos –más presentes en el oeste- y protestantes –más arraigados en el este- suele ser pacífica. Si son cristianos, la dignidad del hombre se impone: “Consideramos que la base de la existencia humana es la dignidad humana”.
Todo lo anterior solo es factible dentro del sistema de siempre: “Consideramos que la familia y la nación constituyen el marco principal de nuestra convivencia y que nuestros valores fundamentales son la fidelidad, la fe y el amor”.
Más allá de su contenido, persisten algunas dudas sobre la duración de esta Constitución, pues es el resultado de una victoria electoral aplastante del centro-derecha y de sus aliados. ¿Y si dentro de unos años se produce una victoria de la izquierda de similares proporciones?

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